En cualquier dictadura existe
paranoia en doble dirección. Los súbditos se sienten controlados conscientes de
que el régimen escarba con millones de orejas hasta en los espacios más
recónditos. Los jerarcas temen cualquier movimiento porque en todo intuyen un
intolerable vestigio de disidencia y saben que cualquier golpe puede horadar su
tiranía. En esas condiciones, aparentemente, solo pueden escribir los que
quieran garantizar su jornal y toman nota de lo que el régimen quiere leer o
los temerarios que ponen su nuca a disposición de cualquier bala. Sin embargo
hay un tercer grupo, el formado por personas que son capaces de enviar mensajes
a los lectores más allá del tenor literal de sus palabras. Durante el
franquismo se hablaba de ‘leer entre líneas’.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
jueves, 17 de enero de 2013
miércoles, 16 de enero de 2013
UNA CINTA LANZADA AL AIRE
A principios de los
años setenta, gimnasia y rítmica eran en España dos palabras que nadie entendía
que pudieran ir unidas, nadie excepto Félix Fernández, el Presidente de la
Federación Española de Gimnasia, empeñado en introducir esa disciplina en nuestro
país y, para ello, nada mejor que empezar apuntando alto: quería que España
albergase el mundial de 1975. Pero esa aspiración no podría ser cumplida si no
había una base, por pequeña que fuese, y decidió que una representación debería
acudir al mundial previo, el que habría de celebrarse en Rotterdam. Dado que
nadie practicaba ese deporte, se hacía imprescindible una actuación urgente. Se
contrataron dos entrenadoras de prestigio internacional que realizaron el
primer curso nacional de entrenadoras de GRD con una selección de 50 profesoras
de Educación Física y, finalmente, tras otros cursos, eligieron a tres de ellas.
Una de esas tres, fue es nuestra protagonista: Teresa de Isla. Quedaron
penúltimas en la ciudad holandesa pero se consiguió el objetivo a corto plazo,
el mundial se celebraría en España, y otro que aún permanece superando con
creces cualquier sueño de los federativos de entonces, la gimnasia rítmica se
ha consolidado y sigue proporcionando éxitos al deporte español. En este
segundo apartado, Tere de Isla también ha marcado un camino, su labor como
formadora ha contribuido de forma decisiva para que varias generaciones de
chicas conocieran los entresijos de este deporte.
domingo, 13 de enero de 2013
UN PUÑITO CHICO
Hace diez años, una parte de Italia lloraba por la pérdida del polifacético artista Giorgio Gaber. Con su muerte, producida el mismo día que nacía el calendario de 2003, desaparecía un referente artístico, pero también un faro ético e intelectual. Desaparecía él, pero no su obra, hoy podemos escuchar sus canciones, deleitarnos con sus actuaciones en el teatro o sonreír, con la tristeza propia de quienes sienten un pellizco en la parte del corazón en la que reside la nostalgia, cuando oímos sus brillantes monólogos.
Estos últimos son un compendio de agudeza para diseccionar la sociedad en la que vive, con sus anhelos y sus derrotas-, ingenio para encontrar las palabras precisas, ternura para declamarlas como si fuesen caricias y mordacidad para no permitir la indiferencia. En uno de ellos, ‘Qualquno era comunista’, Gaber asiste a una supuesta entrevista de trabajo. En sus primeras respuestas al inexistente interlocutor, él, timorato, trata de medio esconder o justificar algunos hechos producidos tiempo atrás, cuando militaba en alguna organización juvenil de orientación comunista. Dice que sí, pero bueno, eran cosas del momento, pecata minuta, cosillas a las que se sentía arrastrado por otros. Cantaba la Internacional, pero lo hacía en coro. Vio a los Inti Illimani, pero no lloró. Tenía en la habitación un cartel con el rostro del ‘Che’ pero pequeño. Nunca, nunca, nunca, levantó el puño, bueno, a lo mejor una vez, un puñito chico, claro.
jueves, 10 de enero de 2013
HUELGAS INOCUAS
Las personas que reciben un
salario por su labor no hacen otra cosa que vender su trabajo. Dado que no
tienen otra posibilidad, llegada una situación de conflicto, la única
herramienta disponible es ese trabajo que ponen en venta. Es tan simple como comprender
cualquier mecanismo de intercambio. Cuando una parte entiende que en el pacto
sale perdiendo porque hay un abuso de poder, toma medidas para buscar, al
menos, un punto de equilibrio. Cada trabajador, por su cuenta, sabe que su
capacidad de presión es ridícula comparada con la del empresario por lo que, si
pretende que la fuerza de su trabajo se ponga en valor, necesita que el resto
de la plantilla, la gente de su misma rama laboral o, incluso, todo un país, secunde
una iniciativa común. Ahí radica el sentido de las huelgas, así fue su origen y
de esta manera las define la Organización Internacional del Trabajo.
En una sociedad tan
interdependiente como esta, es inevitable que lo que afecta a unos influya en
todos, y las huelgas no son menos. Si un sector detiene su actividad, las
personas, en principio ajenas a dicho conflicto, sentimos la repercusión. El
eco de esa huelga será tomado como un indicador por los demás sectores y
elevará, o disminuirá, la capacidad negociadora del resto de los trabajadores.
