jueves, 27 de septiembre de 2018

MAL PARA EL CRISTAL


No es nuevo, ya nos dejaron dicho que ‘si es la piedra la que golpea el cristal o es el cristal el que atiza a la piedra, malo para el cristal’. Así le ocurre a la bicicleta, cristalina ella, que siempre lleva las de perder cuando choca contra la realidad, tanto da si la colisión es física -coche, suelo-, o metafórica. 
Andrés Turienzo, ‘Piru’ encadenó 2500 kilómetros, los que separan Villadangos de la danesa Aarhus, para enfrentarse a una decisión ya tomada, y la decisión de cerrar la planta de la multinacional Vestas en la localidad leonesa venció, piedra-cristal, a los buenos propósitos de la bicicleta. Jean-Marc Lechene, capitoste de la megaempresa, recogió la carta, única arma que desenfundó el ‘Piru’, y  -aprovechando el mismo viento que mueve a los aerogeneradores- la mandó a volar. Trescientos y pico puestos de trabajo que eran trescientos y pico salarios, ergo familias, ergo tranquilidades, dejarán de ser. Toca volver a empezar, algunos de nuevo aquí; otros se irán allá de forma que el marcador de los que somos seguirá descontando.   
Andrés Turienzo, pedalada a pedalada, pudo apuntar la enorme distancia que existe entre los hechos y las decisiones, entre el esfuerzo de las manos que fabrican la riqueza y la frialdad aséptica de quienes imponen sus pareceres. Pedalada a pedalada confirmó que su bici, por ser bici, estaba condenada a la derrota. Vestas ganaba dinero en León, hacía negocio; no es óbice. En otro sitio ganarán más. Las mismas claves que les hicieron venir, les sirven para marcharse. La distancia recorrida por el ‘Piru’ es, al fin, la Distancia.