Porque ‘El disputado voto del señor Cayo’ va de eso -ni importa el voto, ni hay disputa por él. De hecho, el único encontronazo, y digo encontronazo porque para pelea son necesarias dos partes, del que se da cuenta en las páginas del libro, se nutre del rencor previo. El sentido del voto del anciano no tiene rango ni de excusa-, de la inexorable muerte de un mundo que se va apagando en silencio delante de nuestros ojos aunque no acertemos a verlo.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
sábado, 12 de diciembre de 2020
HEREDERO SIN SABERLO
domingo, 6 de diciembre de 2020
MÁS SABE EL DIABLO
Ciñéndonos al DLE, cuesta entender la diferencia entre ‘oficio’ y ‘profesión’. De hecho, define esta última como ‘oficio que alguien ejerce’. Sin embargo, en el uso cotidiano, entendiendo ambas como actividades por las que se obtiene una remuneración, asociamos ‘profesión’ a una labor para cuyo desempeño se requiere una preparación académica y ‘oficio’ a otra gama de tareas de carácter manual o artesanal.
miércoles, 2 de diciembre de 2020
BRIAN Y PIJUS MAGNIFICUS
Con demasiada frecuencia, los personajes del Congreso me recuerdan al elenco de ‘La vida de Brian’. Tanto en la película de los Monty Python como en la tribuna parlamentaria, el mismo actor, según exigencias del guion, interpreta a la vez un papel: el de su antagonista o el de cualquier personaje del reparto. Brian o Pijus Magnificus. Todos con el mismo arrojo, eso sí. Ya puede el gobierno presentar un proyecto de ley que reproduzca en su enunciado la de la gravitación universal o exponer un plan para dotar de alas a los peces, que la respuesta de la oposición anunciará desairada el mismo apocalipsis por más que la primera se cumpla por prescripción de la Física y la segunda sea de imposible cumplimiento.
domingo, 29 de noviembre de 2020
DE DÓNDE SACA
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Foto El Norte de Castilla |
A las sociedades y a sus desarrollos les ocurre tres cuartos de lo mismo: con el transcurrir de los siglos, se resabian. Sin embargo, a pesar de la dinámica, de tanto en tanto nos sorprenden brisas de frescura, niños con los pantalones manchados de barro, adultos jugando con un balón. Porque el fútbol, sin poder evitar la envoltura con el celofán de la impostura, ha conseguido que en el campo de juego pervivan esencias y modos de su carácter primitivo. Así, en el rectángulo conviven expresiones de ambos mundos que se manifiestan hasta en el sentido de llevarse la mano a la nariz. Uno, el granota Son, desdeñoso, lo hace para liberar sus fosas nasales, para dar vida a unos pulmones hambrientos de oxígeno. Así, indiferente a composturas y miradas ajenas, aprieta la napia y empuja aire hacia afuera lanzando los mocos al suelo. Otro, el local Guardiola, con ese gesto malhumorado que nunca le abandona, dándose ínfulas de importante, pretende con su mano esconder la conversación. Como si en sus palabras hubiera alguna fórmula desconocida que patentar a la salida del estadio, como si el diálogo fuera más allá de un par de lugares comunes y un ‘hasta otra’. Precisamente Guardiola, ‘de dónde saca pá tanto como destaca’, el mismo que a punto del fin de la pasada temporada, de forma precipitada cuando se imponía la prudencia, abrió la boca de par en par en forma de tuit para entonar el anuncio de una despedida que luego no fue.
lunes, 23 de noviembre de 2020
BENDITOS FALLOS
En cualquier comedieta romántica, el entramado se dibuja
como un campo de minas intransitable que sugiere que no va a ocurrir lo que
todos sabemos que terminará por suceder. Entonces, como de repente, cuando se
ha dado a entender que el más que previsible romance entre los dos protagonistas
ha ido al traste, un giro de guion permite que todas las dificultades se
soslayen, que todos los nudos se desaten y que se cierre la trama con un final
feliz. Entre todas ellas, una obra teatral destaca por el prestigio del autor,
William Shakespeare, y por lo bien que el título refleja la peripecia
argumental y la filosofía vital de un gran número de congéneres: “A buen fin,
no hay mal principio”.Foto "El Norte de Castilla"
Todo el pucelanismo, él el que más, lamentó la ocasión errada por Plano cuando el partido estaba aún en pañales. Lo mismo sucedió al poco tras un error similar de Guardiola. Entonces teníamos claro que esos nonatos goles solo podían sumar en el platillo blanquivioleta de la balanza. Tras el partido, tras conocer el resultado, mejor será no volver la vista atrás: ¿quién sabe qué hubiera ocurrido si las cosas no hubieran sido como efectivamente resultaron ser? La sabiduría china nos enseñó que un sutil aleteo de una mariposa en determinado lugar puede sentirse tiempo después en el sitio más alejado. Vaya, que cualquier variación de las circunstancias, cualquier modificación de las condiciones de partida, podrá desplazar a gran distancia la desembocadura de un sistema dinámico caótico como lo es un partido de fútbol. Y dado que el de ayer concluyó con un resultado óptimo, mejor, ya digo, que todo sucediera, errores incluidos, tal y como sucedió.
miércoles, 18 de noviembre de 2020
HABITACIÓN A MAYORES
No solo; cuando andaba alguna clase por cobrar, me fiaban las bravas o la tortilla que mataban el hambre: “ya me lo darás”. Escucho a gente reclamándose orgullosos de que nadie les haya regalado nada. Desconfío. Que nadie te haya dado nada es, de por sí, un desdoro. Quien tal afirma nunca hizo mérito para recibir, nunca nada va a ofrecer.
lunes, 9 de noviembre de 2020
UN NO PARAR
El mundo no se está quieto ni en el sentido figurado, la
vida es puro dinamismo, ni, por supuesto, en el literal, que bien sabemos que
ese ritmo de nuestra Tierra, de vuelta diaria sobre sí misma y anual alrededor
del Sol, nunca decae. Pero no por ello dejamos de apelar a ese imposible y,
cuando vienen mal dadas, imploramos al planeta que se detenga.Foto "El Norte de Castilla"
Tras el fallecimiento de mi tocayo el dibujante Quino, proliferaron las imágenes de su más icónica creación: Mafalda. En muchos casos, tal vez por el momento de duelo, le acompañaba una frase de ese estilo atribuida a la niña, “detengan el mundo, que me bajo”. Tiempo atrás, el propio Quino apuntó que se trataba de una viñeta adulterina; su Mafalda, la genuina, nunca hubiera deseado dejar el mundo. Su potente curiosidad, su visión crítica de la sociedad, eran causa y efecto de una monomanía: la pretensión de que el mundo mejore.
miércoles, 4 de noviembre de 2020
IR POR DERECHO
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Foto "El Norte de Castilla" |
martes, 3 de noviembre de 2020
CLAROSCUROS
Entre el hoy en que escribo esto y el hoy en que esto leen,
los norteamericanos habrán decidido quién va a ocupar su presidencia durante
los próximos cuatro años. En cualquier otro momento habríamos observado con
mucho más que curiosidad. Éramos conscientes de que casi nos jugábamos más en
aquellas elecciones que en las propias, en las que nos limitábamos a elegir la
forma de obedecer –a regañadientes, a escondidillas, orgullosos o con los pies
encima de la mesa-, la manera de supeditarnos a los designios de aquel. Foto "El Norte de Castilla"
Entonces Europa, más aún España, bailaba al son de la música provocada por el romper de las olas de un océano al que se agitaba desde la otra orilla.