Quien viva de un salario deberá saber que, de una manera u otra, ese conflicto
es también el suyo. Pero hay otro tipo de resonancia: el hecho de que alguna
actividad cese, siquiera por un tiempo, rompe el ritmo de la ciudad. Sin el
trabajo de unos, otros no pueden desplazarse, no llegan alimentos a los
supermercados, las calles están llenas de bolsas de basura sin recoger... Todo
eso ocasiona molestias al resto de los ciudadanos y son muchas las quejas que
se oyen. Hasta que le toca al que se quejaba y entiende que una huelga que no
molesta pierde parte de su potencial. En época de conflicto, es conveniente
tener claro qué es lo que está en juego y hasta qué punto se convierten en
soportables algunas molestias.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 10-01-2013
lunes, 7 de enero de 2013
TRES COSAS HAY EN LA VIDA
Las copas se alzan y alguien grita ¡salud! Alguien presente en el
brindis asiente y añade ¡dinero y amor! Esas tres palabras dan título a un
clásico bolero que remarca que son la base sobre la que se asienta la
felicidad, tan es así que quien tenga la suerte de poder gozarlas al mismo
tiempo debe dar gracias a Dios. La banda de rock Los Rodríguez no quiere ser
menos y otorga el mismo título a una de sus composiciones en la que descorcha
una botella de vino para brindar por los buenos viejos tiempos en los que
derrocharon las tres, ahora, sin ninguna, ese recuerdo es el mejor homenaje o,
en todo caso, la única forma de disfrutar un presente sin otro asiento que la nostalgia.
Al fin y al cabo cuando falla alguna de ellas parece que todo se desmorona
alrededor, que toda la fuerza que creímos tener se cimentaba con esas tres
bases: una salud que nos permite levantarnos cada mañana con ganas de poder con
el mundo, el dinero suficiente para que no haya espacio en la cabeza para
pensar en su ausencia y amor concreto o difuso, personas que te quieran y que
quieran ser queridas, un entorno afectivo que impida la sensación de soledad en
un mundo lleno de gentes que transitan a tu lado a las que pareces no importar,
a las que, de hecho, no importas.
jueves, 3 de enero de 2013
QUERIDOS REYES MAGOS:
Quizá, pues han pasado muchos
años, os sorprenda ver mi nombre en el remite de este sobre, pero esta vez han
podido más las ganas que esa pose, que ese rictus serio que parece obligatorio
si quieres parecer adulto y ser aceptado como tal. Ya sabéis, porque a buen
seguro habéis leído ‘El Principito’, que “las personas mayores nunca comprenden
nada por sí solas”, te dicen continuamente lo que hay que hacer y no admiten
más que un camino para ello. Las cosas son así, repiten, y si descubren que
haces dibujos, te miran con una mezcla de desdén y autoridad para insistir en
que “hay que dejar a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas
e interesarse un poco más en la Geografía, la Historia, el Cálculo y la Gramática”.
Materias todas ellas necesarias pero no suficientes salvo que nos conformemos
con una vida a plazo fijo, con un hastío programado, con una andanza sin
ilusión. Una ilusión enterrada por la
inmediatez, enterrada hasta el punto de haberos puesto en entredicho. Lo
habréis escuchado igual que yo: Es mejor hacer regalos a los niños al principio
de las vacaciones para que puedan disfrutarlos mientras duran. Un argumento
estúpido que permitió la entrada de ese usurpador que nunca supo lo que es
jugar con la emoción, con los días de ojos encendidos esperando. Nunca supo que
se disfruta más imaginando que teniendo, deseando que leyendo el manual de
instrucciones.
Oigo estos días la misma
pregunta, qué le pido al año, qué os pido a vosotros. Nadie me preguntó qué le
ofrecía yo al año, incluso, qué os podía ofrecer a vosotros. Me lo planteo y no
sabría qué responder pero sé que pedir y dar son, en el fondo, el mismo verbo.
Que a veces provoca el mismo placer una cosa que la otra, que también hace
falta tanta generosidad para atreverse a pedir como para hacerlo a dar.
Nada más pretendía, si acaso
recordaros que existo, que sigo siendo el mismo niño de antaño, aunque, eso sí,
ahora no digo adiós porque, como cantan los de Extremoduro, este bar está
cansado ya de despedidas.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 3-01-2013
jueves, 27 de diciembre de 2012
¿Y SI NADIE NOS MANDA?
Aceptamos ser esclavos a cambio
de un salario, el salario fue menguando pero ya habíamos aprendido a ser
esclavos que no es otra cosa que pensar con la cabeza de otros. En la película
de Eliseo Subiela ‘El lado oscuro del corazón’, la muerte representada por
Nacha Guevara responde a Oliverio, un poeta que deambula buscando a la mujer con
quien volar, ‘sería espantoso descubrir que cumplo órdenes que nadie ha dado’.
