Apenas contábamos diecisiete o dieciocho años y
empezábamos a salir por la noche. Ellos salían más tarde, casi cuando
nosotros regresábamos. Al cruzarnos nos miraban perdonándonos la vida,
pero con un punto de ternura. Ellos empezaban la fiesta, nosotros la
dábamos por concluida. ¡Hasta mañana, registrines! Les miramos con cara
de no entender y les preguntamos que significaba registrín. Se rieron
como si no hubiera más días para reír. Pero nos lo explicaron. Tiempo
atrás, cuando a España la conocía la madre que la parió, existían las
paradas de yeguas. Unos lugares a donde se las llevaba para que un
caballo las preñase. Pero no eran tiempos de bonanza y podría ocurrir
que la yegua no estuviese en celo -aunque el dueño pensase que sí-, se
rebelase y a resultas de una mala coz retirar de la carrera al semental.
No era cuestión de experimentar dado el valor del caballo. Por tanto,
cuando una yegua llegaba a la parada, se sacaba al registrín: un burro
con una ingrata labor. Si la yegua no estaba en celo, la coz se la
llevaba el asno. Si, por el contrario, la yegua no se encabritaba, se
retiraba al burro al establo y salía el caballo. Así nos veían y así
veían el mundo. Cosas del siglo pasado, de los años de la furia y la
testiculina. Tras el domingo queda escrito un punto y final.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
martes, 1 de julio de 2008
martes, 20 de mayo de 2008
EL ROBO DE LA POLÍTICA
Pero en esas estamos y eso es lo que se ve en la fotografía, hemos
restringido el valor de la democracia a una sucesión de páramos de pasividad de
cuatro años de extensión. Y, entre uno y otro, el ejercicio de un voto como
único elemento activo. Mientras, desde la calle, se habla con desdén de todo lo
que huela, siquiera tangencialmente, a política. Hasta el punto de haber
convertido a este sustantivo en un adjetivo de carácter peyorativo. Cualquier
nombre al que se le califica de político ya está insultado.
En vez de implicarnos en el devenir de los acontecimientos,
encargamos a unas personas una labor con el objeto de que en el entretanto no
nos molesten, una especie de subcontrata de gestión municipal, autonómica o
estatal. Ese desapego rearma el poder de unos pocos hasta el punto de haber
llegado a un estado de oligocracias alternativas entre dos grupos de poder que
se instalan en el centro de operaciones de las dos grandes fuerzas políticas
que se reparten el tiempo en el mando de las operaciones. Dos máquinas
diseñadas para ganar elecciones. Cuando alguien de estas dos corporaciones,
PSOE y PP, gimotea cual plañidera en medio de discursos en los que suplican que
se ha de revestir a la política de dignidad, está mintiendo. Porque pretenden
que las cosas sigan igual, que el paisaje de la foto se congele. Mientras haya
ese desapego de la sociedad hacia la política les dejaremos hacer, recibirán
insultos pero nos habrán robado lo nuestro, les llamaremos perros, pero les
tiraremos pan.
No hay mejor ejemplo que dos citas, una se le atribuye al dictador
Franco, quien ante una petición de consejo respondió: “Haz como yo, no te metas
en política”. La otra corresponde a uno que fue ministro con el anterior,
Manuel Fraga, quien no tuvo reparo en afirmar que “la política es tan fea que
hasta las suegras se llaman así”. Pero ninguno se apeó del burro hasta el
final. O sea, ellos a mandar y los demás a callar que esto es feo y
desagradable. Enmendar todo lo relacionado con lo público no es, por tanto, un
error, sino un ejercicio premeditado para que el común de los mortales huyamos
y les demos barra libre para que hagan y deshagan a su antojo.
La segunda causa de este desafecto es la perversa dinámica de la
política como espectáculo. Es un modelo
cultural semejante al que emana de estos programas de televisión en el que los
famosos lo son porque salen en televisión. Y cuanto más salen, más famosos son.
La televisión da poder a quien sale en ella y en el mundo de los que gobiernan
se ha creado una dinámica parecida. Cada grupo es conocido y juzgado por sus
“eslóganes” más que por la labor política que desarrollan, las cámaras están
más pendientes de lo inmediato, del chascarrillo, de lo chocante, que del
contenido. Nadie sabría decir cuáles son las diferencias sustanciales entre la
propuesta de Esperanza Aguirre y la de Mariano Rajoy después de haber
monopolizado el tiempo que se ha dedicado a la información de estos asuntos.
