lunes, 27 de agosto de 2018

LOS HOMBRES SUBTERRÁNEOS

Foto El Norte
El camino les parecía despejado, alzaban la vista y sentían que ningún peligro se cernía al menos en toda esa línea horizontal que se les dibujaba en el horizonte. Nada aparentemente podría malbaratar su tarde de juego y paseo. De repente, como si fueran una suerte de topos agresivos que esperasen el momento oportuno de la salida para, una vez fuera, abrir los ojos, recuperar la vista y amargar una plácida noche sabatina, una oncena de futbolistas blanquivioletas brotaban aleatoriamente e ininterrumpidamente desde las entrañas de la tierra con la intención de robar el juguete de aquel rico virtuoso que no esperaba más que disfrutar del expediente semanal. La tierra se abría y en cada hueco uno, dos, tres blanquivioletas aparecían de súbito para frenar una acometida, para cerrar una línea de pase, para emborronar el trazo diseñado en el cuaderno de uno de los primeros de la clase. No solo eso, una vez fuera, una vez robado el juguete, los hombres subterráneos emprendían con vigor una carrera con la intención de descuadrar cualquier presupuesto de rivales, neutrales e, incluso, de aquellos propios que no quisieron hacerse ilusiones. En un tris estuvo, mucho más cerca de lo que dirán estadística y hemeroteca cuando pasado un tiempo se ponga el ojo en esta fecha.

sábado, 18 de agosto de 2018

CARÁCTER ÁSPERO EN UN TERRENO DESCONOCIDO

Foto El Norte
No es cuestión citar el nombre del pueblo, no vaya a ser que, en un exceso de susceptibilidad, alguien se me haga el ofendido, pero en aquel entorno comarcal, los paisanos de Isabel la Católica tienen, o al menos así era antes, cierta fama de ásperos. No es que de normal fuesen desabridos en el trato, que no es el caso, sino que su espoleta activaba la carga explosiva con suma facilidad. Vamos, que cualquier pretexto les parecía buena razón para desatar una tormenta. No sé cuánto hay de cardar la lana y cuánto de llevar la fama, desconozco si esa teoría del muelle flojo responde a una realidad o no es más que una leyenda urbana; pero lo cierto es que la primera (y si la memoria no me falla, última) vez que fui a las fiestas de la villa donde dejó de respirar Fray Luis de León casi me tocó salir por piernas. Este menda, copa bien agarrada con la mano izquierda, antebrazo derecho apostado en la barra del bar, charlaba con una amigo. De repente, sentí el contacto de alguien que culeaba pretendiendo hacerse un hueco a mi espalda. Cuando ha conseguido su primer objetivo, ese alguien coloca su brazo por debajo del mío. Me sorprendió pero lo dejo estar, oye, cosas de las aglomeraciones de barra. Hasta que el tipo me dio un leve codazo como para marcar territorio. Me giré, tenía ante mí un rostro desafiante que, antes de que yo pudiera abrir la boca, dejó claro, a mí y al resto de la concurrencia, que no tenía intención de bailar conmigo.

