lunes, 1 de septiembre de 2008

TIEMPOS ¿MODERNOS?

No hemos tenido que esperar. Primera jornada, primer apagón y el R. Valladolid como protagonista. Es el sino de un tiempo, el nuestro, en el que la voluntad de casi todos está supeditada al designio de quienes detentan el mango de la sartén. Unos pocos mandan y el resto pagamos sus ambiciones, sus caprichos o sus enfrentamientos.
Los intereses de dos grandes grupos empresariales colisionaron en su afán por adueñarse de las retransmisiones del fútbol y como consecuencia no pudimos ver el arranque liguero de un R. Valladolid cuyos resultados en la pretemporada habían cargado de ilusión las alforjas de los aficionados. Una guerra que les afecta sólo a ellos impidió, como efecto colateral, que comprobásemos si ese estado de gracia se iba a mantener o la competición oficial nos devolvería a la cruda realidad.

lunes, 25 de agosto de 2008

LO SERIO Y LO QUE SOLO LO PARECE

Concluye la pretemporada, ya se avista el comienzo de la Liga. Mala noticia porque, de la misma forma que las golondrinas avisan de la llegada de la primavera, la competición oficial llega a la par que el otoño. Los 10 goles en dos partidos del Real Valladolid, como aquella chica que algún verano conocimos, son ya una foto añeja, un regusto placentero, una nebulosa atropellada por el día a día que se impone. Una realidad que se puede afrontar con esperanza o con miedo, con ilusión o con nostalgia, haciéndonos dueños de nuestro futuro o llorando ante la foto de aquella muchacha.

viernes, 8 de agosto de 2008

LA CALLE ES DE TODOS

Lejanos aquellos días de “la calle es mía” hoy queremos reivindicar la calle como espacio de convivencia, como escenario de encuentro. Hoy, nuestras ciudades, están invadidas por el coche -un instrumento útil transmutado en icono de la postmodernidad- desde su diseño hasta las principales decisiones sobre ordenamiento urbano. Se piensa a partir del coche y quedan pocas alternativas para el resto que se limitan a sufrir sus consecuencias. El coche, tras 30 años de abuso, monopoliza el espacio urbano, eleva el nivel de ruido ambiental, empeora la calidad del aire y supone un riesgo directo para la vida a causa de los accidentes. Paradójicamente la mayoría de los desplazamientos urbanos no se realizan en coche, sin embargo todo está organizado para su uso exclusivo. Además esta imposición es de los más fuertes sobre los más débiles: de personas sanas entre 18 y 65 años hacia personas mayores, menores de 18 años o con algún grado de discapacidad (los más propensos, además, a sufrir las negativas consecuencias para la salud del uso indiscriminado del vehículo privado). Ante este conflicto Calles para Todos ofrece una solución basada en la reducción del uso del coche y quiere abrir un debate que conlleve una reasignación del espacio urbano primando soluciones alternativas para la movilidad. Es un desafío, un guante lanzado al aire que recogemos las personas y colectivos que pretendemos abrir un espacio de reflexión. Somos conscientes de los daños que provoca el actual modelo sobre nuestras vidas -duración y calidad- y estamos dispuestos a hacer ese llamamiento dentro del marco de esta Semana Europea de la Movilidad. Una semana es poco tiempo para la reflexión y un día sin coches es una gota de agua en el océano pero queremos asirnos al valor simbólico para trascender hacia lo cotidiano. Desde aquí, quienes suscribimos, nos comprometemos a trabajar para que se implanten medidas permanentes que permitan una movilidad basada en criterios que defiendan la salud de las personas y del planeta, que se fundamente en el interés público y que partan desde la ordenación del territorio urbano.

