lunes, 24 de noviembre de 2014

EL MALDITO CAMBIO

Las calles parecían demasiado oscuras en 2081, el gobierno había aprobado una enmienda por la que la igualdad sería obligatoria; pero no cualquier igualdad, no aquella que dicta que todas las personas han de ser iguales ante la ley, ni la otra que reclama que todas han de gozar de un mínimo común de oportunidades, ni siquiera aquella basada en la creencia de que, al final de nuestros días, un juez supremo nos juzgará con el mismo rasero, no. La igualdad de esos días imponía que fuesen todas iguales. Una sociedad así fue descrita por Kurt Vonnegut en un ‘Harrison Bergeron’, una distopía que pretendía llevar al límite de lo absurdo el concepto de la igualdad. Mas esa igualdad nunca fue reclamada por nadie, no hay mente que pueda soñar con ese mundo salvo la de quien, en sus fantasías más depravadamente húmedas, aspira a que el resto de la humanidad no se salga de esos caminos que son las cañadas por las que transitan las ovejas.

domingo, 16 de noviembre de 2014

LA PIEZA DEL PUZLE


Las piezas de un puzle carecen de sentido por sí mismas. Es el conjunto de ellas lo que aporta valor. Observando solo una de ellas no podremos, por más atención que pongamos, hacernos una idea de la construcción completa a la que pertenece. A veces tratamos de interpretar cada gesto, cada estímulo que procede del exterior, para hacer valoraciones generales sin darnos cuenta de que ese hecho aislado, analizado sin el contexto adecuado, sin introducirlo en una lógica de los acontecimientos, no tiene más valor que la pieza perdida del puzle. Precisamente por ello, siendo conscientes de ello, los poderes que siempre han sido, incluso cualquiera que tiene algo de poder sobre un grupo de gente, pretenden convertir cada acontecimiento en un hecho aislado porque esa pieza del puzle, sin confrontarla con el resto, puede ser fácilmente justificada.

domingo, 9 de noviembre de 2014

EL CONDE DE SANDWICH


Para aprender algo de lo que hasta ese momento no se tenía noticia, cualquier sitio es bueno y cualquier razón oportuna. Por ejemplo, ojeando revistas en una sala de espera mientras un psicoanalista jungiano pasa consulta a tu perro. En esa tesitura, Woody Allen, al menos eso cuenta en uno de los relatos que componen el libro ‘Cómo acabar de una vez por todas con la cultura’, descubrió que el sándwich fue inventado, mira tú por dónde, por el conde de Sandwich. Ser consciente de tal hecho no fue un asunto menor, le produjo tal estremecimiento que «evocaba los sueños, las esperanzas y los inmensos obstáculos que debieron acompañar el invento del primer sandwich». Dedicó los tres meses siguientes a recopilar los datos biográficos más significativos de tan preclaro inventor. En 1741, el conde, tras un arduo trabajo, presenta «su primera obra completa (una rebanada de pan, otra rebanada de pan encima de la primera y un trozo de pavo encima de las dos rebanadas) y fracasa miserablemente». Como la genialidad no trasciende si no se la solidifica con trabajo, nuestro protagonista no desiste. Tiempo después «expone ante sus colegas dos trozos de pavo con una rebanada de pan en medio. Todos rechazan su obra».

lunes, 3 de noviembre de 2014

POCO A POCO, NO ES POCO

Paseaban tranquilamente por la plaza mientras iban hablando de sus cosas como lo harían dos amigos cualesquiera una tarde de domingo. El párroco y el cabo de la Guardia Civil pasaban el rato comentando los diversos aconteceres del pueblo. Los temas iban y venían sin ningún orden preconcebido, ora hablamos del alcalde; ora, del precio del vino; ora, de lo que se vaya terciando. Hasta que en uno de estos giros que dan las conversaciones, el cabo Gutiérrez quiere dar por cerrado el asunto anterior arrojando uno nuevo sobre el tapete: «Lo primero que se me ha venido a la cabeza es el tema del libre albedrío». El cura recoge inmediatamente el guante: «Hombre, es que el tema del libre albedrío viene aquí pintiparado, con lo bonito que es ese tema». El uno se queja de que dentro de la Guardia Civil no pueden usarlo prácticamente, el otro advierte de que con los suyos pasa lo mismo, y al momento pasan a hablar de sexo y de ahí a cualquier otra cosa. La escena pertenece a  ‘Amanece, que no es poco’, una película que fue la más votada entre el público que participó en una encuesta propuesta el año pasado por la Seminci.