viernes, 6 de julio de 2018

LOS ESQUIMALES Y LA ÓSMOSIS

Dibujo cedido a ACPP por Jacobo Gavira
para la campaña pro refugiados
En uno de sus monólogos, el polifacético Luis Piedrahíta ironizaba a su particular manera sobre la llegada y el posterior asentamiento del homo sapiens en los gélidos territorios polares. - Hay comportamientos del hombre que no tienen explicación; por ejemplo, todos sabemos que el ser humano apareció en África. Posteriormente los homínidos fueron poblando el planeta. Así, llegaron a Mesopotamia buscando tierras más fértiles, continuaron por Altamira, pasaron por París... El popular humorista hacía una pausa en su narración del relato, aprovechaba para cambiar el gesto, lo que le permitía mostrar una pose de fingida sorpresa. -Mi pregunta es: ¿qué coño vieron los esquimales para quedarse allí? Esos tíos no aparecieron allí, no. Atravesaron todo el planeta, no les gustó, llegaron al hielo y dijo uno: “aquí, ¿no?”. Visto así, claro, tiene razón Luis Piedrahíta. Determinados movimientos migratorios no tendrían explicación, parecerían motivados por un simple capricho. Pero más allá de la humorada, las cosas nunca sucedieron así. El ser humano se desplazó, es cierto, los movimientos de grandes masas de seres humanos fueron dando forma a nuestro planeta. Pero el mismo homo sapiens también permaneció en el mismo territorio si en él se daban las circunstancias idóneas para desarrollar una vida en condiciones y asegurar el futuro de su prole. Nada ha cambiado en ese sentido salvo la dirección de los flujos. En esas seguimos, balanceándonos en la dualidad nómada-sedentario que siempre nos caracterizó. Cuando la realidad nos permite permanecer, permanecemos; cuando nos arrastra a desplazarnos, nos desplazamos. Un arrastre que, milenio tras milenio, se ha debido a dos causas: hambre y guerra. Al final, el territorio solo se abandona para caminar en pos de algo mejor o para huir de algo peor.

jueves, 28 de junio de 2018

LA EFÍMERA ILUSIÓN DEL VERANO

Imagen tomada de fotourbana.com

Mis padres llevan unos días con la sonrisa puesta. Una sonrisa que se habrá borrado allá por el veintitantos de agosto. Será por aquellas fechas cuando mi madre me llame, o la llame yo a ella, y en su voz sentiré de nuevo su pesar, el mismo que el del año pasado, que el del anterior o que el del otro, al poner el pie sobre idénticas páginas del calendario. El sol para entonces habrá frenado su ímpetu, se acostará visiblemente más temprano; el cereal habrá desaparecido de la vista, ya dormirá almacenado, mientras la uva aguardará impaciente el momento de su recolecta. El verde castellano será ya un recuerdo y una esperanza; el amarillo, ese paisaje tórridamente pajizo en el que, hasta visto en foto, resuena el canto de las chicharras, caerá en breve derrotado por el marrón otoñal. La jarana habrá cesado, el telón de las fiestas habrá caído, la ausencia de ruido revelará la presencia de un futuro imperfecto.

miércoles, 20 de junio de 2018

QUÉ TIEMPOS AQUELLOS

Imagen tomada de oncenoticias.hn
¡Qué tiempos aquellos los de la hipocresía! Aquellos buenos tiempos en los que, para sentirse socialmente respetado, era necesaria la consciencia de las propias miserias que todas las personas albergamos, era imprescindible esconder detrás de la palabra los comportamientos a los que la debilidad humana nos arrastraba, era indispensable una referencia básica, mínima, comúnmente aceptada, sobre lo que se entendía por buen hacer. Los eufemismos se convertían en el verbo amable que pretendía revestir de dignidad lo que tenía poco de digno; la preposición ‘pero’ merodeaba en las conversaciones tratando de unir el proceder con la palabra. Tras, sea por caso, un ‘no soy racista, pero…’, justificase esto lo que justificase, se dejaba claro que el racismo era una actitud despreciable. 

SERÁS ETO’O

Imagen tomada de elmundo.es
En un mundo en el que todo se compra y se vende, todo se compra y se vende. Incluso lo que no existe, basta con hacer creer que sí. Para ello, estos prestidigitadores acarician la ilusión e implan las expectativas de unos muchachos y sus familias para venderles un futuro tan verosímil como falso, un porvenir que no se encuentra al final de ese camino. Antes, claro, han aprendido que la pobreza genera desesperación y esta debilita las defensas ante la fantasía; que la distancia entre el hoy y el mañana, entre el aquí y el allá, les ampara. Han aprendido también que el fútbol se habla en una especie de esperanto, un idioma universal que permite hacer creíble el contacto entre mundos inmiscibles.
Un cóctel que permite al tahúr esconder los ases bajo la manga para poner en marcha el truco en el que caen los niños que muestran cierta pericia en esto de dar patadas a un balón. La práctica se extiende a lo largo y ancho del África negra aunque con mayor profusión en los países del Golfo -curiosos los juegos que propone la polisemia- de Guinea. De esta forma, en los suburbios de las ciudades de Camerún, Costa de Marfil, Ghana o Senegal, se hallan los principales caladeros. El sueño de convertirse en Etoó, Drogba o Weah sirve como anzuelo para estos ‘diamantes negros’ como les bautizó Miguel Alcantud en la película que dirigió en 2013 en la que se denuncia este tráfico de menores.

