sábado, 3 de octubre de 2020

ADIÓS TRISTEZA

Se despide Diego, la mezcla de sábado tarde y veinteañero no cuaja en el interior de una casa.

-¿Sales ya?

Antes de cerrar la puerta por fuera, enciende su modo ironía, araña mi ojo por dentro. 

-Sí, he quedado. ¿Has terminado el artículo? Imagino que será todo alegría y jolgorio.

Tuerzo el gesto de la cara.

-¿Y eso?

Bien sabe que no es verdad, que, al contrario, sonrío más tiempo del que refunfuño. Pero le da igual, sabe que muerde magro y no suelta pieza.

- Te pasas el día enfadado.

Le miro con cara de ‘en qué hora se me ocurriría que era buena idea ser padre’.