miércoles, 25 de agosto de 2021

PARECE LEJOS

Las imágenes nos espantan, los relatos nos estremecen, las perspectivas que se apuntan nos provocan lástima. En cualquier caso, no pasamos de entender el horror afgano como algo profundamente distante, ajeno, que no nos toca ni de refilón. Bueno, algo sí si recordamos que algún contingente militar español estuvo por allí asentado. Pero aquella presencia tampoco nos relaciona; en el fondo -así pretendieron venderlo, así lograron transmitirlo-, estaban allí, en un mundo lejano, inhóspito, salvaje,  como aquellos frailes de las misiones para los que se sacaba la hucha el día del Domund. Pura bondad, nada que ver con intereses geoestratégicos que nunca se escriben en los discursos oficiales. Nunca o casi nunca, porque a veces, se escape un poco de verdad, tras veinte años, Biden reconoce que «Nuestro único interés nacional vital en Afganistán sigue siendo hoy lo que siempre ha sido: prevenir un ataque terrorista en la patria estadounidense».