martes, 19 de junio de 2018

NUMANCIA, NUMANCIA, NUMANCIA

Foto El Norte de Castilla
La idea me ha rondado por la cabeza estos días. Todo empezó en el momento exacto en que concluyó el partido de Soria. De alguna manera lo plasmé en el artículo de ese día. Entonces, cuando el ascenso blanquivioleta más que se vislumbraba, agüé un poco el vino recordando situaciones parecidas en las que el oso muerto del que se había vendido su piel estaba aún muy vivo. Esa noche rematé diciendo que si al final ocurría lo que parecía que iba a ocurrir tendríamos tiempo para festejar. Y –añadí– aplaudir a un dignísimo rival. Cerré los ojos y me imaginé el momento en que el árbitro pitaba el final de este partido, la explosión de júbilo del momento inmediatamente posterior, la algarabía de un poco más tarde... y, de repente, escuchaba en mi cabeza miles de gargantas blanquivioletas rindiendo homenaje a los rojillos gritando a coro un ruidoso 'Numancia, Numancia, Numancia'. Demasiado bonito, pensé.

viernes, 15 de junio de 2018

FESTEJAR ANTES DE HORA

Imagen El Norte de Castilla
En la noche del sábado 13 de junio de 2015 Girona estaba de fiesta. Dos días atrás, el equipo de la ciudad se había impuesto rotundamente en tierras mañas al Zaragoza por 3 goles a 0. Muchas conversaciones de bar en aquella noche preveraniega derrochaban optimismo, las copas chocaban y se brindaba con un 'esto está hecho, que pase el siguiente'. El día de después, a la taurina hora de las cinco de la tarde, habría de ser el de la confirmación. Montilivi estaba preparado para la celebración. Dos horas después se hizo el silencio. El Zaragoza se impuso por 4 tantos a 1 y se clasificó para la ronda definitiva. Allí estaba, bien hará en recordarlo estos días en el vestuario, Jaime Mata.

jueves, 14 de junio de 2018

EL GESTO VIVO Y MUERTO

Imagen tomada de periodistadigital.com

A los gestos, en el terreno político, les ocurre lo mismo que al gato del señor Schrödinger: están, a la vez, vivos y muertos. Solo cuando, transcurrido un tiempo, hayamos levantado la tapa de la caja, podremos descubrir cuál es el estado cierto de este gato, la potencia política real del gesto en cuestión. La decisión del neonato gobierno español de acoger a las 629 personas que vagaban a la deriva en las aguas del Mediterráneo no va más allá de ser un gesto político. Un gesto nada simple y de gran valor -afecta directamente y de forma decisiva a cada una de esas 629 personas- que no pasa de ahí porque en lo sustancial nada ha cambiado, ninguna estructura se ha movido. Mañana habrá otro barco en similar situación y nos encontraremos en el mismo punto cero, con el gato vivo y muerto a la vez. El tiempo, sin embargo, abrirá la caja. Podrá ser, para entonces, que la actitud hostil de unos cuantos unida a la indiferencia de los más postergue ad infinitum un debate imprescindible en el marco de la Unión Europea, que cada estado actúe en función de sus coyunturas políticas momentáneas. El gesto habría quedado en nada -ojo, un ‘nada’ vital para los 629-. Podrá ser que el gato esté vivo y la llegada a puerto español del barco reabra en serio el debate y se empiece a vislumbrar una solución política de fondo a un problema de gran fondo político: el Mediterráneo es la frontera que tiene el récord mundial de desigualdad entre sus dos orillas.