Frase primera, del destino o de la fatalidad: Demasiado pronto llegan las alegrías. Si lo que ocurre es demasiado bueno, caben solo dos posibilidades: o no está pasando –nuestra vida son los sueños- o, en todo caso, algo pasará poco después que reconducirá el curso de los acontecimientos hasta arrastrarlos a su lugar natural, esa miseria a la que parecemos encadenados con tal fuerza que, cada vez que asomamos la cabeza, el destino responde con un golpe traidor que nos devuelve de nuevo a ella. Tierra de Sísifos condenados eternamente a regresar al pie de la montaña para comenzar una nueva escalada.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.