Millones de palabras para debatir sobre la nada que les diferencia. Todos hemos visto a Carme Chacón desfilando
ante contingentes de soldados y sólo hemos leído análisis (algunos con una
absoluta falta de respeto que define a sus autores) sobre un debate que, a estas alturas, ya parecía superado: la igualdad entre
hombres y mujeres . Pero ni un renglón sobre la política de defensa que la
ministra planea ejecutar. Y así hasta el infinito, los platós convertidos en
escenarios políticos y los espacios “constitucionalmente establecidos” para el
debate democrático, los partidos políticos, vacíos de contenido.
La política es tan fea que la quieren exclusivamente para ellos y
a nosotros nos quieren alejados. Eso
vemos en la foto de hoy, podemos colocarnos de otra manera para próximos
retratos.
Publicado en "Delicias al día" en 2008
martes, 5 de febrero de 2008
AVE GRANDE COME MUCHO
El futuro ya está aquí. Ese tren que nos han vendido como el bálsamo de
Fierabrás que ha de curar todos los males habidos y por haber, galopa ya por
nuestras calles. Los periódicos han escupido las caras de una larga lista de próceres
(y no tanto) que sonríen a caballo ganador. Ha venido y lo vemos porque, lejos
de circular bajo la tierra vallisoletana, luce esplendoroso a nuestro nivel. Ya
habrá tiempo para esconderlo.
Madrid-Valladolid en una hora frente a las casi tres que hemos perdido
en cada desplazamiento. La zona este de la ciudad se abre paso ante venideros
años de vacas gordas cuando todo esté enterrado y bien enterrado. Millones de
personas encontrarán el paraíso bajo los adoquines pucelanos. Y mucho más que
se me olvida.
miércoles, 8 de agosto de 2007
MORIR SOLO, SÓLO MORIR
“Arsenia y Amalio pudieron haber muerto allá por el año 25 del siglo pasado, cuando nacer y seguir vivo era arte de funámbulos, pero sobrevivieron. Hasta el otro día. Quizá mucho antes habían dejado de existir y la fuerza que arrastraba sus pies no era sino el reflujo del último estertor. Pero de su muerte física nada supe hasta antes de ayer. Podrían haber muerto en esa guerra traidora en la que jugaban a esquivar obuses o en esos exangües años posteriores de estómago vacío, a todo ello resistieron. Por un miserable chusco llenaron de llagas sus manos y así, año tras año, hasta que la maquinaria les echo de las prosperas fincas del señorito. En la capital, con tantos como ellos, encontraron cobijo bajo una chapa, entre cuatro tablones. Sólo varios años después, incontables horas de trabajo después, compraron una casa digna de tal nombre. En ella criaron a sus cinco hijos, en ella invocaban a esos axiomas de la unidad familiar. Pero a su alrededor las viejas estructuras se derrumbaban antes de construir las nuevas. Dos días atrás aparecieron muertos en su vieja casa, seis días llevaban sin que nadie les hubiese echado de menos; mas su muerte se produjo mucho antes, cuando se despeñó la única institución en que los humildes podían creer: los que tenían cerca.”
Es
un retazo de historia. Unas líneas en las que hace tiempo quise reflejar la
soledad de los desamparados. La soledad de los últimos días. El relato de un
caso extremo porque, a pesar de que se repite inexorablemente, la mayoría de los corazones laten por
última vez rodeados de las personas a las que han querido, a las que han
entregado sus vidas. Pero ese último aliento se produce después de años en que
las secuelas de la vejez unidas al frenético ritmo de nuestras vidas han
privado del calor de la compañía. Un buen baremo para analizar la calidad de
una sociedad es medir el trato que se dispensa a las personas mayores. El peso
recae sobre todo en manos de las mujeres, hijas que abnegadamente entregan sus
cuidados a sus padres. Pero eso debe ser cada vez más pasado. Es una labor que
nos corresponde a todos y eso supone que los hombres compartan esa labor y que
la sociedad articule los medios necesarios para que eso sea posible. Las
administraciones públicas tienen una labor que desarrollar. Una labor
encaminada a la atención de nuestros mayores y que permita a los que algún día
lo seremos poder desarrollar nuestra actividad profesional. Eso es compatible
con la vida en común de todos en el mismo hogar si así nos lo planteamos.
