El consejo atribuido a Sun Tzu es válido para enfrentarse a cualquier
circunstancia, pero es esencial para quien tenga alguna responsabilidad
en la estrategia militar: ‘Nunca hay que dar un paso si no se está
seguro del siguiente’. Al anecdotario de Hitler le ocurre lo mismo (con
perdón) que a las reliquias que encierran un fragmento de la corona de
espinas con que aquellos soldados romanos pretendieron humillar a Jesús
de Nazaret: si creyésemos que todas las anécdotas son ciertas, o que
todos esos trocitos de madera estuvieron donde dicen que estuvieron,
podríamos llegar a la conclusión de que el tirano habría vivido
doscientos años y que la cabeza del joven nazareno tendría una
superficie capilar cercana, en tamaño, a la del partido de Sigüenza. Una
de esas leyendas hitlerianas cuenta que el enajenado líder nazi, buen
seguidor de la consigna citada, reunió a sus asesores militares con el
fin de conocer las intenciones del ejército enemigo antes de decidir
cuáles habrían de ser los pasos a seguir. Para tal fin había pedido,
previamente, a cada uno de ellos un minucioso informe en el que deberían
recoger cuáles serían los próximos movimientos de los aliados. Tras
escucharlos, comprobó que apenas había coincidencia entre las
previsiones de cada uno. Hitler se levantó airado, lanzó los informes al
suelo y les dijo a voz en grito: ‘Seguramente uno de ustedes tenga
razón, el problema es que no sé quién de todos es’.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
lunes, 8 de abril de 2013
jueves, 4 de abril de 2013
LAS PERDICES DEL EXSAPO
Los cuentos relatan una pequeña
parte de la historia, la que, de tan dulce, resulta empalagosa. Pero nunca se
esmeran en narrar los hechos que acontecieron antes o en detallar lo que, tiempo
después, los protagonistas se encontraron en las tripas de esas perdices que comían
aparentemente felices. Alguno de estos cuentos sí recrea momentos de tensión,
instantes en los que la vida y la muerte se daban la mano, pero siempre eran
burlados gracias a la pericia de esos héroes principescos, a los dones de hadas
imaginarias o al puro azar. Callaban, sin embargo, las escenas que no se podían
escribir en papel cuché sino en simples folios. Estas eran arrojadas al fuego y
así, entre llamas de silencio, moría la parte más sucia de la historia. A veces
incluso alguna de esas secuencias fue capaz de evitar el fuego, pero nos
negamos a creerlas. Pensábamos que eran infundios destinados a arañar la piel
sensible de esos seres casi mitológicos y que su prestancia, adquirida tras
siglos decorando un árbol genealógico, era incompatible con el error. Pero no,
el error es intrínseco a la genealogía de esos árboles tan farrucos que creen
que les debemos la sombra, tan altaneros que no se dan cuenta de que su madera
se pudre más deprisa que la del resto, de que la corteza que les adorna podrá
ser más aromática, pero envuelve a la nada. Nos hemos caído del guindo, la
mitología muere cuando el hambre aprieta.
lunes, 1 de abril de 2013
LA TECLA O LA FLAUTA
La leyenda cuenta que la pérdida
accidental de una herradura de un caballo produjo la derrota en una batalla del
bando del jinete. Un pequeño, casi anecdótico, hecho provoca consecuencias de
mucho mayor impacto. También en los libros podemos leer cómo se puede gestar un
punto de inflexión por medio de una acción provocada. Un movimiento que cambie
los paradigmas del momento. La forma más eficaz consiste en invertir el legado
de ‘El Gatopardo’. En su libro, Giuseppe Tomasi di Lampedusa explicita los
tejemanejes de los poderosos para anclarse en el poder, aunque para ello haya
que cambiar el envoltorio. Frente a esta acción, quien quiere cambiar las cosas
puede proponer acabar con todo o, ya digo, elegir un camino mucho más eficaz:
mantener el envoltorio y cambiar el objeto envuelto. Por fuera vemos lo mismo,
pero dentro se han modificado los presupuestos.
jueves, 28 de marzo de 2013
PONS SE VA DE BARETA
Es más fácil sobresaltarse cuando
un toro empitona a un torero que cuando es este el que alancea al animal. Es
más fácil porque no exige ningún esfuerzo entender el sufrimiento de quien
padece como tú, sin embargo, comprender el dolor del que es diferente obliga a
salir de nuestro instinto para acercarnos a su realidad. De esta manera, para
disfrutar de una corrida de toros hay que olvidar la situación en la que se
encuentra el animal, porque quien empatiza con el dolor del toro desangrado no
puede sentir aprecio por la persona que le ha puesto en ese trance.
jueves, 21 de marzo de 2013
BIOPSIA, NO COBAYA
Sabemos que Teruel existe porque
un hubo un movimiento social que se encargó de gritarlo a los cuatro vientos,
antes de eso, Teruel era apenas un frío apunte en la información meteorológica.
