lunes, 3 de febrero de 2020

LOS MISMOS, ESE GRUPO

Desde aquel lejano 3 de noviembre, hemos contemplado noventa lunas, lo que vienen a ser tres ciclos completos del satélite con sus cuartos crecientes, llenas, cuartos menguantes y nuevas. Tres meses, trece semanas, noventa días que transcurrieron sin permitirnos paladear el sabor adictivo de un triunfo. Entre medias, un cambio de año que convirtió en erial tanto el último mes del que despedimos como el primero del año recién llegado. No han sido tantas como 500 noches, pero se han superado sobradamente los 19 días: los 90 días huérfanos de victoria son una cantidad de tiempo que se encuentra a medio camino entre las dos cifras en que Joaquín Sabina estipuló que se tarda en aprender a olvidar un amor que se marcha dando un portazo.