Centros de día que hagan compatible el cuidado con el trabajo. Las necesidades
no acaban ahí, en paralelo es necesaria la creación de centros residenciales
para quienes por razones de salud, incapacidad de desplazamiento o cualquier
otro motivo requieran una atención continuada durante las veinticuatro horas
del día. Una red pública cuyo coste a los usuarios vaya en consonancia con la
capacidad económica. Uniendo el aumento de la esperanza de vida, la menor tasa
de natalidad y el cambio que ha experimentado nuestra sociedad estas
necesidades irán aumentando de forma paulatina y ya llevamos mucho retraso.
sábado, 4 de noviembre de 2006
BLANCO, NEGRO... TODO GRIS
Siempre fue así. Habituados al poder, tan interiorizado lo tienen, que cuando -cosas de la democracia- lo pierden, su reacción se asemeja a la de cualquiera de ustedes si viesen caer algo hacia arriba. Es el sino de la derecha, una especie de síndrome de Obelix, creen que de niños cayeron en una marmita llena de una pócima mágica y desde entonces, incontestablemente, el poder es suyo. Y aún así no cejan en el empeño y siguen pidiendo un cacito más.
En el fondo no les falta razón, mientras las fuerzas económicas se impongan impunemente y marquen la estrecha senda por la que hemos de caminar, el poder será hereditario. Y lo manejan con la experiencia de generaciones. De las viejas a las nuevas. Son tantos años que han aprendido a apropiarse de todo con más destreza que yo a cambiarme de calcetines. Deciden, imponen y hacemos. Un día tras otro, hasta configurar un mundo a su gusto que no es otro que el de sus intereses.
martes, 29 de noviembre de 2005
MICRÓFONOS CARGADOS POR EL DIABLO
Un
suponer, yo escribo que Federico Jiménez Losantos es homosexual. Lo
repito cada mañana, todos los días, cada uno con verbos más sañudos que
el anterior. Él, un machote por la gracia de Dios, pretende fundamentar
con educación (ya digo que es un suponer) mi mendacidad, al menos en lo
que a su persona se refiere. Lejos de rectificar y con la espalda
cubierta insisto y aporto “pruebas” de grueso calibre: uno de sus
compañeros de trabajo es homosexual, en sus años mozos compartió piso
con otro joven, un miembro de mi equipo de investigación relata al por
mayor secretos de su alcoba. Cuando el señor Jiménez Losantos replica
que está casado con una mujer yo me armo con el micrófono para ahondar
en mi tesis: la boda fue una tapadera, su esposa, a efectos legales, es
lesbiana y su matrimonio no ha sido consumado. Los millones de personas
que me leen y oyen, aunados por un odio común, no dudan de la veracidad
de mi relato o al menos comulgan con mi propósito, ante el enemigo el
fin justifica los medios, de hundirle ante los suyos que conciben la
homosexualidad como una aberración. Si decide ir ante un juez su defensa
jurídica sería inconsistente, nadie le ha acusado de ningún delito,
nadie le ha calumniado. Además en ese caso yo denunciaría su intento de
silenciarme, un nauseabundo ataque a mi libertad de información.
La
libertad, ¿cuántas fechorías se hacen en tu nombre? ¿Cuántas veces
olvidamos que eres de todos o no eres? ¿Cuántas...? ¿Cuántas...?
¿Cuántas...?
La
libertad de información es una niña siamesa que nace soldada al derecho
a la información. Tras la cirugía de separación viven los dos o ambos
mueren. La información arrendada, sesgada, falaz, arranca de la sociedad
el derecho a la información. Un periodista tiene sus ideas y debe
expresarlas libremente, de ahí a la mentira interesada media un abismo
que más de uno barre a diario.
La
libertad de información no es de nadie al ser de todos. Muchos son los
que apelando a su nombre la mancillan. El recorrido entre un hecho y una
noticia está salpicado de cocodrilos. Empresas, administraciones
públicas o jerarquías religiosas, que pagan sonidos o silencios con
sueldos o ingresos publicitarios, amos de emporios informativos
interesados en ser poder, opinantes deshonestos, presuntos
historiadores...
Pero
cualquier ley que pretenda regular el trabajo de los informadores
supone un riesgo que no debemos correr, aunque haya micrófonos que los
cargue el diablo. Todas las mañanas. Toda La Mañana.
Artículo publicado en la edición para Castilla y León de 'El Mundo'.
