jueves, 31 de diciembre de 2020

VERBOS ACABADOS EN ‘VIR’

De subir: el Pucela subió en aquella primavera del 18 cuando nadie daba un duro por el ascenso. El irregular periplo de aquella temporada estampaba en la clasificación el nombre del Valladolid fuera de cualquier puesto con opciones. Entonces llegó Sergio. Parece que ha pasado una eternidad; mirado en perspectiva, fue casi ayer. La historia de estos mil días es de sobra conocida.

De concebir: Sergio concibió una idea de juego que se sustenta en la quietud, en que en el rectángulo ocurra cuanto menos, mejor. Si de ese poco, algo nos beneficia, miel sobre hojuelas.

De prescribir: prescribe. Es su responsabilidad. Son sus decisiones. Ha sido eficaz si medimos en términos resultadistas.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

NO IR NO ES ‘NO IR’

Nadie, ni la mejor de las actrices, refleja en su rostro a la vez dos emociones antagónicas con la naturalidad de una madre educada en el tronco del siglo pasado. Así, sin aspavientos ni imposturas, con los matices de una simple mirada es capaz en el mismo instante de reñirte y alegrarse por tenerte delante; de hacerte saber, además, que ambos sentimientos son profundos y sinceros. Tu padre asiente, comparte, pero la gama de colores de su paleta es menos fina.

No hubo festejo, ni seguramente cuerpo que lo hubiera aguantado. La incertidumbre, el desasosiego, son como banderillas clavadas en lo alto del morrillo: desangran, achican la fuerza, laminan la moral. No vas porque no vas, qué les voy a explicar, pero una cosa es ‘no ir’ y otra, no ir; una cosa es no celebrar y otra, no ver. Medina. La bici, mi bici. Rasueros. Saludo desde el corral. La mirada. Todo dicho. Más pedales. Arévalo. Hasta la energía parece otra.

jueves, 24 de diciembre de 2020

EL CERRAJERO INNECESARIO

Habrá no menos de un centenar de películas malas del oeste, de esas indistinguibles unas de otras que, en horario de sobremesa, compiten con los documentales de animalitos y tierras salvajes de la 2 por ser los elegidos para propiciar la modorra, para facilitar la cabezadita, que comienzan presentando a los integrantes de la banda, mayormente de forajidos, que se forma para desarrollar lo que ha de ser la trama de la historia. En esa exposición inicial van desfilando el experto en explosivos, el tirador diestro, el avezado jinete, un cartógrafo o alguien que conoce el terreno en que se habrá de desarrollar la operación… Cada uno de ellos entra en acción en un momento concreto de la película, asume protagonismo con el advenimiento del tiempo en que se ha llegado a su parcela de responsabilidad y, una vez rematada, entrega el testigo al siguiente.

El último en participar  -un personaje gris, silencioso, carente de gracia, incapaz de llamar la atención; un tipo de cuya presencia ni nos habíamos percatado hasta que entran en la oficina del banco o en el vagón del tren que pretenden asaltar- es el cerrajero, el encargado de abrir la caja fuerte en la que se acumula el objeto del deseo de la camarilla, el leitmotiv que los aglutinó: los resplandecientes billetes que suman miles de dólares.

lunes, 21 de diciembre de 2020

LA VIRGEN Y EL SANTO

Abro el whatsapp en el que Miki me envía la foto que ustedes ven ahí arriba. Me pilla, ¿cómo no?, en mi vieja silla de oficina a la que Javi Bolaños le puso patas nuevas hace apenas un par de semanas. La pobre había dejado de sostenerme. O de aguantarme. El émbolo de gas se le hundió irremisiblemente tras haber sufrido los estragos causados por dos demasiados: mi peso y las horas acumuladas sobre ella. En la mesa, recién rematada, ‘La transparencia del tiempo’, la penúltima novela de Leonardo Padura. En sus páginas, el ex policía Mario Conde investiga en su Cuba el robo de la imagen de una Virgen negra labrada en el Viejo Continente durante el Medioevo. La figura, incólume en su entorno pirenaico después de siglos de andanzas, tras sobrevivir a guerras, incendios, desesperaciones… amenazas anticlericales, pierde una mano en el postrer trasiego trasatlántico allá por el 36 del siglo pasado.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

SEÑOR POLICÍA, A BARRABÁS

Déjense de errores históricos ni de metafísicas sobre el sentido de la justicia, el gentío que se arremolinaba en la calle gritó ¡a Barrabás, a Barrabás! porque entendió que, para Pilatos, el tal que lanzó la pregunta al aire, esa era la respuesta correcta. Imagino la cara de  tensión de cada uno de ellos mientras, como cualquier concursante del Pasapalabra, espera la sonrisa de aprobación del presentador dando por buena la respuesta, teme el rictus subsiguiente al error.  