martes, 1 de julio de 2008

LA NOCHE DE LOS REGISTRINES

Apenas contábamos diecisiete o dieciocho años y empezábamos a salir por la noche. Ellos salían más tarde, casi cuando nosotros regresábamos. Al cruzarnos nos miraban perdonándonos la vida, pero con un punto de ternura. Ellos empezaban la fiesta, nosotros la dábamos por concluida. ¡Hasta mañana, registrines! Les miramos con cara de no entender y les preguntamos que significaba registrín. Se rieron como si no hubiera más días para reír. Pero nos lo explicaron. Tiempo atrás, cuando a España la conocía la madre que la parió, existían las paradas de yeguas. Unos lugares a donde se las llevaba para que un caballo las preñase. Pero no eran tiempos de bonanza y podría ocurrir que la yegua no estuviese en celo -aunque el dueño pensase que sí-, se rebelase y a resultas de una mala coz retirar de la carrera al semental. No era cuestión de experimentar dado el valor del caballo. Por tanto, cuando una yegua llegaba a la parada, se sacaba al registrín: un burro con una ingrata labor. Si la yegua no estaba en celo, la coz se la llevaba el asno. Si, por el contrario, la yegua no se encabritaba, se retiraba al burro al establo y salía el caballo. Así nos veían y así veían el mundo. Cosas del siglo pasado, de los años de la furia y la testiculina. Tras el domingo queda escrito un punto y final.

martes, 20 de mayo de 2008

EL ROBO DE LA POLÍTICA

La sociedad es un cuerpo móvil, los diagnósticos sociales son, por tanto, como la fotografías: retratan un espacio concreto en el instante preciso en que se tomó, ni lo que antes hubo, ni lo que después habrá. Y la fotografía de este preciso instante, en lo referido a la relación de la sociedad con la política, esto es, la participación en las decisiones que afectan al modo en que la sociedad se organiza, muestra una abismal separación. Un desapego cuyas causas merecen ser analizadas con detenimiento porque las consecuencias son profundamente nocivas. Es menester adentrarse en el estudio de las causas para incidir en ellas y dar un viraje de 180º hasta conseguir que la sociedad, el conjunto de la población de cada espacio físico, sea consciente y consecuente con las decisiones que se toman que afectan al conjunto del que formamos parte y siendo parte afectada, es un ejercicio de responsabilidad implicarse y no el depositar sin más una delegación.

Pero en esas estamos y eso es lo que se ve en la fotografía, hemos restringido el valor de la democracia a una sucesión de páramos de pasividad de cuatro años de extensión. Y, entre uno y otro, el ejercicio de un voto como único elemento activo. Mientras, desde la calle, se habla con desdén de todo lo que huela, siquiera tangencialmente, a política. Hasta el punto de haber convertido a este sustantivo en un adjetivo de carácter peyorativo. Cualquier nombre al que se le califica de político ya está insultado. 

En vez de implicarnos en el devenir de los acontecimientos, encargamos a unas personas una labor con el objeto de que en el entretanto no nos molesten, una especie de subcontrata de gestión municipal, autonómica o estatal. Ese desapego rearma el poder de unos pocos hasta el punto de haber llegado a un estado de oligocracias alternativas entre dos grupos de poder que se instalan en el centro de operaciones de las dos grandes fuerzas políticas que se reparten el tiempo en el mando de las operaciones. Dos máquinas diseñadas para ganar elecciones. Cuando alguien de estas dos corporaciones, PSOE y PP, gimotea cual plañidera en medio de discursos en los que suplican que se ha de revestir a la política de dignidad, está mintiendo. Porque pretenden que las cosas sigan igual, que el paisaje de la foto se congele. Mientras haya ese desapego de la sociedad hacia la política les dejaremos hacer, recibirán insultos pero nos habrán robado lo nuestro, les llamaremos perros, pero les tiraremos pan. 

No hay mejor ejemplo que dos citas, una se le atribuye al dictador Franco, quien ante una petición de consejo respondió: “Haz como yo, no te metas en política”. La otra corresponde a uno que fue ministro con el anterior, Manuel Fraga, quien no tuvo reparo en afirmar que “la política es tan fea que hasta las suegras se llaman así”. Pero ninguno se apeó del burro hasta el final. O sea, ellos a mandar y los demás a callar que esto es feo y desagradable. Enmendar todo lo relacionado con lo público no es, por tanto, un error, sino un ejercicio premeditado para que el común de los mortales huyamos y les demos barra libre para que hagan y deshagan a su antojo.

