lunes, 25 de septiembre de 2023

APRENDES U OLVIDAS CADA DÍA

Entre que los exámenes de septiembre, como la máquina de escribir o el fax, adquirieron categoría de vestigios del pasado; que en no pocas jornadas de julio y agosto el mercurio, caso de proseguir escalando en los termómetros, hubiera alcanzado cimas poco compatibles con las escapadas en bicicleta; en las sobremesas de este verano que aún se exhibe de cuerpo presente, decidí acoplarme –y me admitieron– a las partidas de tute o dominó que, bajo la litúrgica mirada de Elena, se celebran a diario en el Pachá. Una tarde dedicada a las fichas, tras contar ligero los tantos sobrantes de un cierre, despaché el asunto cantando un sonoro «31 pa' ellos'». No puede ser –me corrigió el rival que se sentaba a mi izquierda–, en dominó, tras cierre, por fuerza, han de sumar par. De par en par, se me abrieron los ojos. Rehíce la operación, ahora con cierta cautela y, tal cual, salieron 32. De estas, como un resorte bien aceitado, me saltó el socorrido «A la cama no te irás sin saber una cosa más» que la concurrencia recibe indulgentemente con una mueca de nonata sonrisa. Al poco, tal vez sin haberme levantado de la mesa, me plantean algo relacionado con el aleatorio material de la conversación, chasco los dedos, me rasco la cabeza, me justifico –«de verdad que lo sé»–, digiero la respuesta en blanco y asumo el volteo del refrán que la acumulación de años procura: «A la cama no te irás sin olvidar una cosa más».