jueves, 30 de octubre de 2014

ENTRE SÍ DECÍA…

En un pasaje de la calderoniana ‘La vida es sueño’, Rosaura se dirige a Segismundo y le recita en verso lo misma historia que ya relatara Don Juan Manuel en el décimo cuento de ‘El conde Lucanor’: “Cuentan de un sabio que un día/ tan mísero y pobre estaba,/ que solo se sustentaba/ de unas hierbas que cogía./ ¿Habrá otro, entre sí, decía,/ más pobre y triste que yo?/ y cuando el rostro volvió/ halló la respuesta, viendo/ que otro sabio iba cogiendo/ las hierbas que él arrojó“. En ambos textos la moraleja posterior invita al consuelo, incluso a obtener ventaja, al hacerse uno consciente de que, por mal que vengan dadas, siempre podrás encontrar gente en peor situación. Yendo más allá podemos entrever que lo que lleva a salir de un atolladero es la certeza de que nunca se toca fondo, el miedo a empeorar. Puede ser que ese estímulo proporcione el vigor suficiente para revertir una situación dramática, lo cierto es que ambos autores recuerdan cómo la fortuna sonrió al primer sabio, pero nada sabemos del segundo, quien, de no haber encontrado a su vez a un tercero aún más pobre, moriría de hambre en cualquier secarral. 

lunes, 27 de octubre de 2014

CONTRA EL SENTIDO COMÚN

Apelamos demasiado al sentido común como si este fuese una ciencia exacta o una fuente neutra de conocimiento, como si su uso nos permitiera descifrar los enigmas de la vida diaria. Voltaire afirmaba que el sentido común no es nada común. Para nuestra desgracia no cabe afirmación más falsa ya que, por una parte, no se le puede definir como sentido y por la otra, sí es demasiado común. En esta segunda aseveración radica buena parte de su inmerecido prestigio: (casi) todo el mundo tiende a creer que son el resto quienes carecen de esta ‘cualidad’. Ocurre como con la inteligencia, debe de estar bien repartida porque nadie se queja de la suya.

jueves, 23 de octubre de 2014

LA CAJA REGISTRADORA

La figura del cómplice es la más rica en matices, tanto da si hablamos de la realidad como si lo hacemos de cine o de literatura. No deja de ser un personaje ambivalente ya que el papel que juega pasa por parecer otra cosa distinta de la que es con el fin de distraernos para que no fijemos la vista en el sitio donde su compinche perpetra el crimen que entre ambos habían preparado. Es el  que grita ¡fuego! para que abandonemos nuestra casa facilitando que otro la desvalije o el que roba unos caramelos para atraer la atención del vigilante mientras su secuaz se lleva el contenido de la caja registradora. A veces, me da por pensar que todo esto de la corrupción no  es más que otra película con el mismo argumento, que los tipejos que van apareciendo en estas primeras escenas no son más que los cómplices de un robo de mayor calado: la de nuestras haciendas y nuestras vidas.

domingo, 19 de octubre de 2014

JUEGO POCO CURVO

Cinco meses han pasado desde que Ángel diese la última vuelta a la llave para cerrar definitivamente La Curva, uno de esos locales que, más que un bar, fueron el emblema de una época. Casi como último servicio, La Curva fue el penúltimo cobijo de unos poetas locos –no todos los poetas son locos aunque todos los locos sean poetas– emperrados en susurrar sus versos a pleno pulmón. No es extraño este maridaje, el bar rezumaba poesía desde el momento en que fue engendrado; de hecho, el nombre hace referencia a ‘Las personas curvas’, un poema de Jesús Lizano que ya es una declaración de intenciones. «Mi madre decía: a mí me gustan las personas rectas/ A mí me gustan las personas curvas,/ las ideas curvas,/ los caminos curvos,/ porque el mundo es curvo/ y la tierra es curva/y el movimiento es curvo... el pan es curvo/y la metralla recta». En esto del fútbol existen muchos caminos para ganar, tantos como para perder, pero el que nos entusiasma es siempre curvo. Ese fútbol que nació recto en Europa fue tomando distintos cuerpos a medida que viajaba para quedarse en el resto del mundo, pero en uno se torció definitivamente para mostrarnos la belleza curva.

jueves, 16 de octubre de 2014

Y HASTA AQUÍ PUEDO LEER

Anda Mayra Gómez Kemp presentando el libro de sus memorias al que ha intitulado con aquella frase que ella misma hiciera célebre en los años ochenta del siglo pasado (¡cómo suena eso del siglo pasado!) cuando era la presentadora del televisivo Un, dos, tres: ‘Y hasta aquí puedo leer’. Un hasta aquí que marca un límite, esa línea que dificulta el paso hacia el otro lado, una barrera que, cuando hay que enfrentarse a ella, muestra una perfecta fotografía de los merodeadores. Uno de esos ‘hasta aquí’ se encuadra en el terreno de las relaciones personales, son esos agradecimientos debidos que impiden a quien corresponde tomar las decisiones precisas, ya que obligarían al susodicho a prescindir de las personas que más han contribuido a la propia carrera. Llegados a este punto existen, al menos, dos salidas dignas: tomar las decisiones pertinentes relegando a quien fuera un aliado imprescindible o quitarse uno mismo de en medio allanando el camino para que otros lo puedan hacer.