jueves, 23 de enero de 2014

CIENCIA PARDA

Henri Poincaré, un científico que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX, dejó escrito que ‘de la misma manera que las casas se construyen con piedras, la ciencia se realiza a partir de los hechos; pero un montón de piedras no es una casa y una colección de hechos no es necesariamente ciencia’. Sin embargo, hay hechos que son como piedras, tan enormes que forman por sí solas una casa. En un informe de Intermón se desvela que, suma, sumando, las veinte familias más ricas de España poseen tanto como los diez millones (10.000.000, que a lo mejor viendo tantos ceros lo visualizamos mejor) de españoles más pobres. Vamos, los que caben en un restaurante frente a los que podrían habitar 30 ciudades del tamaño de Valladolid.

martes, 21 de enero de 2014

CASI UN ENGAÑO

Por si ya fueran pocas las dificultades a las que ha de enfrentarse para sobrevivir un joven de los años veinte en los suburbios de Rotterdam, Jacob Katadreuffe añadía una más: era un hijo ‘bastardo’, condición por la que se sentía apuntado por el dedo cruel de las habladurías. Su madre callaba en todos los sentidos, no solo le ocultaba el nombre de su padre sino que, además, quizá condicionada por el sentimiento de culpa, quizá por verse obligada a ‘cargar’ con un hijo que jamás deseó, nunca le dio el cariño ni la atención que el niño reclamaba. Jacob, a pesar de todo, se empeña en escalar socialmente. Unos viejos libros que yacían mortecinos en la casa de su madre encienden la llama de su curiosidad y marcan el inicio de su formación autodidacta. Un día descubre que Deverhaven, el ser más odiado de la comunidad, es su padre. Este es un hombre ruin que se siente orgulloso de ese estigma. No en vano, por su trabajo de alguacil se dedica a desalojar a los vecinos más pobres entre los pobres de sus casuchas y, en los ratos libres, ejerce de usurero aplicando métodos canallescos. 

jueves, 16 de enero de 2014

SE BURLA DEL MIEDO

Juan Gelman
En el juego en que anduvo hasta ayer, en el mismo juego en que siempre andamos, Juan Gelman eligió ‘esta inocencia de no ser un inocente, esta pureza en que ando por impuro’. El poeta camina por un estertor de Burgos, el burgos con minúscula, el que no se enseña, el que no aparece en las guías, una barriada despojada que es poco más que un ruido que rara vez llega a oídos del Cid. Pisa el poeta con fuerza, camina impuro, y es señalado por el dedo de sus contrarios, quienes esconden la avaricia tras sus inocentes caras de diseño. Pero le da igual, pisa con fuerza porque elige, sin lugar a dudas,  ‘este amor con que odio, esta esperanza que come panes desesperados’. Levanta la mirada y con su poca voz, dice que aquí, lo que pasa, no es un bulevar, no, ‘aquí’, insiste, ‘pasa, señores, que nos jugamos la muerte’. Y de morir que sea así, tras habérsela jugado. Juan Gelman, que, cosas del lenguaje, fue llamado terrorista,  se sentó en un viejo banco de la calle Vitoria y recordó a Daniella Rocca, la mujer que un día conversó con los ángeles. Sonríe el poeta, en su memoria aquellas portadas de periódicos que tildaban a Daniela de loca, ella que ‘no mató a sus padres y fue caritativa’ porque un día de enero ‘orinó bajo un árbol’ o bajo el plano en que había un árbol cuyas raíces se abrían paso en el último suelo de la especulación. Juan, como Daniela, como tantos, estaban en la calle derrochando energía frente a ‘las puertas que se abren para seguir viviendo, las puertas que se cierran para seguir viviendo’.

sábado, 11 de enero de 2014

LA BOINA DE ANICETO

Como en años anteriores, mi amigo Aniceto (que no, que no fabulo, juro que se llama así) comió las doce uvas en un refugio cercano a la Laguna Grande de Gredos. El primer día del año, por cosa de las malas condiciones meterorológicas, no pudo culminar la costumbre: hincar el diente al Almanzor. No obstante, a pesar de esta actitud precavida, Aniceto no pudo evitar, le cito, ‘un hecho trágico: mi boina ha caído en acto de servicio (una ráfaga de viento que...)’. Ernesto, presente en la conversación, puso cara de pesadumbre y le respondió con no menos sorna: ‘Siempre se van los mejores’. Y me acordé , como cada vez que la escucho, que esta frase es la misma que digo en alto cada vez que llega a mis manos un ejemplar de la revista El Jueves y veo que ya no están las ‘Historias de la puta mili’ en las que el fallecido Ramón Tosas ‘Ivá’ narraba con ironía y mordacidad las aventuras milicianas de un grupo de zagales.

