Solemos decir que las criaturitas hacen lo que ven, repiten
lo que oyen. Les planteamos callejones sin salida en forma de falsos dilemas
-¿a quién quieres más, a papá o a mamá?- y en venganza una niña espeta a un
alcalde que a dónde preferiría dedicar los recursos, a replantar hectáreas
amazónicas o a reconstruir Notre Dame. El preboste cae en la trampa y elige
una. Aporta peregrinas razones para optar por Notre Dame. Las criaturas,
sugestionadas por la última moda, se sorprenden por la elección. Una parte de
la oposición social, para atizar al munícipe, se regodea con las respuestas
infantiles; con lo cual, a su manera, también caen en la misma trampa, eligen
una de las dos. Bien que la política es tener que decidir cómo repartir los
dineros, pero sabiendo que ambos, el patrimonio natural y el cultural, han de
ser cuidados aunque solo sea porque no somos más que unos depositarios
temporales de la belleza, del patrimonio, de la memoria; en fin, del inmenso
legado recibido de la naturaleza y de nuestros antepasados.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
viernes, 4 de octubre de 2019
viernes, 27 de septiembre de 2019
VUELTA AL HUEVO O LA GALLINA
Ahora pienso que es bastante probable que hace poco más de
un lustro yo estuviera equivocado. Por aquel entonces, acababa de ver la luz
una organización que era de todo menos lo que yo entendía por una organización.
Al fin y al cabo, Podemos tenía más que ver, en cuanto a su estructura, con un
movimiento difuso que pretendía rodear de ilusión y de propuestas un espacio
social que se sentía maltratado por los efectos de una multicrisis que por una
estructura sólida en la que personas con fines similares aglutinan sus fuerzas
para intentar conseguirlos. En ese sentido, la irrupción de Podemos, ya desde
su propia configuración, deparaba la ruptura con el modelo clásico de
organización, incluso con la ‘organización’ como concepto; suponía, por ello, un
nítido paso atrás. Echando la vista hacia el pasado -el tiempo allana el
horizonte, permite observar con calma, englobar más elementos en la mirada- algunas
preguntas encuentran respuesta. En paralelo, por esa misma distancia -se difuminan
los perfiles, rebrotan las dudas- algunas respuestas vuelven como un bumerán en
busca de pregunta.
viernes, 20 de septiembre de 2019
UN CUARTO DE SIGLO, UNA ETERNIDAD
Algunas efemérides nos sirven para recordar grandes hitos
históricos, momentos singulares que trazaron una frontera en el tiempo que
separaba un antes de un después. Otras, más modestas, normalmente más cercanas,
nos son útiles para comprender -cuanto menos para intentarlo- determinados
cambios sociales que, por momentos a la chita callando, por momentos a voces,
se han ido produciendo. Son fechas ancladas en la memoria que, al recordarlas,
producen en nosotros un efecto similar al de detenerse ante una foto vieja en
la que aparecemos rodeados de aquella pandilla de veranos atrás. Una mezcla
entre la necesidad de ubicar a los protagonistas -¿Qué sería de Fulanito? Nunca
volvimos a saber de él. Pobre Menganita, ¡cómo se cebó la vida con ella!- y la
certeza de constatar unos cambios que, si bien no se notan de un día a otro, pueden
ser crueles cuando la distancia se mide en decenios.
viernes, 13 de septiembre de 2019
INCERTIDUMBRE DE PRINCIPIO
En el ámbito de la mecánica cuántica, Heisenberg dispuso, en
un postulado conocido como el principio de incertidumbre, que de algunos pares
de magnitudes físicas, es imposible conocer las dos a la vez. Vaya, que
aplicando este principio a esas cositas que pueden sucedernos en cualquier
momento, este físico nos recomienda callarnos si, por eso de la casualidad,
descubrimos -sin ser vistos- que la pareja de alguien a quien de verdad
apreciamos le ha puesto los cuernos. La inercia podría arrastrarnos a coger
inmediatamente el móvil para avisar a dicha persona, precisamente por el
aprecio profesado, de lo que entendemos como una traición.
Craso error: el simple hecho de que sepa que se sabe
interferirá en cualquier posible decisión que pueda tomar. Podría ser que, sin
el aviso, nunca hubiera tenido la más mínima sospecha, con lo que su vida, más
o menos feliz, no se habría visto alterada y habría seguido como si tal hecho
no hubiera ocurrido. Podría ser que hubiera descubierto la infidelidad por su propia
cuenta o se hubiera enterado gracias a un arrebato de sinceridad de su pareja.
Con la cornamenta invisible, cabe que hubiera entendido que había razón
suficiente para mantener la relación, que era viable un volver a empezar.
Arreglo imposible si tuviera constancia de que las protuberancias frontales
eran conocidas más allá de las paredes de su hogar. Podría, incluso, ser que la
relación de la pareja no estuviese sujeta a los parámetros convencionales y
ambos estuvieran abiertos a relaciones mutuamente consentidas con terceras
personas. En tal caso, el hecho en sí no acarrearía erosión entre ellos. Sin
embargo, el que una persona ajena conozca la situación podría incomodarle y
hacerle replantear su modelo de vida al sentirse socialmente juzgado.
