No sabría dónde ubicarlo en un mapa actual, pero hubo un tiempo en que
debió existir un país llamado Us porque de esas ignotas tierras
encontramos una primera referencia en el Antiguo Testamento. Conocemos,
eso sí, una ciudad con ese nombre en el norte de Francia, pero no creo
que este libro sagrado para judíos y cristianos de toda índole emplazase
al prototipo de la sumisión en tierras galas. Decir que Job, que así se
llamaba este hombre, habitaba en Us es poco decir, en realidad era el
amo del cotarro, señor de vidas y haciendas hasta el punto de ser
considerado, por aquel entonces, como el más rico entre todos los
orientales. Siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de
bueyes y quinientas asnas daban fe del poder del señor Job.