De igual manera, pierden valor científico las encuestas. Seguro que hay rigor en todo el proceso, desde la conformación de la muestra hasta la aplicación de las fórmulas matemáticas, pero fallan las respuestas, más destinadas a aprobar un examen, a caer en gracia al encuestador, que a ser material de estudio sociológico.

domingo, 13 de diciembre de 2020

BAUTIZO Y BUENA MUERTE

Al igual que en la mía, en las casas de mis amigos del pueblo, a las que entre otros ratos me acercaba a eso de la media tarde, así como por casualidad, para ver si caía una suerte de remerienda, apenas había libros y los pocos que había se podían encuadrar en un género literario denominado ‘vidas de santos’. Jugaban un papel opuesto al de algunas redes sociales. Mientras de los libros escurría zumo de moralina, presentaban personajes cuyas vidas eran expuestas con el propósito de ejercer de modelo, dichas redes nos refuerzan nuestras miserias, nuestra parte más deleznable, al constatar que estamos bien acompañados por semejantes de la misma ralea.

Entre aquellas vidas ejemplares se me amontonan en la cabeza dos grandes grupos: los tremebundos martirologios, literatura casi gore, que relataban sufrimientos como el de Lucía de Siracusa que hoy celebra el santoral cristiano -¡feliz día de la patrona, buenas gentes de Rasueros!- y las asombrosas hagiografías centradas en las leyendas y milagros. En todos los casos, los protagonistas son coherentes de principio a fin. Pudo haber un pasado pecaminoso, un tiempo pretérito de espaldas a Dios, pero desde un momento determinado, toda obra, toda acción, tenía un único sentido: cumplir el primer mandamiento de la ley de Dios.

sábado, 12 de diciembre de 2020

HEREDERO SIN SABERLO

El cielo en lo alto, tan lejos de Castilla, no hubo forma humana de desentrañarlo. Como el empellón democrático llegó a España después que los tractores, el señor Cayo ya había tenido tiempo de quedarse solo. El medio rural había casi completado la primera fase de la despoblación, las generaciones más jóvenes, las fértiles, habían buscado futuro y acomodo en el País Vasco, Cataluña o Madrid. La segunda toma forma de cuenta atrás, “en Martos (quedan) cinco. Aguarde, digo mal, cuatro, el Baudilio falleció el mes pasado”. Así, hasta que el último apague la luz.

Porque ‘El disputado voto del señor Cayo’ va de eso -ni importa el voto, ni hay disputa por él. De hecho, el único encontronazo, y digo encontronazo porque para pelea son necesarias dos partes, del que se da cuenta en las páginas del libro, se nutre del rencor previo. El sentido del voto del anciano no tiene rango ni de excusa-, de la inexorable muerte de un mundo que se va apagando en silencio delante de nuestros ojos aunque no acertemos a verlo.

domingo, 6 de diciembre de 2020

MÁS SABE EL DIABLO

Los habitantes de un territorio conocen los entresijos de su lengua vernácula sin ser conscientes de la finura de su manejo. Con absoluta naturalidad aprendieron multitud de matices que quienes se acercaron a este idioma con algún año de más nunca terminarán de asimilar. Una preposición o un artículo en medio de dos vocablos, un cambio de orden entre sustantivo y adjetivo, una frase hecha, juegos con las palabras, dobles sentidos, incluso una variación tonal son materia suficiente para modificar el significado de cualquier comentario.

Ciñéndonos al DLE, cuesta entender la diferencia entre ‘oficio’ y ‘profesión’. De hecho, define esta última como ‘oficio que alguien ejerce’. Sin embargo, en el uso cotidiano, entendiendo ambas como actividades por las que se obtiene una remuneración, asociamos ‘profesión’ a una labor para cuyo desempeño se requiere una preparación académica y ‘oficio’ a otra gama de tareas de carácter manual o artesanal.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

BRIAN Y PIJUS MAGNIFICUS

No sé en qué sentido se mueve el aire: si traslada las emociones de la calle a los representantes políticos y estos, una vez conocidas, reescritas, estudiadas y ensayadas, las vocean en el atril del Congreso o sopla en rumbo inverso y deposita hasta en el último rincón del país el resabio de las invectivas parlamentarias. En uno u otro caso, parece obvio que existe una correa de transmisión que une ambos territorios, el de representación y el representado. Con muchas excepciones, por suerte, aunque estas sean incapaces de introducir algo de música en medio del ruido.

