domingo, 4 de julio de 2004

POETAS CONTRA CONTABLES

El fútbol es un debate entre dos concepciones sociales, entre dos maneras de vivir. Vituperado por pretendidas élites intelectuales, espectáculo circense para anestesiar al pueblo, sobrevive casi como fue ideado. Mas no es una fruslería cebada a merced de la moda televisiva. En la prehistoria de esta sociedad de la información ya era un fenómeno que cautivaba a las gentes y cada sociedad lo vivía, jugaba y expresaba acorde a su idiosincrasia; el alegre fútbol de la calle brasileño, el elegante francés, el industrioso alemán, el primitivo inglés...hasta el de los equipos actuales, aderezo mestizo en el que confluyen diversos caracteres.

Hoy, ya ayer para usted, tras el paso por el cernedor de dieciséis selecciones, se juega la final de la Eurocopa. Nuestros paisanos, esa columna que sustenta el oeste ibérico, al que tantas veces clavamos la navaja de mirarle con desdén por encima del hombro o ni le mirábamos, esos vecinos que ven desaguar a nuestro padre Douro, pretenden el título frente al ultradefensivo Coloso de Rodas.