Confiamos demasiado en nuestra vista. Tanto, que otorgamos la categoría de cierto a todo lo que vemos. Olvidamos la sentencia que ya dejara escrita Marco Aurelio, el último del quinteto de los buenos emperadores romanos, hace casi dos mil años: “Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad”. Y lo que no es la verdad, puede, perfectamente, ser una gran mentira. Mentir, por tanto, ya no es (solo) contar algo distinto a lo que ocurre, sino mostrar únicamente el lado que interesa, bien al medio, bien a los participantes, ocultando todos los demás. Viene esta reflexión al caso tras haberse sucedido - transmitidos por la televisión- una serie de debates entre aspirantes a la presidencia del gobierno. Debates que son mentira, por mostrar una perspectiva desde la que se ve con distorsión, desde la presentación: en el modelo español no se elige directamente a quién vaya a ocupar tal cargo y bien pudiera ser que esta responsabilidad recayese en manos de alguien que ahora ni se sospecha.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.