Con demasiada frecuencia, los personajes del Congreso me recuerdan al elenco de ‘La vida de Brian’. Tanto en la película de los Monty Python como en la tribuna parlamentaria, el mismo actor, según exigencias del guion, interpreta a la vez un papel: el de su antagonista o el de cualquier personaje del reparto. Brian o Pijus Magnificus. Todos con el mismo arrojo, eso sí. Ya puede el gobierno presentar un proyecto de ley que reproduzca en su enunciado la de la gravitación universal o exponer un plan para dotar de alas a los peces, que la respuesta de la oposición anunciará desairada el mismo apocalipsis por más que la primera se cumpla por prescripción de la Física y la segunda sea de imposible cumplimiento.

domingo, 29 de noviembre de 2020

DE DÓNDE SACA

Foto El Norte de Castilla
El paso de los años, tal vez sea por la sucesión de malas experiencias, nos afila el colmillo, nos retuerce la mirada. La ingenuidad o el candor -no las tomen por virtudes, con ambas se puede delinquir- cogen polvo perdidos en alguna estantería. La naturalidad ni eso, murió y fue bien enterrada varios pies bajo tierra. El primer paso lo dimos aquel día en que nos tapamos los ojos con la intención de que no nos vieran. El gesto rezumaba ingenuidad, pero apuntaba a salir de ella. 

A las sociedades y a sus desarrollos les ocurre tres cuartos de lo mismo: con el transcurrir de los siglos, se resabian. Sin embargo, a pesar de la dinámica, de tanto en tanto nos sorprenden brisas de frescura, niños con los pantalones manchados de barro, adultos jugando con un balón. Porque el fútbol, sin poder evitar la envoltura con el celofán de la impostura, ha conseguido que en el campo de juego pervivan esencias y modos de su carácter primitivo. Así, en el rectángulo conviven expresiones de ambos mundos que se manifiestan hasta en el sentido de llevarse la mano a la nariz. Uno, el granota Son, desdeñoso, lo hace para liberar sus fosas nasales, para dar vida a unos pulmones hambrientos de oxígeno. Así, indiferente a composturas y miradas ajenas, aprieta la napia y empuja aire hacia afuera lanzando los mocos al suelo.  Otro, el local Guardiola,  con ese gesto malhumorado que nunca le abandona, dándose ínfulas de importante, pretende con su mano esconder la conversación. Como si en sus palabras hubiera alguna fórmula desconocida que patentar a la salida del estadio, como si el diálogo fuera más allá de un par de lugares comunes y un ‘hasta otra’. Precisamente Guardiola, ‘de dónde saca pá tanto como destaca’, el mismo que a punto del fin de la pasada temporada, de forma precipitada cuando se imponía la prudencia, abrió la boca de par en par en forma de tuit para entonar el anuncio de una despedida que luego no fue. 

lunes, 23 de noviembre de 2020

BENDITOS FALLOS

Foto "El Norte de Castilla"
En cualquier comedieta romántica, el entramado se dibuja como un campo de minas intransitable que sugiere que no va a ocurrir lo que todos sabemos que terminará por suceder. Entonces, como de repente, cuando se ha dado a entender que el más que previsible romance entre los dos protagonistas ha ido al traste, un giro de guion permite que todas las dificultades se soslayen, que todos los nudos se desaten y que se cierre la trama con un final feliz. Entre todas ellas, una obra teatral destaca por el prestigio del autor, William Shakespeare, y por lo bien que el título refleja la peripecia argumental y la filosofía vital de un gran número de congéneres: “A buen fin, no hay mal principio”.

Todo el pucelanismo, él el que más, lamentó la ocasión errada por Plano cuando el partido estaba aún en pañales. Lo mismo sucedió al poco tras un error similar de Guardiola. Entonces teníamos claro que esos nonatos goles solo podían sumar en el platillo blanquivioleta de la balanza. Tras el partido, tras conocer el resultado, mejor será no volver la vista atrás: ¿quién sabe qué hubiera ocurrido si las cosas no hubieran sido como efectivamente resultaron ser? La sabiduría china nos enseñó que un sutil aleteo de una mariposa en determinado lugar puede sentirse tiempo después en el sitio más alejado. Vaya, que cualquier variación de las circunstancias, cualquier modificación de las condiciones de partida, podrá desplazar a gran distancia la desembocadura de un sistema dinámico caótico como lo es un partido de fútbol. Y dado que el de ayer concluyó con un resultado óptimo, mejor, ya digo, que todo sucediera, errores incluidos, tal y como sucedió.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

HABITACIÓN A MAYORES

Foto "El Norte de Castilla"

A donde quiera que fui, siempre hubo un bar que me eligió y un yo encantado de ser elegido: la Tartana, el Pala, el Medayo, la Oca, la Pequeña, los Robles. Tabernas vivas, tascas lo suficientemente a mano como para convertir su territorio en otra habitación de mi casa, a los cantineros en compañeros de piso, en amigos. No por casualidad el epígrafe de esta columna  reza ‘al pie de un café’. Uno, históricamente no sobrado de posibles, por el precio de un café, dos a lo sumo, pasó horas tomando notas mientras leía varios periódicos.

