De subir: el Pucela subió en aquella primavera del 18 cuando
nadie daba un duro por el ascenso. El irregular periplo de aquella temporada
estampaba en la clasificación el nombre del Valladolid fuera de cualquier
puesto con opciones. Entonces llegó Sergio. Parece que ha pasado una eternidad;
mirado en perspectiva, fue casi ayer. La historia de estos mil días es de sobra
conocida.
De concebir: Sergio concibió una idea de juego que se
sustenta en la quietud, en que en el rectángulo ocurra cuanto menos, mejor. Si
de ese poco, algo nos beneficia, miel sobre hojuelas.
De prescribir: prescribe. Es su responsabilidad. Son sus decisiones. Ha sido eficaz si medimos en términos resultadistas.