lunes, 5 de octubre de 2015

AÑOS Y KILOS

Siempre que la necesidad acucia, aparece un horda de charlatanes que pretenden embaucar con su palabrería: curanderos que prometen sanaciones inverosímiles, mercachifles que garantizan súbitos enriquecimientos, santeros que son capaces de leer un futuro halagüeño, hechiceros que fabrican pócimas de la eterna juventud. No es nada nuevo, vendeburras han existido en cualquier tiempo y lugar. Sin embargo, en este mundo que nos ha tocado vivir, ha surgido un nuevo tipo de trujamanes:  los alquimistas de palabras huecas, personas que hilan frases con aparente sentido, las empaquetan en libros y las venden como agua en el desierto. Frases que, desmenuzadas y leídas con detenimiento, muestran su absoluta vacuidad, pero que, sin embargo, causan furor y son repetidas hasta la saciedad en encuentros, charlas, grupos de cualquier clase de terapia o son multiplicadas hasta la saciedad en las redes sociales. A pesar de ello, estas frases, pasado el periodo de efervescencia, se evaporan sin ninguna utilidad. La desmesurada aceptación de esta ‘literatura’ - que por su inocuidad no es sino agua- muestra que, en el fondo, buena parte de nuestros contemporáneos se sienten perdidos en un desierto en el que el resto de la población son granos de arena. Quizá el más reputado de estos autores sea Paulo Coelho.

jueves, 1 de octubre de 2015

EL PODER COMO EL PERICO

En aquel año, a la vez que Barcelona lucía orgullosa sus galas de sede olímpica, cinco mozos de la periferia de la capital vallisoletana, Chema, Miguel, Jesús, Carlos y José Alberto se subían a los escenarios para presentarnos su primer trabajo discográfico. Juntos formaban ‘Imperativo legal’ y pregonaban, no menos orgullosos, su condición en el título de ese disco primogénito. Eran ‘De barrio’ y así nos lo querían hacer saber. En una de esas canciones cuentan la triste historia del enganche al ‘perico’ de una tal Perica. Desde que “el perico a la Perica le corriera por las venas, el amor se convirtió en un desastre que no llegaba a ninguna parte”. Así “atrapada y sin salida, la Perica estaba perdida”.
El poder produce un enganche que no tiene por menos al del perico y lleva, de la misma manera, a comportamientos contra natura para que la dosis siga llegando. Artur Mas, poder en vena desde el principio de los tiempos, no es el Braveheart libertador de su pueblo, es, sin más, un político conservador al uso, cuya propensión natural tiende a ponerse a favor de corriente.

lunes, 28 de septiembre de 2015

RUBIOS Y HERMOSOS

Es sencillo acertar con los pronósticos cuando los hechos que se predicen ya han sucedido y, a partir de ahí, prescribir la medicina que se debería haber tomado para haber evitado ‘llegar hasta aquí’. Los profetas de lo pasado, sin embargo, son incapaces de detectar los silenciosos movimientos de las placas tectónicas. Después, cuando a resultas de esos movimientos, dos placas chocan y el retumbe se deja sentir en la corteza terrestre, sí se aventuran a vaticinar las catástrofes que, a buen seguro, habrán de llegar. Esos aprendices de brujo que nos gobiernan o aquellos que pontifican desde valiosas tribunas no fueron capaces de desentrañar lo que estaba ocurriendo y ladinamente, con cara de sorprendidos, aventuran desgracias cuando ya no funciona el embrague y no saben cómo poner la marcha atrás. Concluye el Valladolid su partido y al poco se cierran los colegios electorales en Cataluña. El uno no gana, las otras ponen en entredicho el actual mapa político de la Península Ibérica. Habrá quien se lamente de lo uno y de lo otro, como si ambas cosas fuesen el resultado del súbito encantamiento de un perverso hechicero, como si hubiésemos llegado a este punto sin haber sido conscientes de que caminábamos inexorablemente hacia él. Tanto hablar y hablar y sin embargo olvidan las preguntas más importantes, las que buscan una respuesta entre los hechos y no entre los deseos. Como si por pensar que las consecuencias de un seísmo son calamitosas se pudieran evitar, como si ese simple pensamiento fuera suficiente para evitar el choque de placas y, de esta manera, teorizar absurdamente sobre los terremotos sin tomar medidas de prevención.

lunes, 21 de septiembre de 2015

'HINTELIGENCIA'


Los aviones se alejaban con destino al océano. Allí, en medio de ninguna parte, algún sumiso militar, valga la redundancia, abría la compuerta y dejaba caer la siniestra carga: cuerpos humanos, los unos asesinados previamente, los otros por asesinar. Mientras, en tierra firme, la caza y tortura del disidente era la distracción habitual de los miembros del ejército en ese Chile en permanente estado de excepción. En aquel entonces, el Gobierno de Pinochet crea un cuerpo policial, entrenado por el gobierno de los EEUU en la Escuela de las Américas, cuya labor consistía -asesinatos, secuestros y torturas mediante- en preparar el terreno represivo. Alguien tuvo la ocurrencia de llamar a este cuerpo ‘Dirección de Inteligencia Nacional’. A mediados de los ochenta la dictadura pinochetista seguía en pie y un médico, Sergio Pesutic, publica ‘La hinteligencia militar’, probablemente el libro con más densidad de contenido en relación al número de palabras que lo componen. Lo militar y la inteligencia solo adquieren sentido conjunto si una hache irreverente destroza el canon ortográfico. Por lo demás, la nada: inteligencia y militar son un clásico oxímoron, una contradicción en sus términos. Paradójicamente el no-texto de Pesutic tuvo gran acogida en aquella España de 1986 presidida por Felipe González donde la palabra ‘insumisión’ empezaba a ser habitual en las conversaciones juveniles. Como los tiempos a veces juegan con nosotros, la semana pasada, unas palabras del 'hinteligente' González, tal vez defendiendo sus intereses, quizá mostrando su verdadera patita, han querido dulcificar aquel horrendo régimen militar que arrojaba sus enemigos al mar.

