
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
jueves, 13 de septiembre de 2018
FUTUROS NUNCA PERFECTOS

miércoles, 29 de agosto de 2018
EL PERFUMERÍAS, QUÉ DEMASIAO
Jugará este año en el equipo salmantino de División de Honor pese a que iba para futbolista, pero una tarde lluviosa y fría cambió su vida
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Foto El Norte |
La flechana Andrea Serna, (4-5-2001), emprenderá a partir del próximo mes de septiembre la aventura que le puede llevar a la cúspide del baloncesto español. Tras varios años subiendo peldaños en clubes tanto de su localidad como de la capital vallisoletana, Serna disputará su última temporada en la categoría junior en el potente Perfumerías Avenida salmantino a la vez que compartirá entrenamientos con las jugadoras de la primera plantilla.
Al igual que el macarra de ceñido pantalón retratado por Joaquín Sabina en su 'Qué demasiao', Andrea Serna 'aún no tiene años pa votar'. En todo lo demás, no busquen parecido alguno. Mientras aquel, a esa tempranera edad, 'ya pasaba del rollo de vivir', nuestra protagonista, con la sonrisa siempre puesta, va comiéndose la vida a bocados, disfrutando de cada uno de ellos, digiriéndolos y preparándose para engullir los siguientes, los que están por venir. El de ahora no es pequeño, a su puerta ha llamado el todopoderoso Perfumerías Avenida salmantino de baloncesto para incorporarla a sus filas. Entrenará con las mismas mujeres que hasta ayer eran sus referentes.
lunes, 27 de agosto de 2018
LOS HOMBRES SUBTERRÁNEOS
Foto El Norte |
El camino les parecía despejado, alzaban la vista y sentían que ningún peligro se cernía al menos en toda esa línea horizontal que se les dibujaba en el horizonte. Nada aparentemente podría malbaratar su tarde de juego y paseo. De repente, como si fueran una suerte de topos agresivos que esperasen el momento oportuno de la salida para, una vez fuera, abrir los ojos, recuperar la vista y amargar una plácida noche sabatina, una oncena de futbolistas blanquivioletas brotaban aleatoriamente e ininterrumpidamente desde las entrañas de la tierra con la intención de robar el juguete de aquel rico virtuoso que no esperaba más que disfrutar del expediente semanal. La tierra se abría y en cada hueco uno, dos, tres blanquivioletas aparecían de súbito para frenar una acometida, para cerrar una línea de pase, para emborronar el trazo diseñado en el cuaderno de uno de los primeros de la clase. No solo eso, una vez fuera, una vez robado el juguete, los hombres subterráneos emprendían con vigor una carrera con la intención de descuadrar cualquier presupuesto de rivales, neutrales e, incluso, de aquellos propios que no quisieron hacerse ilusiones. En un tris estuvo, mucho más cerca de lo que dirán estadística y hemeroteca cuando pasado un tiempo se ponga el ojo en esta fecha.
sábado, 18 de agosto de 2018
CARÁCTER ÁSPERO EN UN TERRENO DESCONOCIDO
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Foto El Norte |
No es cuestión citar el nombre del pueblo, no vaya a ser que, en un exceso de susceptibilidad, alguien se me haga el ofendido, pero en aquel entorno comarcal, los paisanos de Isabel la Católica tienen, o al menos así era antes, cierta fama de ásperos. No es que de normal fuesen desabridos en el trato, que no es el caso, sino que su espoleta activaba la carga explosiva con suma facilidad. Vamos, que cualquier pretexto les parecía buena razón para desatar una tormenta. No sé cuánto hay de cardar la lana y cuánto de llevar la fama, desconozco si esa teoría del muelle flojo responde a una realidad o no es más que una leyenda urbana; pero lo cierto es que la primera (y si la memoria no me falla, última) vez que fui a las fiestas de la villa donde dejó de respirar Fray Luis de León casi me tocó salir por piernas. Este menda, copa bien agarrada con la mano izquierda, antebrazo derecho apostado en la barra del bar, charlaba con una amigo. De repente, sentí el contacto de alguien que culeaba pretendiendo hacerse un hueco a mi espalda. Cuando ha conseguido su primer objetivo, ese alguien coloca su brazo por debajo del mío. Me sorprendió pero lo dejo estar, oye, cosas de las aglomeraciones de barra. Hasta que el tipo me dio un leve codazo como para marcar territorio. Me giré, tenía ante mí un rostro desafiante que, antes de que yo pudiera abrir la boca, dejó claro, a mí y al resto de la concurrencia, que no tenía intención de bailar conmigo.
viernes, 6 de julio de 2018
LOS ESQUIMALES Y LA ÓSMOSIS
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Dibujo cedido a ACPP por Jacobo Gavira para la campaña pro refugiados |
En uno de sus monólogos, el polifacético
Luis Piedrahíta ironizaba a su particular
manera sobre la llegada y el
posterior asentamiento del homo sapiens
en los gélidos territorios polares.
- Hay comportamientos del hombre
que no tienen explicación; por ejemplo,
todos sabemos que el ser humano
apareció en África. Posteriormente
los homínidos fueron poblando
el planeta. Así, llegaron a Mesopotamia
buscando tierras más fértiles,
continuaron por Altamira, pasaron
por París...
El popular humorista hacía una pausa
en su narración del relato, aprovechaba
para cambiar el gesto, lo que le
permitía mostrar una pose de fingida
sorpresa.
-Mi pregunta es: ¿qué coño vieron los
esquimales para quedarse allí? Esos
tíos no aparecieron allí, no. Atravesaron
todo el planeta, no les gustó, llegaron
al hielo y dijo uno: “aquí,
¿no?”.
