La ciencia ficción tiene tanto de ficción como poco de
ciencia. Lo que en los productos de este género se narra se sustenta en la pura
especulación, nada de lo que se aparta de la materialidad científica actual
está testado ni sujeto a método alguno. La solidez de los relatos depende
únicamente de la verosimilitud que el autor sea capaz de transmitir. Dentro de
este ámbito, me resultan especialmente interesantes las distopías, las obras
cuyo ámbito de especulación son las realidades potenciales. Y entre ellas, las
que escritas antaño, relatan hogaño: las que nos permiten comparar el grado de
coincidencia entre la realidad y lo ficcionado.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
viernes, 8 de noviembre de 2019
lunes, 4 de noviembre de 2019
HABLÉ MUY DESPACIO
Isa subía azarada las escaleras de su casa nueva. Tenía
prisa por llegar. En su boca se le apelotonaban unas palabras que tenían prisa
por salir. Llamó al timbre. Ni esperó a que su madre terminase de abrir la
puerta.
-Mamá, no sabes lo que me ha pasado.
-Claro, hija, si no me lo dices, ¿cómo lo puedo saber?
-Verás. He parado en los columpios de abajo y solo había una
niña china. ‘La’ he hablado muy despacio porque no sabía si ella sabía el
castellano y me ha preguntado que si me pasaba algo en la boca, que hablaba
raro.
-Es para que me entiendas.
-Si yo te entiendo. Soy de
Valladolid.
-Pues yo pensaba que eras china.
-Pues no.
No acababa el torrente de la niña.
-Nos hemos reído mucho. Pero espera… que lo mejor fue después.
Cuando ya me venía ‘la’ he dicho que si jugaba más veces en esos columpios y me
dijo que sí.
viernes, 1 de noviembre de 2019
AMENAZAS Y CONSUELOS
Tengo cáncer, o lo tuve, que ya no sé cómo se debe decir. Me
enteré hace trece meses. Hace doce, justo un año el pasado sábado, me abrieron de
par en par; en el quirófano quedó el riñón derecho con su uréter
correspondiente. No sé cómo será, ni siquiera si será, el mañana. Tampoco lo
sabe nadie entre los que no han recibido este preaviso, en esta discoteca todos
bailamos sin saber cuándo dejaremos de escuchar la música.
Habrá muchas más, pero así a bote pronto, se me ocurren un
par de diferencias entre los picados y los no picados por el bicho. De un lado,
la estadística: si nos controlan tanto es porque los datos informan de que es
más probable una segunda parte o un remake que el estreno de una nueva obra.
Que nuestro cuerpo ya es terreno conquistado y, como Polonia, parece que está
más expuesto a una nueva conquista que los territorios vírgenes. De otro, pasamos
de la ‘incertidumbre de la seguridad’ - solo la razón aportaba zozobra a
nuestro seguro caminar; estábamos vitalmente muy lejos de
una experiencia que nos enfrentase de forma tan nítida al posible fin de
nuestros días- a la ‘seguridad de la incertidumbre’, a solo tener claro que
¡quién sabe!
miércoles, 30 de octubre de 2019
NINGÚN DÍA ES BUENO PARA MORIR
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Foto El Norte |
Ningún día es buen día para morir. Se puede alegar que existen personas que prefieren retirarse de la circulación antes de que la biología dicte sentencia y se ponen a ello bien de propia mano, bien reclamando asistencia para cerrar sus días. Pero por suerte, el número de quienes han habitado o aún habitan en el páramo de ambas dramáticas coyunturas es comparativamente muy pequeño respecto al de los que encontramos cualquier excusa para querer despertar mañana. Lo de 'mejor morir de pie que vivir de rodillas' dejémoslo en el terreno metafórico, quienes tal cosa afirman desean, por encima de todo, que no les tengan que arrastrar tumbados.
lunes, 28 de octubre de 2019
DICEN, PERO NO
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Foto El Norte |
Estoy de acuerdo con Los Panchos, ¿qué quieren que les diga? Al igual que el trío mexicano he escuchado por ahí que la distancia es el olvido, que la memoria -y en el fútbol por antonomasia- es excesivamente corta, que el hoy es como una pedrada que destroza la farola del ayer. Y, a la par que ellos, encuentro demasiados 'peros' en tal aserto, tampoco yo concibo esa razón. Por más que el día a día nos encadene; por más que los manuales de autoayuda insistan en el 'aquí y ahora'; por más que los gurús de la economía y de la publicidad, valga la redundancia, nos emplacen a un futuro siempre por llegar; la memoria habita en el presente, el pasado vuelve y encuentra un espacio en el que se acomoda. El fútbol, también por antonomasia, recurre continuamente a su pasado. Por más que se hagan apelaciones al presente, el fútbol como fenómeno social sería inconcebible si se le priva de su memoria. La distancia no es el olvido sino el espacio y el tiempo que necesitamos para colocar en nuestra alacena emocional todo lo que vamos viviendo. A unos objetos les ubicamos en lugares perfectamente visibles, otros encuentran sitio en rincones relativamente escondidos y, ¡qué bueno quien sea capaz de tirar lo que no sirve de nada!, un buen número son retirados y depositados en el contenedor de la desmemoria.
viernes, 25 de octubre de 2019
¿A DÓNDE VA EL BUS?
