domingo, 11 de junio de 2017

UN MÍSERO PUNTO

Los primeros homínidos hubieran sido también los últimos de no haber sido por haber creado, tal vez de forma involuntaria, un vínculo entre los miembros de la comunidad. Cualquiera de nuestros antepasados por sí solos no hubieran tenido posibilidad alguna de sobrevivir en un medio que les era absolutamente hostil. El humano no es rápido, ni ágil, ni fuerte como para enfrentarse a depredadores que sí lo eran y que se hubieran pirrado por meterse entre pecho y espalda un bocado tiernecito de carne de bípedo. Si a pesar de tanto peligro, fueron capaces de seguir adelante fue impelidos por ese instinto que les llevaba a poner en peligro su propia vida por un bien biologicamente superior: la pervivencia de la especie. De aquel ancestral resorte, algo nos debe de quedar aunque sea de forma muy matizada.  Es cierto que se ha luchado contra la naturaleza para conseguir espacios vitales que propiciaran seguridad y que desde entonces se han modificado mil veces las estructuras sociales. Es cierto que la razón ha funcionado y en consecuencia se ha abordado la ética como estudio y reflexión sobre una guía ideal de comportamiento. Pero también lo es que el ser humano continúa buscando espacios grupales con los que sentirse identificado. Los patriotismos y los nacionalismos de diverso pelaje no dejan de ser una forma de cubrir esa necesidad atávica: la de pertenecer a algo más grande que uno mismo y así dotarse de un sentimiento identidad colectiva. Paradójicamente, estos espacios de pertenencia ya no servían solo para defenderse como humanos frente a los imponderables de la naturaleza, sino para crear grupos estancos de humanos que se enfrentaban entre ellos. 

jueves, 8 de junio de 2017

LA MOCIÓN INOFENSIVA

Imagen tomada de Abc
El próximo martes, ni te cases ni te embarques, se activarán por tercera vez en la historia del Parlamento español los mecanismos que ponen en movimiento una moción de censura. Como en las dos anteriores, la censura solo llegará de palabra porque, a efectos prácticos inmediatos, nace condenada a convertirse en un apunte en el cuaderno de bitácora del Congreso. Como en las dos intentonas anteriores, por tanto, el objeto de quien presenta la moción, Unidos Podemos en este caso, no será derrocar el gobierno, los números cantan, sino sembrar para recoger más adelante.

lunes, 5 de junio de 2017

PUCELANIAN RHAPSODY

Mientras por estos lares faltaban apenas tres semanas para que se muriese en la cama el dictador Franco,  una banda aún desconocida que respondía al nombre de Queen presentaba su disco ‘Una noche en la ópera’. Los cuatro chavalejos iconoclastas que componían el grupo inmediatamente gozaron de un reconocimiento internacional que jamás perderían. El disco nacía con buen pie desde la elección como nombre del título de una de las más geniales películas de los hermanos Marx. Pero más allá del homenaje,  el aldabonazo que les abrió todas las puertas de la gloria futura lo dieron con una de las canciones que integraban dicho álbum: Bohemian Rhapsody. El tema, desde luego, desconcertó tanto por una letra aparentemente hermética como por una composición musical que va dando saltos de un estilo a otro. Muchas vueltas ha dado la Tierra desde el día de su estreno  y aún hoy siguen surgiendo teorías que pretenden abordar el significado de la letra. Están desde los que la entienden de una forma más o menos literal y la asocian con el relato de ‘El extranjero’, una de las obras emblemáticas del escritor franco-argelino Albert Camus, hasta quienes –en la confesión a la madre del asesinato de un hombre– interpretan que Freddie Mercury se refería a él mismo como el asesinado y pretendía así hacer pública su homosexualidad. La música, por otra parte, hacía honor al nombre de la canción: efectivamente se trataba de una rapsodia al modo de los románticos del XIX: de una composición formada por partes bien diferentes que se unían a gusto del autor. La canción arranca con un canto a capela, inmediatamente entra el piano para dar paso a una balada, el sonido sube en intensidad y arranca un solo de guitarra que de pronto cae para dar paso a un minuto de ópera que se cierra abriendo la puerta al rock que a su vez va dejando de ser para volver al inicio.  