domingo, 13 de septiembre de 2015

MELÓN POR CATAR

El médico informa al paciente de su situación. «Mire su estado es preocupante, le recomiendo que, a partir de ahora, se abstenga de beber y de fumar, que en su dieta suprima la sal y el azúcar y, además, que evite mantener cualquier tipo de práctica sexual». Con la cara en el suelo, el paciente le pregunta: «Doctor, ¿está usted seguro de que así viviré más?». «No -le responde con media sonrisa el galeno- pero se le hará más largo».


lunes, 7 de septiembre de 2015

PEQUEÑO,PEQUEÑO

En las asignaturas que permiten que la imaginación vuele, aquellas en que los exámenes son más propensos a enrollarse, los alumnos que se han preparado a medias tienden a pensar que los profesores corrigen al peso y escriben todo lo que se les ocurre que tenga algo de relación con lo que se pregunta con la intención de llenar folios y folios. Pues más o menos en estas me encuentro. Si de por sí es difícil valorar un partido que se ve por la televisión, no digamos cuando se ve por uno de esos canales de internet en que los jugadores de repente se paran o empiezan a caminar como robots. Pero es lo que hay, un partido visto, digamos, grosso modo.

lunes, 31 de agosto de 2015

QUEDA PORTUGAL

Allá por el 84, los de Siniestro Total editaron su tercer disco de estudio al que dieron por título ‘Menos mal que nos queda Portugal’. En dicho álbum, la banda gallega, a sus clásicos arranques de nihilismo punk, añade lacrimógenos arrebatos de nostalgia como ‘Miña terra galega’, plegarias como ‘Señor ilumina mi corazón’ o unas letras cargadas de despecho dirigidas a una antigua amante, una chica muy mona que vivía en Barcelona. Ella, que respondía al nombre de Assumpta, en vez de estar con ellos, prefirió liarse con un rastafari. Les debió de parecer poca la evolución y decidieron adentrarse, para completar el disco, por los vericuetos de la filosofía. Se quisieron poner trascendentes lanzando preguntas al aire: ¿El mundo es cóncavo o convexo? O quizá haya un poco de las dos cosas sin tener claro dónde están las asíntotas o los puntos de inflexión que sirven para pasar de uno a otro tipo de curvatura.
El Real Valladolid anda un poco a lo Siniestro Total –el grupo, no nos pongamos tan pronto con los tremendismos– preguntándose y preguntándose. Respuestas, aún, pocas. Ni siquiera al quiénes somos podemos responder con certeza. ¿Cuántas Assumptas han ido eligiendo rastafaris antes que un uniforme blanquivioleta? ¿De cuántas estamos todavía esperando una decisión? ¿Alguna dirá que sí? De dónde venimos sí lo sabemos, pero cada uno sabemos una cosa distinta. Habrá quien recuerde que el punto de partida fue la Primera División, lo que aporta un traje de gala; no tendrá menos razón quien afirme que venimos de la UVI y que con un camisón y agarrados al pie del suero vamos más que arreglados.

lunes, 24 de agosto de 2015

LA CAMISETA

Muchos de los paños con los que se elabora la tela de la historia se tejen con un hilo que procede, como la lana del pelo de las ovejas, del material simbólico. Es un hilo a veces invisible con el que se zurce el presente con unos ancestros idealizados y que, a la vez, sugiere ensoñaciones de futuros perfectos. Los símbolos, telas, escudos o fetiches, producen identificación o rechazo, agrupan a los propios y estigmatizan a los ajenos. Hablan con la voz que queremos que hablen, dicen lo que queremos que digan. Podrían, digo podrían, portar valores que nos reconciliasen con el ser humano, pero han sido tantas las veces que su carga fue la opuesta, que no sé si ya merece la pena esperar algo positivo de ellos. Quizá el deporte sea la excepción por ser un símbolo en sí mismo.

jueves, 25 de junio de 2015

GENERACIONES Y DEGENERACIONES

Que no es suficiente con vivir a la vez para ver las cosas de la misma manera, ya lo dejó teorizado Ortega a principios del pasado siglo. La montaña, al fin y al cabo, no parece la misma si se mira desde la falda o desde la cumbre. La aparente revuelta electoral a la que parecíamos abocados ha dejado, tras la primera vuelta de noria, un panorama que se toca con acordes de ilusión para los que no conocían otros gobiernos distintos de los ahora expulsados y de ‘deja vu’ para los que tienen años y memoria. Buena parte de quienes no han llegado a los cuarenta, educados en los años en que todo parecía ir como la seda, llegaron a la conclusión de que todo era seda hasta que la realidad les hizo caer en el engaño.