jueves, 18 de septiembre de 2003

RESPIRASTE LIBERTAD

Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado”.  Cuando el estómago aglomera el dolor presente a mi pluma sólo le queda como recurso recurrir a mis clásicos y recordar.



En el taller, un recorte de prensa que narraba aquellos goles al Madrid de Lasala, Juanco y Coque que condujeron al Valladolid a la final de Copa, en la mesilla el calendario de la nonata liga y en la buhardilla la primera cabecera de “El País”. Gozar con el fútbol  y respirar libertad sin que la hubiera.  Un virus criminal no permitirá que tu nieto mame bondad viajando por el norte de España conociendo gentes y sufriendo, a fuerza de costumbre cada vez menos, con los goles encajados por el Pucela. Me queda el consuelo de que nada se pierde, en el aire quedas y tu rebeldía emana de tu memoria. Memoria viva. Lucharé por ser libre y disfrutaré del fútbol. ¡vaya que sí!. Tú te despides como Miguel Hernández: “Adiós hermanos, camaradas y amigos, despedidme del sol y de los trigos”.

domingo, 7 de septiembre de 2003

CELOS

Los futbolistas tienen hipertrofiado el sentido de la competitividad. Su esencia es competir y la en la competición eyaculan salvajemente tras un deseo convertido en adicción y que ha sido indisimuladamente estimulado. Aquí radica la respuesta a las preguntas que nos hacemos todos. ¿Qué necesidad tiene un futbolista de imponer una mejora en un contrato que hace bien poco fue revisado al alza?, ¿por qué es capaz de peregrinar haciendo perder calidad de vida a su familia por un incremento en las cifras de su contrato? El simple aumento no es respuesta convincente cuando nos acercamos a montos que, muchos de ellos, son incapaces de plasmar en un papel. Asocian, no sólo verbalmente, el cariño y el reconocimiento del club al que rinden sus servicios con las cantidades de su contrato. Más que la cuantía les preocupa la comparación con el sueldo de su compañero-rival. Tantos millones son pocos si alguien gana más. Los celos entre “estrellas” nunca estuvieron ausentes del orden del día de cualquier club.  

lunes, 1 de septiembre de 2003

NUEVO CURSO

Con el rugido de los motores de un millón de coches resuena el esbozo de un re-inicio, esos trazos difusos con los que se perfila un curso que en todas las mentes se aventura como feliz y que mes a mes se tiñe de más de lo mismo, de círculo vicioso, de dejà vu. Es un perpetuo, inmarcesible y pertinaz astillado de nuestras vidas esperando a un Godot, persiguiendo a un futuro perfecto que nunca llega. Y mientras, competimos, consumimos y permitimos hacer.
Septiembre es el primer mes del año real, los días se decoloran y muestran el paisaje herrumbroso de una jornada laboral. En agosto hablamos de nosotros mismos como si fuésemos una plantilla de fútbol “he aprovechado el verano para descansar, para renovarme, para prepararme, para afrontar con garantías la próxima temporada”. Pero septiembre es el pórtico al frío invierno, al abrigo, al hielo. Unos días de falso sol, de ferias y fiestas son el frontispicio; el lado externo de una puerta condenada a permanecer tercamente cerrada los próximos once meses.  Once meses dejando jirones de existencia en la fábrica o en la oficina para insatisfacer tanta estupidez creada artificialmente y llamarlo realización. Ya hemos perdido; hemos organizado nuestras vidas para el trabajo, guarderías para aparcar al niño mientras trabajamos, asilos para almacenar al viejo improductivo, planes de estudio que forman empleados dóciles, ciudades para que el coche nos conduzca a la fábrica y al comercio. Sin espacio, sin tiempo... sin alternativas. Vendimos nuestra libertad a la empresa a cambio de un salario. Vendimos nuestra libertad.

domingo, 31 de agosto de 2003

¿EN QUÉ PRUEBA?

En un sábado agosteño en un hospital de Ávila los segundos se suceden agónicos; tan exhaustos como yo mismo cuando enfilo el camino a la casa de mis padres. Dos besos, mañana hablamos. La cama que me abrazó a diario en mi niñez me recoge. El silencio, sinfonía de los ausentes, se torna en bálsamo para los rescoldos de mi cuerpo. Mi padre enciende la tele, su oído también envejece,  y el sonido se esparce por la casa. Oigo “medalla de plata para una atleta palestina”. Mientras invitaba al sueño a que me venciese intentaba adivinar en qué prueba habría conseguido la medalla. Quizá en vallas, acostumbrada a sortear obstáculos cotidianamente, a lo mejor en lanzamiento de peso o jabalina tras repetido entrenamiento durante la intifada, podría ser en una prueba de resistencia muchos años ensayada hasta convertir su fuerza en entrega fanática, quizá en marcha acostumbrada a caminar sola y desamparada a pesar de las múltiples promesas de apoyo nunca recibidas. Con esa duda me levanto, Alicia había dejado el periódico en la mesilla, lo abro y leo “medalla de plata para una atleta palentina”.  

martes, 26 de agosto de 2003

TÁCTICA: COMPROMISO

Ya retumban las pisadas de los caballos sobre la pradera. Se avistan las primeras luces de una nueva aurora futbolística. Concluye la pretemporada. Se han preparado para representar actuaciones colectivas encaminadas a conseguir los objetivos marcados a priori. Manejan las alternativas que ofrece una manta corta, si te tapas los pies te desabrigas la cabeza. Con el 5-3-2 pertrechamos la defensa pero el portero contrario será un referente utópico, si los laterales suben y se convierten en extremos creamos más peligro pero nuestro portero pasará al listado del martirologio local. Si apostamos por el 4-4-2 nos perseguirá el mismo dilema, doble pivote o rombo, interiores o exteriores... Allá por junio, con el ocaso de la temporada, no estarán más satisfechos los que hayan optado por el mejor sistema (no lo hay) sino los que lo hayan sabido ejecutar mejor el sistema elegido. Compromiso, implicación y esfuerzo de los jugadores marcarán el éxito o el fracaso. Así lo han entendido los trabajadores de Sintel. Su temporada ha sido un éxito. Enhorabuena.

