La ética no es un absoluto ni se muestra inmutable, por lo que en
paralelo coexisten varias y estas varias pueden ir perfilándose en función de
los cambios sociales que inexorablemente se producen. A pesar de ello, ciñéndonos
a un determinado lugar y a una época concreta, es habitual que se consolide un
núcleo ético socialmente compartido. Como consecuencia, el carácter dialéctico
de la ética siempre arrastra a momentos en los que a un determinado respecto
existen dos visiones antagónicas: una previa en declive y otra que va permeando
por los diversos ámbitos de la sociedad. Una situación de conflicto que reflejó
con maestría John Ford en su película ‘El hombre que mató a Liberty Valance’.
En ella asistimos al enfrentamiento entre Ransom Stoddard, un abogado,
furibundo defensor de la ley como instrumento para conseguir la paz social, y
Tom Doniphon, un buen tipo que no desdeña el uso de la violencia como medio
para alcanzar ese mismo objetivo. El mal, para ambos, es el mismo: la banda de
forajidos liderada por Liberty Valance’.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.