En estas, somos muchas las personas que en lo concreto no
conocemos –no tenemos por qué- la aportación de determinados organismos creados
a la sombra de las instituciones públicas, de forma paralela o tangencial a
estas. Nos cuesta a los ciudadanitos de a pie saber cuál es el cometido que
desempeñan y eso, cuando se los ataca, los deja inermes, expuestos a que un
golpe los derribe.
En las buenas, cuando el clima social parece calmo, la actividad de estos entes pasa inadvertida y es apenas cuestionada fuera de su ámbito de responsabilidad. Ahora no son esos tiempos. Es de zozobra, que no de calma, el impulso que llega desde la Junta.