jueves, 1 de junio de 2017

CAMBIO DE PARADIGMA O EXCESO DE MIMOS

Puede parecer una cuestión menor, y no deja de serlo, pero la decisión tomada por varios ayuntamientos, entre ellos el de Valladolid, que atribuye a los vecinos la potestad de decidir cómo se reparte una porción del pastel presupuestario encierra potencial suficiente para desarrollar un ensayo de ciencia política. No me refiero al análisis metodológico del ‘cómo’, que también podría ser, sino a la trascendencia social del hecho en sí mismo. Desde luego el asunto abre diversas sendas para emprender el camino de la reflexión.  

domingo, 28 de mayo de 2017

HOY ES EL DÍA

Una de esas tardes en que Mafalda se ponía espléndida, se acercó a su padre y le asaeteó con una pregunta de esas que congela primero el aire y luego el alma. El hombre empezó a temblar, bien la conocía, en cuanto comprobó que la niña en su andar decidido se encaminaba hacia él. Hay cosas a las que uno no se acostumbra por más que repitan. Cada pregunta de la niña le recordaba las sensaciones de quien se enfrenta a un examen. «Decime, papá, ¿en tus tiempos se vivía mejor que ahora?» Touché. ¿Qué decir? Debió (de) pensar el hombre. Si digo esto volverá con aquello; si digo aquello, me saldrá por peteneras. Todos los caminos que inventaba chocaban con un muro que cerraba el paso. Ya que no iba a encontrar una respuesta con la que dar conformidad a la curiosidad de la niña, por lo menos habría que intentar salir airosamente del paso. Resopló. «Bueno... No había tantas armas nucleares, ni tanta subversión, ni tantos líos raciales...». Observó la cara de la niña, dedujo que la respuesta no había llegado al aprobado. Desarmado, vencido, se encogió de hombros esperando la nota. «¿Qué querés que te diga?». Mafalda no tardó en redactar la sentencia. «Quería que me dijeras que estos todavía son tus tiempos». Ni en firmarla. «Veo que ya estás medio ¡ñac!». El hombre se sentó completamente abatido en el sofá embobado en sus pensamientos. Eran otros tiempos, eran otros tiempos, los míos eran otros tiempos. Por más que la niña se empeñe, los tiempos me han empujado afuera hasta no comprender el  sentido actual de giro. 
Le entiendo porque a mí me pasa, porque me reconozco más en el antes que en el ahora, porque no sé qué se vende en dos de cada tres anuncios de la tele. Antes podría ser un inadaptado, que no digo que no, pero lo era, o quería serlo, frente a un mundo que conocía; ahora observo lo que pasa como la vaca que mira el tren. 

jueves, 25 de mayo de 2017

PASABA (DOS VECES) POR AQUÍ

Imagen tomada de elperiodico.com
Si fuera sincero consigo mismo, complacido por su fortuna caminaría tarareando al son de Aute ‘Si yo solo pasaba por aquí’. Ya sabemos por estas tierras que más vale llegar a tiempo que rondar cien años. No cabe duda de que Pedro Sánchez tiene el don de la oportunidad, por dos veces supo pasar por ahí en el momento propicio. Hace tres años -la hora fue, sin duda, lo que me hizo subir al ver la luz aún encendida-, Sánchez atisbó un leve centelleo en la escalera que da acceso al poder, miró el reloj, hizo un gesto de que sí, se atusó el pelo y comenzó a esculpir la figura necesaria para subir. Con un escoplo dejó impresa en su frente la palabra ‘provisional’, bagaje suficiente para recabar el apoyo de la nobleza de su partido. Ganó.