No solo; cuando andaba alguna clase por cobrar, me fiaban las bravas o la tortilla que mataban el hambre: “ya me lo darás”. Escucho a gente reclamándose orgullosos de que nadie les haya regalado nada. Desconfío. Que nadie te haya dado nada es, de por sí, un desdoro. Quien tal afirma nunca hizo mérito para recibir, nunca nada va a ofrecer.

lunes, 9 de noviembre de 2020

UN NO PARAR

Foto "El Norte de Castilla"
El mundo no se está quieto ni en el sentido figurado, la vida es puro dinamismo, ni, por supuesto, en el literal, que bien sabemos que ese ritmo de nuestra Tierra, de vuelta diaria sobre sí misma y anual alrededor del Sol, nunca decae. Pero no por ello dejamos de apelar a ese imposible y, cuando vienen mal dadas, imploramos al planeta que se detenga.

Tras el fallecimiento de mi tocayo el dibujante Quino, proliferaron las imágenes de su más icónica creación: Mafalda. En muchos casos, tal vez por el momento de duelo, le acompañaba una frase de ese estilo atribuida a la niña, “detengan el mundo, que me bajo”. Tiempo atrás, el propio Quino apuntó que se trataba de una viñeta adulterina; su Mafalda, la genuina, nunca hubiera deseado dejar el mundo. Su potente curiosidad, su visión crítica de la sociedad, eran causa y efecto de una monomanía: la pretensión de que el mundo mejore.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

IR POR DERECHO

Foto "El Norte de Castilla"
Ante cualquier avería tiramos de listín telefónico y llamamos al profesional pertinente. En principio, el asunto parece fácil: si la cosa va de agua, se llama a un fontanero; si de ladrillo, a un albañil; si de chispa, a un electricista... Pero más allá del terreno de la ñapa doméstica, las necesidades suelen ser más complejas y los profesionales, más específicos. Para resolver los trámites de un divorcio, litigar con la empresa que nos despide o comerse el menor trullo posible tras haber atracado un banco necesitamos un abogado, pero no el mismo para las tres cosas. Eso de ‘tengo un primo abogado que esto me lo resuelve’, pues según y conforme. Y sorprendidos si el primo nos dice que de eso no sabe. Como lo estuvo aquel fulano que, sentado en la plaza de la Universidad, pendiente de sus hijos, vio cómo el menor recibía un balonazo en la entrepierna. Acudió presto y, ante las quejas de la criatura, miró y comprobó que el testículo izquierdo se le estaba amoratando. En el instante de la duda del qué hacer, su mirada se topó con el edificio de la Universidad. Allí, pensó, tienen que saber. Cargó con el muchacho, fue y, apenas sobrepasada la entrada, preguntó azarado a la primera persona que encontró.

martes, 3 de noviembre de 2020

CLAROSCUROS

Foto "El Norte de Castilla"
Entre el hoy en que escribo esto y el hoy en que esto leen, los norteamericanos habrán decidido quién va a ocupar su presidencia durante los próximos cuatro años. En cualquier otro momento habríamos observado con mucho más que curiosidad. Éramos conscientes de que casi nos jugábamos más en aquellas elecciones que en las propias, en las que nos limitábamos a elegir la forma de obedecer –a regañadientes, a escondidillas, orgullosos o con los pies encima de la mesa-, la manera de supeditarnos a los designios de aquel. 

Entonces Europa, más aún España, bailaba al son de la música provocada por el romper de las olas de un océano al que se agitaba desde la otra orilla.

lunes, 26 de octubre de 2020

¿DÓNDE ESTÁ MI BOCADILLO?

Foto "El Norte de Castilla"
El lunes, poco antes de que me tuviese que levantar, me despertaron las voces de Juan Carlos, el Gordo, desde la puerta de la calle.

-Señá Jose, ábrame la trasera.

En lo que él se preparaba para comenzar su labor -alguna obra menor de albañilería- yo desayuné y dispuse el material para ir a la escuela. Quiso la fortuna que desde la ventana viese cómo el Gordo dejaba el bocadillo del almuerzo envuelto en papel de periódico sobre un estante de herramientas. Haciéndome el longuis, salí a la calle por el corral con ojos golosos cargando la media barra larga en la cartera.  