La segunda causa de este desafecto es la perversa dinámica de la política como espectáculo.  Es un modelo cultural semejante al que emana de estos programas de televisión en el que los famosos lo son porque salen en televisión. Y cuanto más salen, más famosos son. La televisión da poder a quien sale en ella y en el mundo de los que gobiernan se ha creado una dinámica parecida. Cada grupo es conocido y juzgado por sus “eslóganes” más que por la labor política que desarrollan, las cámaras están más pendientes de lo inmediato, del chascarrillo, de lo chocante, que del contenido. Nadie sabría decir cuáles son las diferencias sustanciales entre la propuesta de Esperanza Aguirre y la de Mariano Rajoy después de haber monopolizado el tiempo que se ha dedicado a la información de estos asuntos. Millones de palabras para debatir sobre la nada que les diferencia.  Todos hemos visto a Carme Chacón desfilando ante contingentes de soldados y sólo hemos leído análisis (algunos con una absoluta falta de respeto que define a sus autores)  sobre un debate que, a estas alturas,  ya parecía superado: la igualdad entre hombres y mujeres . Pero ni un renglón sobre la política de defensa que la ministra planea ejecutar. Y así hasta el infinito, los platós convertidos en escenarios políticos y los espacios “constitucionalmente establecidos” para el debate democrático, los partidos políticos, vacíos de contenido. 

La política es tan fea que la quieren exclusivamente para ellos y a nosotros nos quieren alejados.  Eso vemos en la foto de hoy, podemos colocarnos de otra manera para próximos retratos.

Publicado en "Delicias al día" en 2008

martes, 5 de febrero de 2008

AVE GRANDE COME MUCHO

El futuro ya está aquí. Ese tren que nos han vendido como el bálsamo de Fierabrás que ha de curar todos los males habidos y por haber, galopa ya por nuestras calles. Los periódicos han escupido las caras de una larga lista de próceres (y no tanto) que sonríen a caballo ganador. Ha venido y lo vemos porque, lejos de circular bajo la tierra vallisoletana, luce esplendoroso a nuestro nivel. Ya habrá tiempo para esconderlo.

Madrid-Valladolid en una hora frente a las casi tres que hemos perdido en cada desplazamiento. La zona este de la ciudad se abre paso ante venideros años de vacas gordas cuando todo esté enterrado y bien enterrado. Millones de personas encontrarán el paraíso bajo los adoquines pucelanos. Y mucho más que se me olvida.

miércoles, 8 de agosto de 2007

MORIR SOLO, SÓLO MORIR

       Arsenia y Amalio pudieron haber muerto allá por el año 25 del siglo pasado, cuando nacer y seguir vivo era arte de funámbulos, pero sobrevivieron. Hasta el otro día. Quizá mucho antes habían dejado de existir y la fuerza que arrastraba sus pies no era sino el reflujo del último estertor. Pero de su muerte física nada supe hasta antes de ayer. Podrían haber muerto en esa guerra traidora en la que jugaban a esquivar obuses o en esos exangües años posteriores de estómago vacío, a todo ello resistieron. Por un miserable chusco llenaron de llagas sus manos y así, año tras año, hasta que la maquinaria les echo de las prosperas fincas del señorito. En la capital, con tantos como ellos, encontraron cobijo bajo una chapa, entre cuatro tablones. Sólo varios años después, incontables horas de trabajo después, compraron una casa digna de tal nombre. En ella criaron a sus cinco hijos, en ella invocaban a esos axiomas de la unidad familiar. Pero a su alrededor las viejas estructuras se derrumbaban antes de construir las nuevas. Dos días atrás aparecieron muertos en su vieja casa, seis días llevaban sin que nadie les hubiese echado de menos; mas su muerte se produjo mucho antes, cuando se despeñó la única institución en que los humildes podían creer: los que tenían cerca.”


Es un retazo de historia. Unas líneas en las que hace tiempo quise reflejar la soledad de los desamparados. La soledad de los últimos días. El relato de un caso extremo porque, a pesar de que se repite inexorablemente,  la mayoría de los corazones laten por última vez rodeados de las personas a las que han querido, a las que han entregado sus vidas. Pero ese último aliento se produce después de años en que las secuelas de la vejez unidas al frenético ritmo de nuestras vidas han privado del calor de la compañía. Un buen baremo para analizar la calidad de una sociedad es medir el trato que se dispensa a las personas mayores. El peso recae sobre todo en manos de las mujeres, hijas que abnegadamente entregan sus cuidados a sus padres. Pero eso debe ser cada vez más pasado. Es una labor que nos corresponde a todos y eso supone que los hombres compartan esa labor y que la sociedad articule los medios necesarios para que eso sea posible. Las administraciones públicas tienen una labor que desarrollar. Una labor encaminada a la atención de nuestros mayores y que permita a los que algún día lo seremos poder desarrollar nuestra actividad profesional. Eso es compatible con la vida en común de todos en el mismo hogar si así nos lo planteamos. Centros de día que hagan compatible el cuidado con el trabajo. Las necesidades no acaban ahí, en paralelo es necesaria la creación de centros residenciales para quienes por razones de salud, incapacidad de desplazamiento o cualquier otro motivo requieran una atención continuada durante las veinticuatro horas del día. Una red pública cuyo coste a los usuarios vaya en consonancia con la capacidad económica. Uniendo el aumento de la esperanza de vida, la menor tasa de natalidad y el cambio que ha experimentado nuestra sociedad estas necesidades irán aumentando de forma paulatina y ya llevamos mucho retraso.

