La realidad que nos toca vivir, al modo de los dedos de un alfarero,
va dando forma a nuestros artilugios del pensamiento. Así, sobre el torno, giramos,
giramos, mientras nuestra figura va siendo afinada por el contexto en que nos ha
correspondido vivir. Claro, y ahí radica nuestro potencial de libertad; aunque
los dedos que moldean sean los mismos, cada cual tenemos una materia prima
diferente. En resumen, por un lado somos hijos de nuestro tiempo y de nuestra
tierra, nos vamos haciendo con lo que vivimos, con lo personal y con lo social;
pero por otro, el ser de cada cual es determinante en el producto final.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.