miércoles, 21 de agosto de 2019
LO DEJA VIVO, QUE NO ES POCO
He escuchado, y en más de una ocasión, que, de no haberle
atropellado la fatalidad en forma de muerte prematura, Marcos Fernández hubiera
convertido al Real Valladolid en una suerte de Villarreal, que el proyecto del
constructor de origen leonés iba bien encaminado para borrar de la espalda del
Pucela la vitola de equipo ascensor -cola de león o cabeza de ratón- y
asentarle entre la oligarquía que sale de casa para viajar por Europa. Tal vez quienes
así opinan tengan razón, tal vez no; darlo vueltas a estas alturas no es más
que un juego, un artificio estéril: las ucronías no se pueden confirmar ni
refutar. Lo único cierto es que la historia del Real Valladolid desde entonces
hasta aquí es la que es y no tenemos ni idea de cómo hubiera sido si hubiera
sido de otra forma.
viernes, 28 de junio de 2019
COLES DE BRUSELAS
Tiempo atrás pasé una buena tarde de risas con un amigo que me contaba las vicisitudes de su primer encuentro-desencuentro con sus suegros. El caso es que estos últimos días, escuchando las idas y venidas, las curvas, rectas, recovecos y rincones de las distintas negociaciones abiertas para conformar los gobiernos de las instituciones en las que no hay una mayoría más o menos clara -y aun en estas, ¿verdad, Jesús Julio?-, me he acordado de la peripecia que relató mi amigo en aquella sobremesa.
Él, ¡qué tiempos!, se había enamorado. Elegir quién quieres que sea tu pareja es potestad de cada cual. Luego puede haber o no correspondencia. En este caso, la hubo. Ir a votar tiene matices similares. Cada quien con sus razones, razones que a veces la razón no entiende, pone la vista en un partido, lo elige, lo vota. Este, a posteriori, con sus actos, puede corresponderte o no. Es más, puede que ni tenga la posibilidad de corresponderte; si no pisa moqueta, la cosa se queda en un ‘ni sí, ni no’ en espera, largo se fía, en una nueva oportunidad.
viernes, 21 de junio de 2019
TE ACUERDAS DE ENTONCES CUANDO…
Puedes estar hablando con tu hijo y sacar a colación lo que
hiciste aquel verano en que tenías su edad; escuchar el nombre de una ciudad y
recuperar en tu imaginación aquellas vacaciones, las historias juveniles con un
amigo que se fue a vivir allá, el fatal accidente de un compañero de estudios…
Podemos estirar el catálogo de situaciones en las que giramos el cuello de la
memoria para mirar hacia atrás hasta el infinito. Con demasiada frecuencia el
pasado, ese pasado personal que nos arrebata del presente, extiende alguno de
sus tentáculos con la intención de zancadillearnos. De esta forma, aunque no
terminemos de caer, de frenar en seco nuestro caminar, durante un tiempo
avanzamos a trompicones.
La tentación, llegados estos casos, vive en un arriba que se
llama Jorge Manrique, “cualquiera tiempo pasado fue mejor”. En general, casi
ninguna etapa anterior lo fue, lo sabemos todos menos los miembros de aquellos
grupúsculos sectarios, tanto da nacionalistas de uno u otro pelo o corrientes
de un desvariado progresismo, que reclaman del pasado estados o escenarios
ideales que nunca se dieron. Sabemos, digo, en cuanto la razón nos devuelve al
presente, que esa idealización nos parece mejor que el hoy porque ese pasado
una vez fue nuestro.
viernes, 14 de junio de 2019
DISTORSIONES FRENTE AL ESPEJO
Unos se pueden creer buenos, más que buenos o los mejores.
Pueden incluso serlo. Si además, en su entorno les repiten una y otra vez -bien
en confidencias, susurros que se tornan suaves caricias al oído, bien a coro en
los happening de su organización, voces que se vuelven abono para el ego- que
nadie como ellos; si dicho entorno, tanto da si convencidos de ello o haciendo
como si lo estuvieran, juzgan como injusto, casi como una afrenta, que el
resultado de unas elecciones no esté al nivel de dichos halagos, se corre el
riesgo de pasarse de frenada, de no medir bien los resultados. Valladolid Toma
la Palabra disfruta con su hermosura cuando se mira al espejo. Lo que, si no
son capaces de actuar sustrayéndose de ello, puede abocarles a una larga
travesía por el desierto porque la política no va de hermosuras, merecimientos
ni bondades. Y aunque, visto lo visto en otros lares, obtuvo un buen resultado,
perdió un concejal y su anterior socio
ganó tres. Una realidad que le quitó la etiqueta de imprescindible para
alcanzar una mayoría. La política es aritmética.
viernes, 7 de junio de 2019
COMO VINE, SE IRÁN
Se acerca el momento decisivo para agricultores de cereal y
estudiantes de segundo de Bachillerato. Días de nervios; la suerte, sin embargo, ya está echada. Falta
la cosecha, el examen, pero nada saldrá de ahí que el curso no hubiera ido poco
a poco narrando.
Los agricultores saben que su nota final será un rotundo
suspenso, que la falta de agua primaveral agostó sus cultivos, que no van a
recuperar ni el trabajo realizado. Cerrarán la campaña con un lamento y un
¡otro año será! a modo de triste consuelo.
Los estudiantes se encuentran enfrascados en lo que antaño
llamábamos Selectividad o hincando codos preparando el asalto a una segunda
vuelta de exámenes que les permita rematar lo pendiente. En uno u otro caso,
anhelan cerrar una etapa y formarse profesionalmente mediante algún Grado
Superior o abrir las puertas de la Universidad. Al margen de la cosecha de cada
cual, los aspirantes de nuestra comunidad se quejan de que la prueba selectiva es
aquí comparativamente más dura que realiza el estudiantado de otros territorios
lo que merma su nota y con ella las posibilidades de elegir la titulación
deseada.
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