lunes, 22 de mayo de 2017

ANTES QUE EL ÚLTIMO DE LA FILA

Seguro que se acuerdan de aquellos años en que cada día en la portada de los periódicos de esta ciudad, de cualquier ciudad, aparecía la foto de un alcalde o un presidente de la Comunidad inaugurando un puente, un aparcamiento o unos kilómetros de autovía. Sí, venga, hagan memoria, no hace tanto. Se acuerdan, seguro, de cuando en los presupuestos de cualquier institución sobraban los ceros a la derecha y todo se podía hacer o, al menos, hacer creer que se podía. La ciudad que no tenía aeropuerto pedía uno; la que no tenía línea del AVE, la exigía –tenemos derecho, decían, faltaría más-. Los debates que se lanzaban entonces al aire eran más de índole geográfica que económica, la cuestión no era si se necesitaba y por cuánto nos saldría un, pongamos por caso, palacio de congresos sino cuál sería la ubicación ideal o, en todo caso, cómo tendría que ser de grande. Seguro que, de la misma manera, recuerdan que en las vísperas electorales, el sentir que se palpaba era de una aquiescencia general que se transmitía con aquellas frases que se repetían como coletillas en cada rincón: “El alcalde habrá hecho cosas mal, pero ¡qué bien ha dejado el centro!, ¡qué limpia tiene la ciudad!”. Los prebostes exhibían ufanos su balance constructor y volvían a ser reelegidos una y otra vez. De tanta palmada real o metafórica, buena parte de ellos llegaron a creerse su propia mentira, la de que gestionaban bien. En realidad, simplemente, administraron la abundancia y sobre ese hecho circunstancial, unos medios más que adecuados, se deberían realizar los balances. Quienes llegaron después a ocupar los sillones de las distintas alcaldías, por el contrario, tuvieron que lidiar con la escasez y con las nuevas limitaciones legales que coartaban buena parte de la autonomía municipal. Comparar un gobierno con otro basándose sin más en lo que se construyó en cada época resulta, por tanto, ridículo. Cuando este modo de cotejo parte de la boca de algún regidor anterior es, llanamente, patético. 

jueves, 18 de mayo de 2017

QUÉ LARGO SE HA HECHO

Imagen tomada de www.nomepierdoniuna.net
Han pasado seis años, solo seis años, desde aquel 15 de mayo en que las plazas dizque espontáneamente empezaron a llenarse de gentes dizque indignadas. A hechos de este pelo debió de referirse Albert Einstein cuando en la formulación de su teoría de la relatividad anticipó el fenómeno de la dilatación del tiempo, porque echando la vista atrás tengo la sensación de que ha transcurrido una eternidad. Tan largo se ha hecho que apenas recordamos el nimio detalle de que a la par que se ocupaban las plazas, se iniciaba el proceso que habría de vaciar posteriormente las calles. Eso sí que fue una moción de censura en toda regla, la neoindignación se postuló con éxito convirtiéndose en el elemento axial de la respuesta política. El 15M lo era todo y no era nada. Al poco, como no puede ser de otra manera cuando detrás no existe propuesta compartida, el movimiento se diluyó como la vida del replicante de Blade Runner, como lágrimas en la lluvia.

domingo, 14 de mayo de 2017

HAY ALGO, LLEGA EL MIEDO

No es extraño que en la mayoría de los cuentos clásicos, esos que se transmiten oralmente de generación en generación, entre el elenco de personajes aparezca ‘el lobo’ o ‘el ogro’. No se trata de ogros o lobos cualesquiera, no;  lobo y ogro se presentan precedidos de un artículo determinado, ese ‘el’ que les dota de entidad propia. Así, ‘el lobo’ y ‘el ogro’ dejan de ser un animal o un gigante inconcreto para encarnar en un solo ser la esencia de la maldad, la maldad misma, que acecha.
 No es extraño, decía, que en casi todos los cuentos aparezca uno u otro. En estos relatos fantásticos, recreaciones de la mente humana, se condensan buena parte de sus emociones y entre ellas, en un lugar de privilegio, siempre encuentra acomodo el miedo. Ambos personajes son los encargados de jugar ese papel, el de advertir de los peligros, Caperucita, Pulgarcito, si camináis solos por el bosque...