sábado, 4 de noviembre de 2006

BLANCO, NEGRO... TODO GRIS

Siempre fue así. Habituados al poder, tan interiorizado lo tienen, que cuando -cosas de la democracia- lo pierden, su reacción se asemeja a la de cualquiera de ustedes si viesen caer algo hacia arriba. Es el sino de la derecha, una especie de síndrome de Obelix, creen que de niños cayeron en una marmita llena de una pócima mágica y desde entonces, incontestablemente, el poder es suyo. Y aún así no cejan en el empeño y siguen pidiendo un cacito más.
En el fondo no les falta razón, mientras las fuerzas económicas se impongan impunemente y marquen la estrecha senda por la que hemos de caminar, el poder será hereditario. Y lo manejan con la experiencia de generaciones. De las viejas a las nuevas. Son tantos años que han aprendido a apropiarse de todo con más destreza que yo a cambiarme de calcetines. Deciden, imponen y hacemos. Un día tras otro, hasta configurar un mundo a su gusto que no es otro que el de sus intereses.

martes, 29 de noviembre de 2005

MICRÓFONOS CARGADOS POR EL DIABLO


Un suponer, yo escribo que Federico Jiménez Losantos es homosexual. Lo repito cada mañana, todos los días, cada uno con verbos más sañudos que el anterior. Él, un machote por la gracia de Dios, pretende fundamentar con educación (ya digo que es un suponer) mi mendacidad, al menos en lo que a su persona se refiere. Lejos de rectificar y con la espalda cubierta insisto y aporto “pruebas” de grueso calibre: uno de sus compañeros de trabajo es homosexual, en sus años mozos compartió piso con otro joven, un miembro de mi equipo de investigación relata al por mayor secretos de su alcoba. Cuando el señor Jiménez Losantos replica que está casado con una mujer yo me armo con el micrófono para ahondar en mi tesis: la boda fue una tapadera, su esposa, a efectos legales, es lesbiana y su matrimonio no ha sido consumado. Los millones de personas que me leen y oyen, aunados por un odio común, no dudan de la veracidad de mi relato o al menos comulgan con mi propósito, ante el enemigo el fin justifica los medios, de hundirle ante los suyos que conciben la homosexualidad como una aberración. Si decide ir ante un juez su defensa jurídica sería inconsistente, nadie le ha acusado de ningún delito, nadie le  ha calumniado. Además en ese caso yo denunciaría su intento de silenciarme, un nauseabundo ataque a mi libertad de información.

La libertad, ¿cuántas fechorías se hacen en tu nombre? ¿Cuántas veces olvidamos que eres de todos o no eres? ¿Cuántas...? ¿Cuántas...? ¿Cuántas...?

La libertad de información es una niña siamesa que nace soldada al derecho a la información. Tras la cirugía de separación viven los dos o ambos mueren. La información arrendada, sesgada, falaz, arranca de la sociedad el derecho a la información. Un periodista tiene sus ideas y debe expresarlas libremente, de ahí a la mentira interesada media un abismo que más de uno barre a diario.

La libertad de información no es de nadie al ser de todos. Muchos son los que apelando a su nombre la mancillan. El recorrido entre un hecho y una noticia está salpicado de cocodrilos. Empresas, administraciones públicas o jerarquías religiosas, que pagan sonidos o silencios con sueldos o ingresos publicitarios, amos de emporios informativos interesados en ser poder, opinantes deshonestos, presuntos historiadores...

Pero cualquier ley que pretenda regular el trabajo de los informadores supone un riesgo que no debemos correr, aunque haya micrófonos que los cargue el diablo. Todas las mañanas. Toda La Mañana.


Artículo publicado en la edición para Castilla y León de 'El Mundo'.