miércoles, 15 de enero de 2003

RECETAS MÉDICAS

El forense que se hizo cargo del exánime R. Valladolid cuando fue abandonado a su suerte por un equipo médico que a mitad de operación se quedó sin oxígeno ha fijado su diagnóstico; el cadáver tiene vida. Le quedan secuelas a largo plazo pero sus órganos vitales funcionan, eso sí, lánguidamente. Tras este acceso de catalepsia subyace una reflexión: más allá de que el Pucela pertenezca a una serie de empresas que dicen representar al sentir de los aficionados, éstos han de estar alerta y conocer lo que ocurre en los consejos de administración, juntas de accionistas... y exigir a la vez que ofrecer desde el acuerdo o el desacuerdo. Y para ser partícipes en el sendero por el que se transita es necesaria la información, a partir de ahí que cada cual obtenga sus conclusiones y actúe. Los noventa minutos del partido son para disfrutar mas conformarse con eso es una veredita cómoda que conduce a la muerte a medio plazo. Del Valladolid o de la condición de personas libres. Quien diga, como el presidente de la junta castellano y leonesa, que no quiere involucrarnos en problemas internos de su partido merma nuestros derechos. El manto de armiño se lo hemos de quitar nosotros o seremos los próximos en la mesa del forense y ya sin milagro médico que nos salve.