jueves, 9 de enero de 2014

ESAS PEQUEÑAS LEYES

Siempre hemos escuchado que la historia la cuentan los escribas del bando vencedor. No es cierto del todo, la realidad más certera nos muestra que si el derrotado tiene más poder (aunque parezca una contradicción ocurre a veces) es capaz de voltear la realidad e imponer su mirada. Así sucede en muchas guerras de descolonización, incluidas las actuales, en las que el imperio encalla. Pero las verdades y las mentiras que conviven impresas en los libros de historia tienen cada vez menos peso en el imaginario colectivo. El conocimiento racional se encoge para el común de los mortales ante la pujanza de los medios audiovisuales que intervienen en el territorio de las sensaciones o en el de las emociones. Conocemos más de la II Guerra Mundial por el cine o por las novelas que por los libros de historia. Así, podemos pensar que el desembarco de Normandía se produjo por el engaño de los aliados sobre el punto concreto en que tal ofensiva se iba a realizar, se tiende a olvidar que ese engaño solo pudo darse porque el grueso del ejército alemán estaba enterrándose en Stalingrado y no podía defender más de un flanco en las costas francesas.

domingo, 5 de enero de 2014

VÍSPERAS DE ALGO MÁS




Al refranero, como a los economistas, conviene hacerle más caso cuando explican lo que ha ocurrido que cuando se aventuran a pronosticar lo que está por venir. En el caso de los economistas, porque sus predicciones están lastradas por el pasado. Al ser imposible tener en cuenta todos los factores que afectan al desarrollo económico de una sociedad o de una empresa, suelen desechar los que no han ocurrido últimamente, pero, como siempre hay algún detalle con que el futuro nos sorprende y que se escapa en sus análisis apriorísticos, la realidad y el estudio no suelen coincidir.

jueves, 2 de enero de 2014

DESEOS COMO SUSURROS

Hay expresiones que solo tienen sentido como convención social y como tal la respuesta se debe limitar a lo esperado, en caso contrario nos hemos metido en un jardín. Cuando nos encontramos can alguien medio conocido al que hace tiempo que no vemos le solemos soltar eso de ¿qué tal? sabiendo que por respuesta oiremos algo equivalente a bien. A su consiguiente misma pregunta nosotros responderemos más o menos de igual manera. Con una sonrisa y un a ver si nos vemos concluye el protocolo y continúa el paseo. Pero cuando nuestro interlocutor nos responde que mal, nos destemplamos. Algo resopla por dentro y nos sentimos obligados a preguntar por las causas de ese mal estado.

jueves, 26 de diciembre de 2013

¿EL ÚLTIMO PUNTO?

Los pinceles de Goya no sentían ningún respeto por esa persona de mirada gélida que posaba rodeado de su extensa familia. Mientras acariciaban ese lienzo destinado a trasladar a lo largo de los siglos las caras y los gestos de quienes se saben dueños de las haciendas y las vidas del sus súbditos, en las calles se empezaba a pronunciar, muy por lo bajo, eso sí, palabras que al norte de los Pirineos eran ya de uso común. Carlos IV, ese rey heredero de rey que a su vez fue heredero de otro y así casi hasta el comienzo de los tiempos, no podía sospechar que su línea era quebrantable, que su poder no se basaba solo en la fuerza económica o militar disponible para defenderse de sus ‘iguales’, sino, también, en algo tan etéreo como el crecimiento de unos conceptos que, incubados muchos siglos atrás, estaban empezando a tomar cuerpo.

domingo, 22 de diciembre de 2013

HAMBRES Y HAMBRES

En vísperas de la Nochebuena aparecen imágenes de menús que simulan los manjares que la tradición indica, pero que se realizan con mucho menos ‘glamour’, u ocurrencias del mismo estilo como pintar ojos en los fideos para que parezcan angulas. Humor negro que no llega, como siempre ocurre con la ficción, ni a los tobillos de esa realidad que esconde en las casas de nuestra provincia ‘hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda’. Quince niños en Tordesillas, otros pocos en Mota y Medina, supongo que más de lo mismo en cualquier otro sitio que se mire, se sientan delante de la pizarra de clase tarareando para sí las Nanas de la cebolla de Miguel Hernández ‘en la cuna del hambre mi niño estaba’, miran a los ojos de sus profesores sin haber desayunado. Hambre que es hambre de la de verdad, de esa que quien la sufre piensa que nunca podrá ser vencida mientras limita sus sueños a estar en la mesa de las cervantinas bodas de Camacho para sentir el estómago saciado.