Pasa por delante de nosotros y no
le miramos, en todo caso una mueca de suficiencia revela un desconocimiento
profundo que se ha ido acentuando según pasaban los siglos. Portugal está ahí,
pero, es como la vecina poco arreglada a la que negamos una mirada porque
pensamos que las guapas viven de los Pirineos hacia arriba. Ella es consciente
de que es más pobre, y por eso, es mirada con desdén por una España que en su
día fue gallo y hoy sufre las mismas apreturas ‘Bruselenses’. Pero ella sigue a
lo suyo, continúa haciendo su vida. José Manuel Sánchez cree que ese
sentimiento “Es una barbaridad y un error”. Él no compartía esa sensación y no
dudó en ir a Lisboa cuando en el 96 le ofrecieron un trabajo. Estuvo dos años,
más que suficientes para conocer a una lisboeta y comenzar una vida en común
que dura hasta hoy. No lo comparte pero lo explica: “El español piensa que es
superior y por eso España nunca mira al Atlántico”. Hace siglos no fue así y el
sueño de todos los descendientes de los Reyes Católicos fue reunir bajo su
manto a todos los pueblos de la península. Una vez que se convirtió en
imposible España giró la cabeza.