Debe de ser que no me entero, que existe algún
sobreentendido del que todo el mundo está al corriente menos yo. El caso es que
en multitud de temas de debate político y social no sé, más allá de obvias
vaguedades, qué es lo que se pretende, no sé a dónde queremos llegar. Observo y
veo a seres extraños discutiendo sobre quién está más facultado para
conducir el autobús pero sin respondernos cuando preguntamos que hacia dónde lo
quieren llevar.
Escucho, y dicho con prosopopeya como para aparentar
conocimiento, con formas rotundas como para mostrar seguridad, qué medidas
tomaría cada cuál; pero, insisto, no estuve pendiente en el momento en que se
explicaba el ‘para qué’. De esta manera, las retahílas de propuestas, ellos
dicen ‘soluciones’, se me antojan tan absurdas como la lectura de una guía de
teléfonos.
Da igual si me pongo las gafas de cerca. Vaguedad: urge
acabar con la despoblación. Huecas declaraciones de intención: ‘será nuestra
prioridad’, ‘invertiremos en’. Listados de medidas sin más: ‘la cobertura
telefónica llegará hasta el último rincón y tal y tal’. ¿Qué me está contando?
No, por favor, antes de nada diga cada cual qué entiende por ‘acabar con la
despoblación’. ¿Intentar -por dios, por dios, por dios, qué cosas- que se
mantengan vivos todos los pueblos? ¿Pretender que se asiente la población en lo
que podemos denominar como cabeceras de comarca, en las capitales de provincia
y poco más?
viernes, 18 de octubre de 2019
LES TENGO ENVIDIA
Con demasiada frecuencia deseo conmoverme con esas mismas cosas
con las que muchos de ustedes se emocionan, pero no, no me sale. Miro atrás y
no caigo en la cuenta de si en mi pasado adulto hubo algún momento en el que
pude acercarme con aires de trascendencia a todo ese material simbólico; tal
vez sí, tal vez no, no lo recuerdo. Y siento un poco de lástima por mí.
Por ejemplo cuando me asomo y veo a mis vecinos rasuereños -amigos,
familia- estremecidos acompañando a la Virgen de los Dolores. Me desborda. Me
gusta, sí; cuando puedo voy, también; pero emocionalmente, todo lo más me
atrapa la melancolía, me asalta la remembranza. Miro como quien asiste a una
clase viva de antropología. Y siento que me pierdo algo. Supongo que, si mi
patria hubiese sido la infancia en Valladolid, tal ocurriría con la Semana
Santa.
viernes, 11 de octubre de 2019
LA PAZ DE LOS CEMENTERIOS
Al igual que los viejos revolucionarios de cartón piedra,
tras comprender que sus certezas se postergaban, que el proceso deseado iba
para largo, asumieron que su sino era esperar, los mesetarios vivimos aguardando
la fecha señalada.
Al contrario, mientras aquellos bon vivant de la izquierda
caviar esperaban -alguno todavía anda en ello- un fin de los días en forma de revolución
que habría de traer a la humanidad justicia, paz, felicidad y prosperidad
eterna; nosotros sobrevivimos pasando las horas sentados en la solana haciendo
tiempo para que la solución biológica determine cuál habrá de ser el último de
los días en que nuestras tierras serán habitadas. Este porvenir, el nuestro,
digo, también vendría cargado de paz, la de los cementerios.
Ellos, gauche divine, entre brindis y brindis, concluían que
las contradicciones inherentes al sistema inexorablemente arrumbarían el
capitalismo en cualquier rincón perdido de la historia; nosotros, entre chato y
chato, corto y corto, ahogamos las penas lamentándonos por el inexorable
destino de ser la (pen)última generación de pobladores del Valle del Duero y
adyacentes.
viernes, 4 de octubre de 2019
PAN, ROSAS Y PAPEL HIGIÉNICO
Solemos decir que las criaturitas hacen lo que ven, repiten
lo que oyen. Les planteamos callejones sin salida en forma de falsos dilemas
-¿a quién quieres más, a papá o a mamá?- y en venganza una niña espeta a un
alcalde que a dónde preferiría dedicar los recursos, a replantar hectáreas
amazónicas o a reconstruir Notre Dame. El preboste cae en la trampa y elige
una. Aporta peregrinas razones para optar por Notre Dame. Las criaturas,
sugestionadas por la última moda, se sorprenden por la elección. Una parte de
la oposición social, para atizar al munícipe, se regodea con las respuestas
infantiles; con lo cual, a su manera, también caen en la misma trampa, eligen
una de las dos. Bien que la política es tener que decidir cómo repartir los
dineros, pero sabiendo que ambos, el patrimonio natural y el cultural, han de
ser cuidados aunque solo sea porque no somos más que unos depositarios
temporales de la belleza, del patrimonio, de la memoria; en fin, del inmenso
legado recibido de la naturaleza y de nuestros antepasados.
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