De Chipre, sin embargo, sabíamos más: participaba en Eurovisión y era siempre la
perita en dulce de los grupos que le correspondían a la selección española.
Pero de repente, tan de repente como aparece una navaja en el cuello de quien
es robado, Chipre es la palabra más repetida en la barra de los bares. Cuando
las barbas de tu vecino veas pelar… suele ser la reacción oral del interpelado y
el pánico se apodera del que tiene unos cuartos en una cuenta bancaria, o sea,
casi cualquiera. Chipre, vista de esta forma, es una cobaya, un pequeño animalito
al que se tortura con fines experimentales. Superada la prueba, se consiente
que se aplique el mismo tratamiento a los seres humanos, llámense estos Italia
o España.
domingo, 17 de marzo de 2013
RECORDAD: SABÉIS JUGAR
Las corrientes pedagógicas en vigor tienden a menospreciar el desarrollo de la memoria en los procesos de aprendizaje. Dicho de otra manera, lo que antes era la base ahora es un recurso. Las escuelas de antaño, tan escasas de medios como sobradas de alumnos, seguramente por eso, centraban buena parte de su actividad en la enumeración de interminables listados de ríos, de países con sus capitales, de escritores decimonónicos, de reyes de diversas dinastías o en recitar cómo siete cachorros acorralaban a una loba parda. Los alardes de memoria eran pruebas de inteligencia y cualquier aspirante a erudito gozaba de la admiración de su audiencia cuando, mirando al tendido, ahogaba en datos sus peroratas. La influencia de las nuevas teorías, sumada al hecho de que ahora podamos, con solo pulsar una tecla, tener acceso a cualquier información, ha relegado la memoria a un baúl subsidiario hasta el punto de que haya sido ridiculizada con definiciones como ‘la inteligencia de los torpes’.
Los que nacimos a caballo entre una y otra época aún cogimos el gusto a las enumeraciones y, dado que hasta entonces en el fútbol ningún entrenador había teorizado sobre las ventajas de modificar el equipo cada semana, podíamos recitar de memoria las alineaciones de los equipos señeros de la liga. A mí, por edad ya digo, y aunque por afición mirase a otros lares, me correspondió aquella Real Sociedad en la que Arconada y Satrústegui eran el alfa y el omega, los Ataulfo y Rodrigo en la correosa lista de los Reyes Godos. Aquel equipo de una modesta ciudad norteña (asociar vasco y modesto tiene su mérito, reconózcanmelo) consiguió el elogio unánime y dos títulos de liga. Desde entonces, treinta años ya, su trayectoria deportiva ha estado plagada de vaivenes que le han llevado a acariciar la gloria, fueron dos veces subcampeones, y a embarrancar en la Segunda División. Institucionalmente no han tenido una línea más regular, ni han sufrido menos sobresaltos. Pero parece que esa incertidumbre acabó, que han vuelto a encontrar el golpe preciso de pedal, y han conseguido aglutinar un grupo que augura la vuelta a los viejos buenos tiempos.
Verles ayer frente al Real Valladolid fue una delicia. Sí, ya sé que nosotros lo hemos sufrido, pero dado lo inevitable de la derrota, hecho que dimos por cierto demasiado pronto, en cuanto vimos a unos y a otros, lo mejor que se podía hacer era disfrutar del talento, la velocidad y la precisión de esa pareja de diablos heredera de López Ufarte: Vela y Griezmann; del orden, la sincronía y el dominio sobre el juego de los hijos de Jesús Mari Zamora:Illarramendi, Pardo y Zurutuza... En San Sebastián gozan y temen a partes iguales, gozan de un fútbol de alto voltaje y tiemblan ante la cierta acometida de equipos más ricos y voraces dispuestos a engrosar sus plantillas con alguno de los jugadores de esta Real Sociedad que se tragó de un bocado a un Pucela cariacontecido. Un Pucela que pasó por la Bella Easo como la luz a través del cristal, sin romperlo ni rasgarlo. No hubo espacio para extraer ninguna conclusión positiva. Supongo que Rama, debutante como titular, se pregunte dónde se ha metido.
