lunes, 20 de enero de 2020

EMPEÑO E INFORTUNIO

Imagen "El Norte de Castilla"
Hace 105 años, una revista satírica de título 'Puck' publicó un dibujo de un tal W.E. Hill. No me pregunten qué significan la W y la E del nombre del caricaturista ni dato alguno concerniente a su biografía, que ni idea. Del dibujo, sin embargo, puedo afirmar que hizo fortuna hasta el punto de suplantar y hacer olvidar uno similar que circulaba en postales alemanas un cuarto de siglo antes e ilustrar muchos textos como mi libro de Filosofía de 3º de BUP. Hill tituló su versión 'Mi mujer y mi suegra'. Podríamos imaginar, parecería lo natural, que el dibujo refiere una estampa familiar en el que se asomasen las dos mujeres, madre e hija. Tal vez, el autor, en una humorada, hubiera aprovechado para plasmar en los dos rostros todos los prejuicios masculinos propios de las dos condiciones:a la esposa como dechada de virtudes y a la suegra como una mala bruja. Pero no, el ilustrador estadounidense pretendía jugar con la mente del observador:en realidad el dibujo era el de una sola mujer que, eso sí, podría parecer una anciana narigona, pelín cabizbaja, si lanzamos la mirada desde arriba hacia abajo o una joven, altiva, con pose aristocrática, con el cuello girado hacia su derecha si la perspectiva del observador es la opuesta.