Por entonces, el soberano de turno no tenía más que hacerse con el control religioso de una comunidad, convertir su deseo en ley de Dios y el miedo al infierno se encargaba de docilitar a la población. Paulatinamente, ese miedo concreto dejó de surtir su efecto y determinados usos, antaño pecaminosos, se normalizaron. Entendimos, con Oscar Wilde, que la mejor manera de librarse de las tentaciones es ceder ante ellas. La paradoja se contaba sola: si creemos en el demonio, le daremos la espalda; ahora bien, si no lo tenemos presente, actuaremos según sus deseos. Por eso, a juicio de los que creen en su presencia, el principal poder del ángel caído consiste en habernos convencido de que no existe.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
jueves, 1 de octubre de 2020
EL DIABLO COTILLA
lunes, 28 de septiembre de 2020
USTED Y YO
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Foto "El Norte de Castilla" |
jueves, 24 de septiembre de 2020
IGLUSES
lunes, 21 de septiembre de 2020
PREGUNTE A OTRO
Enfrentarse a un nuevo reto desencadena sensaciones
ambivalentes: por un lado, el desafío nos sirve como estímulo; por otro, genera
una especie de pánico. En las horas previas, como espantando miedos, cerramos
los ojos, fantaseamos con un desenlace fetén y recordamos aquel latinajo “veni,
vidi, vici” supuestamente pronunciado
por Julio César ante el Senado romano.Foto "El Norte de Castilla"
Ese “llegué, vi, vencí” tiene su miga. No es que parezca una muestra de soberbia, efectivamente lo es. Si hacemos caso a los historiadores Suetonio y Plutarco, Julio César, enfrascado en una guerra civil que le enfrentaba a las facciones más conservadoras del Senado al mando de Pompeyo, quiso sacar pecho ante la alta institución de su victoria en la batalla de Zela, frente a las tropas de Farnaces II del Ponto. Consciente el cónsul de que las cosas no pintaban bien en Roma, con la necesidad pues de regresar, aceleró las maniobras para propiciar el inmediato enfrentamiento. En menos de una semana, Julio César pudo encaminarse a Roma con otro sello en su historial de victorias y, una vez en la capital de la república, alardear de ello.
lunes, 14 de septiembre de 2020
TE LO DIJE
Algunas respuestas las llevamos grabadas tan a fuego que o hemos
aprendido a domesticarlas o brotan de inmediato en cuanto la ocasión lo propicie.
Al fin y a la postre, las aprendemos desde bien pequeñitos; en muchos casos,
nada menos que de boca de nuestros padres. Porque ellos también, cuando de
reafirmarse se trataba, fueron unos ventajistas.Foto "El Norte de Castilla"
A ver si no. Tú te estabas retorciendo de dolor en el suelo y, antes de preguntarte cómo estabas, una tormenta en forma de “te lo dije, ¿eh?, te lo dije. O, ¿no te había dicho que no te subieras a la silla, que te ibas a caer?” tronaba sobre tu cabeza. Había como una malsana intención de dejar patente que para ellos era más importante el aviso que la consecuencia, que era más trascendente apuntalar su “tenía razón” que una posible luxación de codo. En ese momento, entre el dolor, el bochorno y la inferioridad jerárquica del hijo, como que uno sobreentiende que no es el momento más pertinente para hacer uso del derecho a réplica, pero de buena gana se queda. Porque claro, entre 10.000 advertencias de catástrofe, tampoco es mucho mérito el acertar alguna vez como para andar reivindicando la capacidad profética. Más que nada, porque cuando no sobreviene la plaga bíblica anunciada no se les escapaba ni un tímido “me equivoqué”, no se oye “perdona hijo, no confiaba en ti”.
