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Foto "El Norte de Castilla" |
Todo el pucelanismo, él el que más, lamentó la ocasión errada por Plano cuando el partido estaba aún en pañales. Lo mismo sucedió al poco tras un error similar de Guardiola. Entonces teníamos claro que esos nonatos goles solo podían sumar en el platillo blanquivioleta de la balanza. Tras el partido, tras conocer el resultado, mejor será no volver la vista atrás: ¿quién sabe qué hubiera ocurrido si las cosas no hubieran sido como efectivamente resultaron ser? La sabiduría china nos enseñó que un sutil aleteo de una mariposa en determinado lugar puede sentirse tiempo después en el sitio más alejado. Vaya, que cualquier variación de las circunstancias, cualquier modificación de las condiciones de partida, podrá desplazar a gran distancia la desembocadura de un sistema dinámico caótico como lo es un partido de fútbol. Y dado que el de ayer concluyó con un resultado óptimo, mejor, ya digo, que todo sucediera, errores incluidos, tal y como sucedió.