Debe ser que estos chicos, jóvenes como son, pasaron por una escuela en la que la memoria no se ejercitaba y, quizá debido a ello, no recuerden que pueden jugar mucho más y mucho mejor que en San Sebastián. La memoria será, en este caso, el bálsamo que cure la melancolía y estimule el apetito, porque si no quince días sin competición pueden hacerse muy largos.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 17-03-2013
jueves, 14 de marzo de 2013
LAS PAREDES DE LAS SEDES
Las paredes de las sedes de los
partidos políticos están construidas con un extraño material que distorsiona
los sonidos que vienen desde el exterior, desde ese territorio habitado que
llaman ‘la calle’. Ese particular eco
produce dos efectos aparentemente contradictorios: aísla y dirige.
Durante largas temporadas, esas
paredes no permiten que entre sonido alguno, de esta forma, los ‘Óscar López’ que entre
ellas han crecido, adquieren un lenguaje ininteligible, una gama de usos y
costumbres solo válidos para moverse (y ascender) en ese mundo cavernario, pero
que les impide comprender otro lenguaje, el de los mortales que viven fuera. Es
por esto que, cuando están prestos a colgarse una medalla y recibir con agrado
la sonrisa complaciente de sus jefes, se sienten desconcertados al escuchar que
más allá de la sede, en esa calle difusa, critican su actuación. Ellos, en
casos así, caminan por los pasillos con la misma cara que Obélix diciendo “están locos estos ponferradinos”.
domingo, 10 de marzo de 2013
BILLETES FALSOS DE JEQUE
No
lograron su objetivo porque, cuando habían conseguido una réplica
perfecta de los billetes de dólar americano, los aliados estaban a las
puertas de Berlín. La operación Bernhard moría por falta de tiempo para
ponerla en marcha. Un grupo de prisioneros encerrados en campos de
concentración son seleccionados por los jerarcas nazis por su especial
habilidad en cualquiera de las ramas de la impresión. En un primer
momento les piden que ‘fabriquen’ libras esterlinas para, por exceso de
dinero, poder hundir la economía británica. Consiguen la libra pero no
es suficiente, el enemigo ya no es Inglaterra sino los Estados Unidos.
Segunda exigencia: hay que fabricar dólares. A Salomon Sorowitsch, el
prisionero que dirige la parte técnica de la operación, le fascina el
plan. Él era un falsificador profesional y la moneda americana era su
asignatura pendiente. El reto, ahora con todos los medios a su
disposición, le estimula, pero, poco a poco, va siendo consciente de que
su éxito personal conllevaría una ayuda trascendental para los nazis.
La contradicción entre el orgullo y el deber la resuelve ralentizando la
operación hasta el límite, impidiendo, de esta manera, que los USA
murieran con los dólares al cuello. Esta historia real es la base en la
que se inspiró Stefan Ruzowitzky para rodar en 2007 ‘Los
falsificadores’.
jueves, 7 de marzo de 2013
EL PAPEL SE TRABUCA
El miedo al papel en blanco sigue
susurrando al oído, pero ahora ya no asusta con silencio. El fantasma ya no se
envuelve en la sábana del ‘qué decir o del cómo decirlo’ propio de aquel tiempo
en que las noticias se reposaban tras una buena sobremesa. En estos tiempos de
comida basura las noticias siguen el mismo ritmo apresurado, se preparan con
rapidez, se engullen sin digerir, se expulsan sin absorber. Y sin tiempo no hay
matices, negro, blanco, blanco, negro. El Papa que dejó de ser Papa, apenas
hace de ello un par de días, se bajó de la portada para entrar en el museo de
cera; ya es antigualla depositada en el trastero. Así quedó, así será: un nazi
para unos, un santo para otros. Ningún partidario admite ver fisuras en la
biografía de quien, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe,
eliminó cualquier atisbo de disidencia, ni mostró ninguna sensibilidad hacia
los homosexuales. Ningún detractor, de él o de lo que representa, reconoce la
integridad de una mirada introspectiva, la gallardía de quien no se ampara en el
enemigo externo. La portada de la que apearon a Ratzinger alza a Hugo Chávez.
Negro, blanco, blanco, negro. Un tirano sanguinario para unos, un libertador
para otros. Así quedó, así será. Los apologetas olvidarán su mesianismo, sus
fiscales negarán hasta las estadísticas que muestran el avance de la justicia
social en Venezuela. Para mañana, hoy está muy atrás. El uno estará doblemente
olvidado, el otro por dos veces enterrado.
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