Artículo publicado en la edición para Castilla y León de 'El Mundo'.
lunes, 7 de noviembre de 2005
MI PADRE ES UN GENOCIDA
Por estas fechas hace un año que se jubiló
mi padre tras más de medio siglo surco abajo, surco arriba. Nunca le faltó un
mendrugo pero nunca tuvo más. Hijo mayor y huérfano desde los once años arrancó
de la tierra el fruto necesario para que cuatro niños pudiésemos llegar a
hombres. Hoy la OMC le acusa de genocida.
sábado, 29 de octubre de 2005
DEBAJO DEL BURKA
Para cualquier
madridista Villarreal no es más que un poblacho de provincias y Guti les presta
su voz: “paletos”. Para un directivo merengue el Valencia no es más que
estación de paso, para cualquier
futbolista con aspiraciones llámese Mijatovic o Mendieta. Para cualquier
acémila del fondo sur los futbolistas de un equipo vasco “no son españoles son
hijos de puta”. Para cualquier norteamericano el difuso e inconcreto resto del
mundo tiene la obligación de permanecer sometido y, además, no hacerse notar.
Para cualquier gobierno de los USA la defensa de los intereses de sus empresas
ha sido prioritaria frente al respeto a unos mínimos derechos en los
territorios donde se implantan. Para cualquier multinacional, Afganistán, tras
su labor de zapa al expansionismo soviético, se convirtió en potencial campo
sembrado de oleoductos que omnipotenciasen su control de los centros de
extracción del petróleo mundial. Con el pretexto de liberar a las afganas de
sus burkas y transformada su tierra en desierto para horadar, pretenderán ver
sus bragas desde el subsuelo ocupado completando el ciclo de humillación.
Cuando tiroteas a la milana puedes ser ahorcado por cualquier Azarías harto de
prepotencias. De soberbios es no esperarlo, de mentecatos no entenderlo.
viernes, 28 de octubre de 2005
A VUELTAS CON LA ENTREPIERNA
Uno ya está un poco mayor, y sobre todo casado, para
alardear de deseos húmedos en entrepiernas varias. Lo que no obsta para
reconocer que épocas hubo en que me hubiera matado por encontrar con quien
compartir pasiones y pulsiones, que las copas con los amigos eran la posición
de partida de un juego cuyo culmen se tejía en una alcoba desconocida. Pero
eran muchas más las veces que retornaba a casa silbando, impasible el ademán y
pensando que la próxima vez sí. Así, de fracaso en fracaso, hasta el efímero
éxito final y vuelta la burra al trigo, que nada hay más tenaz que un
veinteañero en la búsqueda de un acople sexual.
Gonzalo Muinelo en la ofrenda de
la vera cruz fustigaba a tirios y troyanos, testigos mudos de un proceso de
descristianización de la sociedad. Síntomas hay de la razón de su aserto, el
mensaje de aquel rebelde muerto a manos de los suyos no tiene apenas seguidores
y menos entre los que así se llaman. Murió pobre, clamó por la justicia, alzó a
los marginados sobre los fariseos, expulsó del templo a los mercaderes... en
fin “el que quiera venir tras de mí que deje todo cuanto posea y me siga”. Pero
hete aquí que no, que la descristianización pregonada es la de una sociedad
moderna que vive en promiscuidad. Pasmoso si no fuera tan manida la aversión al
sexo de los sectores que hoy copan el poder en una institución tan jerarquizada
como la iglesia católica. Mandamases iracundos que anteponen su restrictiva
moral tildando de actuar como animales a quienes desoyen sus mandados.
Sorprendente es su desconocimiento de la biología y el machismo que rezuman. Si
algo diferencia, en materia sexual, a la mujer de cualquier otra hembra
mamífera es la disposición a poder disfrutar del goce carnal más allá de la
razón reproductiva, cualidad biológica que nos separa del mundo irracional.
Nada hay más animal, menos humano, que soslayarla para relacionar sexo con
reproducción, anular las llamaradas de nuestro cuerpo y desoír los cantos del
placer. Contingencia que si se nos dio es para disfrutarla. Y si don Gonzalo no
quiere en su derecho está pero ya es hora de que mire a su alrededor, comprenda
que la tierra gira, asuma como bueno lo que no daña y ceje en su empeño de
satanizar a quienes no pasan por su ojo de la aguja. Así cada quién disfrutará
con quien quiera y los Muinelos de turno serán un poquito más felices, tendrán
un motivo menos de preocupación. Que además no es para tanto.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)