lunes, 7 de junio de 2010

NOTAS DE FIN DE CURSO 2



El portero es el guardián de las esencias, el último eslabón de la cadena defensiva, sus fallos no tienen reparación. Es un puesto delicado que ha estado bien cubierto. Salvo una anecdótica presencia de Fabricio, la portería ha estado guardada de forma capicúa: Jacobo-Villar-Jacobo. Una trayectoria con pocos alardes pero poco reprochable. Bien.
Los defensas están expuestas al trabajo colectivo y la implicación del resto de las jugadores. Si los de más arriba aprietan, atosigan y se comprometen, los zagueros parecen mejores; si, por el contrario, la dejadez abunda de centro de campo hacia arriba, serán los zagueros los que, a ojos de la impericia de mucho observador, cargan con la pena. En este aspecto hay que desculpabilizar, sólo en parte, al grupo defensivo pucelano: la colaboración ha sido escasa. Aún así han cometido errores groseros y, por tanto, poco reprochables al balance defensivo global. Yendo uno a uno podemos decir que Pedro López no ha rendido al nivel esperado, en su descargo cabe añadir que no ha podido jugar a un nivel físico ideal y que las lesiones han mermado su potencial. Barragán ha tardado en adaptarse y ha ofrecido mejor versión como ‘perro de presa’ a las órdenes de Clemente que como lateral clásico. Marcos ha sido el referente externo por sus críticas a la actitud de la plantilla, lo ha intentado pero, es una opinión, no goza del predicamento de otros venerables. Los años no le han pasado en balde. Del Horno ha sido un gran descubrimiento. Llegó defenestrado tras años de experiencias negativas y en Valladolid ha resurgido. El papel de Yuri ha sido testimonial. Luis Prieto ha tenido una temporada irregular, se le ha notado falto de confianza. Arzo encadena otro descenso en su currículum, da la impresión de que su nivel es mayor que su rendimiento. Nivaldo juega mejor arropado que con espacios libres, ha sido víctima de una injusta campaña con centro en ‘la capital’. Mejoró con la presencia de un Sereno que, de haber llegado antes, otro gallo hubiera cantado. Imperial el portugués. Baraja ha sido Baraja, la honradez en el campo como seña de identidad. Sus últimos partidos, en el centro del campo, nos hicieron frotarnos los ojos.