La muerte, poco acostumbrada a
ser interpelada, ve en este caso cómo se la enfrentan, cómo su interlocutor -solo
podía ser poeta quien así encara- no asume la fatalidad, las cosas no son así,
están así. ‘No sos una muerte torera, sos una muerte de barrio y programas de
televisión, una muerte mediocre, anónima, cobarde’. Ella había arrancado la
conversación pretendiendo reprimir, acongojar, mostrar un mundo plagado de
lugares comunes, un mundo entristecido porque su población había interiorizado que ese
era el camino recto, que la madurez es la asunción de una realidad opaca.
‘Oliverio, aunque te portes como un niño ya no eres un niño’. Hazte mayor,
espabila, obedece, no seas ingenuo, no creas en el hombre, te irá mejor.
Ahora, acorralada, la muerte se
defiende: ‘Yo no
existo por mí misma, soy un instrumento. Si no te llevo es porque todavía decís
algunas palabras que impiden que te lleve, y mientras las sigas diciendo tengo
prohibido tocarte. Me echas en cara cosas como si yo fuera la
responsable de todo y yo solo cumplo con mi papel. ¿Por qué no vas y le
preguntas al responsable de todo?’
Él insiste: ‘¿Y cómo voy? Dame
una tarjeta para verlo de parte tuya, vos lo conocés’.
-Yo trabajo para él, yo no lo
conozco
-¿Trabajás para él?
-Creo que sí, sería horrible
darse cuenta…
Sería horrible darse cuenta de que
obedecemos sin ser mandados, de que somos instrumentos de la nada, de unos
cuantos que ya no necesitan decirnos qué hemos de hacer porque, tras décadas de
susurrarnos al oído que las cosas solo pueden ser así, hemos terminado creyendo
que su lógica era la única posible.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 27-12-2012
domingo, 23 de diciembre de 2012
SUTIL MECANISMO
El complejo mecanismo de la vida de vez en cuando embarranca y nos enfrenta al espejo que todos sabemos que tenemos en casa, pero al que no queremos escuchar porque nos recordaría nuestra vulnerabilidad, nuestro carácter efímero. El cuerpo es el milagro inexplicado de la evolución y encierra en alguna parte de sí dos depósitos invisibles, en uno se atesoran los recuerdos, del fondo del otro brotan las ilusiones. Con el material de ambos se amasan las emociones. Pero no dejamos de ser un conjunto de reacciones químicas que se realizan sobre una base de agua. Dicen que la medicina no es una ciencia exacta, pero nada menos cierto, simplemente no existe el conocimiento suficiente para comprender los arcanos de una maquinaria tan impecable como sutil. Tan sutil que está expuesto a miles de vicisitudes que en algún momento pueden desengranar cualquier cadenilla y terminar afectando a todo el montaje. Estamos enfermos, buscamos soluciones, química que recomponga la química. Salvo que la enfermedad se llame cáncer, entonces agachamos la cabeza y tememos lo peor, la palabra viene a despertar nuestros miedos atávicos y la asociamos a algo parecido a una condena a muerte. Ya no es así, la medicina demuestra que sí es ciencia y va desentrañando parte del misterio pero el miedo sigue latente, al cáncer y a ser nosotros los señalados. Quizá por eso, porque no hay criterios que garanticen la inmunidad, todos sufrimos al saber que que alguien está señalado por esa cruz del destino.
sábado, 22 de diciembre de 2012
LA HISTORIA ES PLANA…EPPUR SI MUOVE
Nuestros padres eran más cerrados
que nosotros y nuestros abuelos iban más a misa que nuestros padres. Así visto,
así parecía, cada generación daba un paso más en una línea recta. Nos convencieron
de que la historia permanece inmóvil y somos nosotros los que avanzamos sobre
ella. Sin vuelta atrás, sin parapetar lo conseguido, sin miedo, por tanto, a
perderlo, sin consciencia, sin memoria. De repente, vuelta atrás. Y ahora nos
preguntamos cómo hemos llegado hasta aquí, hasta un punto desconocido que, sin
embargo, se parece demasiado a lo descrito en las novelas del pasado. Fortunata
busca en los contenedores mientras los hombres cercanos a Jacinta ejercen de
dueños de todo, de todos y de todas.
Volvemos, digo. La parte de la
sociedad que se denomina ‘indignada’ reclama algo tan ‘revolucionario’ como
transparencia, exige algo tan ‘radical’ como que los gobernantes cumplan lo que
proponen en los programas electorales, reivindica algo tan ‘rompedor’ como participar.
Todo aquello que ya creíamos tener, todo aquello que nunca pensamos que se
pudiera perder. De nuevo a la casilla de salida, de nuevo con la puerta
cerrada. De nuevo a la calle para pedir lo elemental, un decálogo de buenas
intenciones, no robarás, no matarás. Nada por soñar, nada por transformar.
Demasiado y, a la vez, demasiado poco. Las mil revoluciones pendientes siguen
pendientes porque, entre otras cosas, están en la carpeta de asuntos para más
tarde, como si la historia fuera lineal, como si después de esto fuera a llegar
necesariamente lo otro, como si no tuviésemos, ya, nada nuevo que decir, nada
distinto que proponer, ningún camino más allá en el que luchar.
Publicado en "Último Cero" el 22-12-2012
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