Nos hacemos grandes y seguimos dando vueltas a la noria del ventajismo. Con nuestros hijos, ¿cuántas veces antes de tenerlos nos repetimos que nunca jamás utilizaríamos ese mantra? Pues nada, en cuanto llega la ocasión, zas, “te lo dije, ¿eh?, te lo dije”. Y el fútbol, que exprime y sublima, no se podía quedar al margen. Es también escenario privilegiado en el que se busca la razón y a quien echársela en cara. Y todo el mundo la tiene y tiene a quien: cualquier aficionado habla tanto, dice tanto, mezcla tantas filias y fobias que, aunque solo sea por pura matemática probabilística, alguna vez tiene que acertar y, aunque sea una vez de mil, recuerda lo dicho en pos de un ridículo reconocimiento. Suele ser habitual, pero hay días que dan mucho juego. El de ayer fue uno de ellos, faltó la intervención de Moyano en alguna jugada decisiva para haber cantado bingo, porque los sospechosos habituales, Masip en este caso para mal, Míchel y Guardiola para bien, dieron rienda suelta a miles de ‘telodijes’ entre los filos y los fobos y viceversa.
La celebración de Míchel, índices al cielo, es, en lo concreto, el cierre de una obra de arte futbolística lanzada por Nacho, pintada con tres pinceladas sublimes por Guardiola y firmada por el valenciano. Una maravilla que pesa lo mismo a favor que un error grosero en contra. Y sobre este particular, no cabe debate, ni ventajismo alguno: es así.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 14-09-2020
miércoles, 9 de septiembre de 2020
DE JUANITO A LA CAIXA
Juanito, el de la Caja, era ‘Juanito’ porque salió con el ‘Juan’
de la pila y nunca alcanzó altura suficiente para que le retiraran el
diminutivo. Lo de ‘la Caja’ se refería a su trabajo, allí no era necesario
aclarar, en la de Ávila. En realidad, Juanito era la Caja en una decena de
pueblos. También, un vecino más del suyo, cabecera de comarca, y un poco paisano
en todos los que recorría maletín en mano.
De aquello no ha pasado tanto: con un “corre a hablar con Juanito”, alguno de mi generación consiguió las 100.000 pesetas para el primer ordenador. Pero han pasado diversos torbellinos. El mundo económico exige, exigía ya, crecer y aminorar costes. El mecanismo tiende a la concentración. Algunas cajas de esta tierra se fusionaron. Hasta que la crisis-estafa con la que se cerró la primera década de este siglo mandó todo al traste. No sobrevivieron a la embestida. A aquel modelo de gestión, mamoneos y paternalismos aparte, le reventaron todas las costuras.
miércoles, 26 de agosto de 2020
REFLEJOS, ESCENARIOS Y MEDIOS
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Foto "El Norte de Castilla" |
Queda apenas nada, pero nada sabemos. Otros años, a estas alturas, hablamos del precio de los libros, de que no le valen los de su hermana, de que súmale el forro, la mochila o los cuadernos. En la prensa se detallaría el gasto medio por alumno, se resaltaría el esfuerzo de las familias. Preocupaciones que suenan a muy viejo ante la actual incertidumbre que nos arrastra a dudar de que vaya a haber clase presencial o, caso de haberla, a temer el portazo cualquier día al poco del arranque.
miércoles, 12 de agosto de 2020
CADA COSA EN SU MOMENTO
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Foto de "El Norte de Castilla" |
Desde que me recuerdo, deseo con todas mis fuerzas vivir en una España republicana. Anhelo que ese momento ocurra antes de que yo me haya despedido de la vida, verlo con mis ojos, pasear en él.
Pero quiero que ese día llegue por asunción mayoritaria de una idea, de unos principios, por una decisión sólidamente meditada, de forma que el tránsito de monarquía a república sea un camino sin retorno, un proceso irreversible, y no como ocurrió en las dos experiencias republicanas anteriores.
miércoles, 29 de julio de 2020
NO ES TAN SOLO EL TROZO
No podía ser de otra forma cuando en el ámbito de la UE se aprueban medidas para repartir la pana. La lectura que se nos ofrece, por la dirigencia política y subsidiariamente por los medios de comunicación, muestra un escenario posbélico en el que unos son presentados como vencedores y otros como vencidos en función de la cantidad de dinero que hayan sido capaces de acercar a sus países respectivos. No digo que no sea una lectura válida, obviamente lo es, no es lo mismo que haya o no fondos para realizar tal o cual proyecto, abordar tal o cual emergencia… pero muestra una visión demasiado restrictiva. Una visión que oscurece el debate político de fondo y presenta como un juego de mesa cuyo objeto consiste en arrancar un pedacito algo más grande del pastel.