Visto así, claro, tiene razón Luis Piedrahíta.
Determinados movimientos
migratorios no tendrían explicación,
parecerían motivados por un simple
capricho. Pero más allá de la humorada,
las cosas nunca sucedieron así. El ser humano
se desplazó, es cierto, los movimientos
de grandes masas de seres humanos fueron
dando forma a nuestro planeta. Pero el mismo
homo sapiens también permaneció en el mismo
territorio si en él se daban las circunstancias
idóneas para desarrollar una vida en condiciones
y asegurar el futuro de su prole. Nada ha
cambiado en ese sentido salvo la dirección de
los flujos. En esas seguimos, balanceándonos en la dualidad nómada-sedentario que siempre
nos caracterizó. Cuando la realidad nos permite
permanecer, permanecemos; cuando nos arrastra
a desplazarnos, nos desplazamos. Un arrastre
que, milenio tras milenio, se ha debido a dos
causas: hambre y guerra. Al final, el territorio
solo se abandona para caminar en pos de algo
mejor o para huir de algo peor.
jueves, 28 de junio de 2018
LA EFÍMERA ILUSIÓN DEL VERANO
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Imagen tomada de fotourbana.com |
Mis padres llevan unos días con la sonrisa puesta. Una
sonrisa que se habrá borrado allá por el veintitantos de agosto. Será por
aquellas fechas cuando mi madre me llame, o la llame yo a ella, y en su voz sentiré
de nuevo su pesar, el mismo que el del año pasado, que el del anterior o que el
del otro, al poner el pie sobre idénticas páginas del calendario. El sol para
entonces habrá frenado su ímpetu, se acostará visiblemente más temprano; el
cereal habrá desaparecido de la vista, ya dormirá almacenado, mientras la uva
aguardará impaciente el momento de su recolecta. El verde castellano será ya un
recuerdo y una esperanza; el amarillo, ese paisaje tórridamente pajizo en el
que, hasta visto en foto, resuena el canto de las chicharras, caerá en breve derrotado
por el marrón otoñal. La jarana habrá cesado, el telón de las fiestas habrá
caído, la ausencia de ruido revelará la presencia de un futuro imperfecto.
miércoles, 20 de junio de 2018
QUÉ TIEMPOS AQUELLOS
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Imagen tomada de oncenoticias.hn |
¡Qué tiempos aquellos los de la hipocresía! Aquellos buenos
tiempos en los que, para sentirse socialmente respetado, era necesaria la
consciencia de las propias miserias que todas las personas albergamos, era
imprescindible esconder detrás de la palabra los comportamientos a los que la
debilidad humana nos arrastraba, era indispensable una referencia básica,
mínima, comúnmente aceptada, sobre lo
que se entendía por buen hacer. Los eufemismos se convertían en el verbo amable
que pretendía revestir de dignidad lo que tenía poco de digno; la preposición
‘pero’ merodeaba en las conversaciones tratando de unir el proceder con la
palabra. Tras, sea por caso, un ‘no soy racista, pero…’, justificase esto lo
que justificase, se dejaba claro que el racismo era una actitud
despreciable.
SERÁS ETO’O
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Imagen tomada de elmundo.es |
En un mundo en el que todo se compra y se vende, todo se
compra y se vende. Incluso lo que no existe, basta con hacer creer que sí. Para
ello, estos prestidigitadores acarician la ilusión e implan las expectativas de
unos muchachos y sus familias para venderles un futuro tan verosímil como
falso, un porvenir que no se encuentra al final de ese camino. Antes, claro,
han aprendido que la pobreza genera desesperación y esta debilita las defensas
ante la fantasía; que la distancia entre el hoy y el mañana, entre el aquí y el
allá, les ampara. Han aprendido también que el fútbol se habla en una especie
de esperanto, un idioma universal que permite hacer creíble el contacto entre
mundos inmiscibles.
Un cóctel que permite al tahúr esconder los ases bajo la
manga para poner en marcha el truco en el que caen los niños que muestran
cierta pericia en esto de dar patadas a un balón. La práctica se extiende a lo
largo y ancho del África negra aunque con mayor profusión en los países del
Golfo -curiosos los juegos que propone la polisemia- de Guinea. De esta forma,
en los suburbios de las ciudades de Camerún, Costa de Marfil, Ghana o Senegal,
se hallan los principales caladeros. El sueño de convertirse en Etoó, Drogba o
Weah sirve como anzuelo para estos ‘diamantes negros’ como les bautizó Miguel
Alcantud en la película que dirigió en 2013 en la que se denuncia este tráfico
de menores.
martes, 19 de junio de 2018
NUMANCIA, NUMANCIA, NUMANCIA
Foto El Norte de Castilla |
La idea me ha rondado por la cabeza estos días. Todo empezó en el momento exacto en que concluyó el partido de Soria. De alguna manera lo plasmé en el artículo de ese día. Entonces, cuando el ascenso blanquivioleta más que se vislumbraba, agüé un poco el vino recordando situaciones parecidas en las que el oso muerto del que se había vendido su piel estaba aún muy vivo. Esa noche rematé diciendo que si al final ocurría lo que parecía que iba a ocurrir tendríamos tiempo para festejar. Y –añadí– aplaudir a un dignísimo rival. Cerré los ojos y me imaginé el momento en que el árbitro pitaba el final de este partido, la explosión de júbilo del momento inmediatamente posterior, la algarabía de un poco más tarde... y, de repente, escuchaba en mi cabeza miles de gargantas blanquivioletas rindiendo homenaje a los rojillos gritando a coro un ruidoso 'Numancia, Numancia, Numancia'. Demasiado bonito, pensé.
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