martes, 22 de mayo de 2001

EL AZAR



Desde el momento que un espermatozoide (de los infinitos millones posibles) fecunda un óvulo (tenía que ser precisamente ese) y se pone en marcha la maquinaria que nos trae a la vida, no se puede negar el postulado que dice que lo más importante que nos ocurre está íntimamente vinculado al azar. Pregunten sino a César, el portero que mamó fútbol al ladito mismo del Pisuerga. Ficha por el R. Madrid quien decide, para abaratar el coste, que permanezca un año más en el Pucela y estirar las posibilidades de Illgner. Pero hete aquí que éste se lesiona, Bizarri no cuaja y surge, inesperadamente, Casillas. Pasado el año Cesar tiene que ver los partidos desde el banquillo pensando que de haber llegado al Bernabeu cuando le ficharon él sería el inquilino de la portería del Madrid y de la selección y Casillas luciría sus estiradas en los campos del Toledo o del Fuenlabrada. El azar designa rutas pero César está demostrando que, con conciencia, trabajo y perseverancia, se le puede doblegar aunque cueste tiempo.¡Cuantos injustos designios del azar nos quedan por doblegar!