martes, 19 de agosto de 2003

EL HOMBRE QUE ENCARCELÓ A UN TIRANO

Anda el juez Garzón de caza mayor, pretende abatir judicialmente a esa jauría de bestias que domeñaron al pueblo argentino, como en su día lo intentó con la serpiente chilena o como nunca pudo hacerse con las fieras propias, alguna de las cuales retoza entre mares de chapapote. Es el suyo un esfuerzo volitivo, al margen de cualquier razón práctica o teórica, a contracorriente. Pretende subvertir con la laya de la ley el vago concepto de una globalización en la que el mercado sustituye a la política (globalismo*) por otra en que la conciencia de vivir en una sociedad interrelacionada (globalidad*) sitúe los hitos de la convivencia y  las fronteras nacionales no sean cortapisas en el camino de la justicia. Ardua tarea ahora que el poder de los estados se apuntala contra la libertad de sus ciudadanos (a la par que se debilita ante los intereses económicos). En sus sueños, Garzón, cómo en los del senador Rance en El hombre que mató a Liberty Valance, se entierra a un mundo. Pero echa en falta a un John Wayne, exponente y sepulturero del viejo orden, que le auxilie en el empeño, y eso no parece cercano.


*  Definiciones recogidas en el libro de Dámaso J. Vicente Blanco “La libertad del dinero”, Germanía, p. 13, tomadas a su vez de Ulrich Beck “¿Qué es la globalización?” Paidós, pp 27-29 

domingo, 17 de agosto de 2003

ARZOCUENTAS

Frank de Boer ha visto cómo su sanción por dopaje ha sido reducida de doce a dos meses. Según atestiguan los tribunales de la UEFA se dopó pero sin ser consciente. A partir de ahora vigilará su alimentación con el mismo escrúpulo que Delicado Baeza sus arzocuentas. El primero se escuda imputando la responsabilidad a su selección y su club, el otro niega la mayor “no es cierto que se hayan extraviado los dineros que los fieles aportaron en el cepillo”, (cepillo, diminutivo de cepo). Ambos tienen algo en común: lanzan balones fuera, sobrevuelan como moscas en muladar. Se escudan en la malicia de otros (médicos o brokers) que supieron aprovecharse de su inconsciencia Ingerir pastillas sin cerciorarse de su composición o ceder la gestión de tu dinero mirando hacia otro lado cuando puede estar siendo invertido en paraísos fiscales (quizá en armas o en condones) es pecado, al menos, por omisión. Y a tal pecado, tal penitencia. Uno dos meses de sanción, el otro una merma en sus futuras colectas. Uno ya tiene castigo el otro bastante castigo tiene.

lunes, 11 de agosto de 2003

UNO MÁS UNO SON SIETE

Los chicos de la orquesta arrancaban de sus instrumentos, con más entusiasmo que destreza, los acordes de una cancioncilla de verano. Se me acerca uno de los pocos que permanecerán en el pueblo cuando los músicos recojan y el jolgorio estival dé paso a diez meses de un crepúsculo abrumadoramente mudo. Manolo, perdido entre la marabunta de desertores del arado que bailamos en la plaza de Rasueros, me dice “Juaqui, mecagüen la leche, tó la vida oyendo que una más uno son dos y va éste, suelta que son siete y se hace millonario”.
Quizá esa frase no sea un chascarrillo, quizá el resultado de cualquier cuenta no sea otro que el que más interese  repetir y de ahí el empeño del gobierno en mentir, en sumar a la inversa.
Durante el espacio temporal de ese oasis de vida en los pueblos que es el verano, una ola de calor ha matado –o ayudado a morir- a más de cinco mil personas en Francia, a cerca de dos mil en Portugal y así erre que erre. Menos en España que con el ábaco del gobierno hemos contado cien muertos escasos. Es tal el complejo de culpa del PP que se defienden hasta de lo que no se les ataca. Pero algo sabemos, cuando hablan mienten, cuando suman restan. Uno más uno son siete.

martes, 29 de julio de 2003

NACER, MORIR...

De nuevo esta ventana se ve atravesada por el hachazo invisible y homicida; otro de los imprescindibles referidos por Bertold Brecht, Chuchi Pereda, yace en las profundidades de la nada, resuena en el paraíso de la memoria, en el aire de Valladolid, en las recias aguas del Cantábrico. En su epitafio podremos leer palabras de lucha desde la clandestinidad hasta ayer mismo, versos de dignidad en la vida y ante la muerte. Porque la muerte siempre llega, podemos triunfar en mil batallas pero al final perderemos la guerra; sólo siendo consciente de eso, sobreponiéndose a la angustia del límite cercano, se puede soñar con la amanecida del día siguiente. Su muerte deja un rastro de dolor y un aliento como referente. Dolor para quienes paladearon su presencia, tanto más cuanto más cotidiana. Referente para la izquierda que camina, como en un bolero, perdida, sin rumbo y sola; una izquierda que debe transformar desde lo que existe, tan flexible para adaptarse como inflexible con sus principios.
Llegó el invierno definitivo a la guarida de Chuchi. Su último recorrido lo hizo acarreado por el enorme cuerpo de su hermano; el mismo que, mañana mismo hace tres años, condujo a mi hijo en su primer viaje a mis brazos. Principio y fin. La muerte como corolario de la vida.