lunes, 10 de febrero de 2020

TAN GRANDE Y TAN CHICO

La diferencia de alturas o de tamaños entre dos personas, sobre todo si ambas comparten algún tipo de territorio, ha dado lugar a cientos de imágenes que contraponen un grandullón frente a un diminuto. Así, a bote pronto, me salen unas cuantas: padre e hijo, primogénito y benjamín, pastor y zagal, mastín y caniche, el 'Linterna' y el 'Pulga' , Tip y Coll, Zigic y Munitis, la 'i' y el punto... Alcaraz y Toni. Bueno, Toni con gran parte de sus compañeros: el murciano es tan poca cosa en lo físico, en lo apreciablemente físico, que pierde ostentosamente en la comparación visual con casi cualquiera. Pero con Alcaraz la contraposición va más allá: Toni por momentos parece apesadumbrado, transmite un aire melancólico. Agacha la cabeza y la gira sin dejar claro si su negativa es ante el mundo o se limita a sí mismo. Alcaraz, por contra, es la definición palmaria de fe en sí mismo, de optimismo vital. No hay fallo que dinamite su granítica autoconfianza. Vuelve e insiste, insiste y vuelve.