Llegado el momento, el Gordo fue a por su tentempié. Primero, sorpresa. Después de afanarse en una búsqueda estéril, mueca de incredulidad, brazos pegados al cuerpo, antebrazos extendidos, manos abiertas con las palmas hacia arriba… Cariacontecido, como Kike

-Señá Jose, no encuentro el bocadillo.

Mi madre le hizo uno para que cubriese el expediente.

miércoles, 21 de octubre de 2020

YO SOY

Foto "E Norte de Castilla"
Enfrentarse a una hoja en blanco viene a ser encararse uno consigo mismo, pretender apuntar las conclusiones de un diálogo en el que tú eres todos los interlocutores. Supone un constante ejercicio de tachar, reanotar y volver a empezar hasta que se cree haber obtenido el jugo del autodiálogo y la forma de ofrecerlo. ‘Hasta que se cree’, porque nunca se llega a ese punto: las conclusiones que se abordan son siempre más dudas pendientes de encarar.

Leo que Samuel Paty, un profesor francés algo más joven que yo, ha sido decapitado. El autor de tal barbaridad, Abdoulakh Anzorov, 18 años, de origen checheno, esgrimió que Paty “había osado rebajar a Mahoma”. Ese ‘rebajar’ consistió en valerse de caricaturas de Mahoma publicadas en la revista Charlie Hebdo -en cuya sede, por lo mismo, en 2015 fueron asesinadas 12 personas- para establecer un diálogo en clase sobre la libertad de expresión. Dos apreciaciones: una, Samuel Paty, consciente de que  el Islam prohíbe las imágenes de Mahoma, advirtió de lo que iba a mostrar para no obligar a nadie a verlo; dos, Abdoulakh Anzorov no era uno de sus alumnos.

lunes, 19 de octubre de 2020

FUERA DE MARCO

Foto "El Norte de Castilla"
Algunas fotos panorámicas se asemejan demasiado a la escenografía de un espectáculo de prestidigitación: los encuadres están perfectamente ajustados para que el espectador crea que lo que ve es la realidad, lo sustantivo de la realidad, cuando en verdad lo que el artista, fotógrafo o mago,  ofrece a la vista no es más que un ejercicio de distracción bajo el que se esconden las cartas marcadas, los tejemanejes. Bien pensado, algo no muy diferente al presente de nuestra cotidianeidad política, ejecutada por unos actores más pendientes de transmitir una imagen -un relato, dicho en lengua snob- que en enfrentar, desde las diferentes perspectivas analíticas, la situación compleja que se observa.

En este ejercicio de simplificación, la foto panorámica cuenta con el marco como aliado: así, se permite el lujo de ofrecer una imagen que aparenta una visión general a la vez que esconde lo que no le apetece mostrar, con la simple artimaña de dejar esto al otro lado de la linde que separa lo que aparece de lo que no.  En un partido reglamentario de fútbol, árbitros aparte, se cuentan veintitrés protagonistas: los veintidós que lo juegan y el balón. Pues bien, nuestra foto, con alta densidad de futbolistas, con poses recias o expectantes, actitudes físicamente activas o pasivas, muecas naturales o artificiosas, deja fuera del perímetro vallado a las dos estrellas más refulgentes del encuentro disputado ayer: el balón, que lo es por definición, y Roberto. Sin la actuación brillante del portero pucelano, el equipo se hubiera venido del Prepirineo con media docena de agachadas al fondo de la portería y ¡chitón!, aquí paz y después gloria. Cuando ocurre al revés y elevamos a categoría de internacional al portero rival, la lengua se nos va a que la fatalidad nos persigue, a que tal, cual y que el fútbol es injusto. Lo es. Y lo es también cuando el destino se pone de nuestra parte.

viernes, 16 de octubre de 2020

Tiempos Catalizadores

Leonora Carrington. La Berinto. 1991
Las personas más jóvenes, por lo general, entienden la enfermedad como un paréntesis, un hecho accidental que trastoca los planes presentes lanzándolos hacia un futuro inmediato y previsible. El después será poco menos que la continuidad de un antes; el durante, un tiempo irrelevante a efectos prácticos. Cuando el calendario ha dado ya muchas vueltas, también por lo general, vamos entendiendo que una enfermedad, por su gravedad, por su larga duración o porque, simplemente, marca el fin del tiempo, puede alterar la realidad del protagonista. En cualquiera de los casos, la salida de la enfermedad se realiza por una puerta diferente a la de entrada, conduce a un estadio distinto que no encuentra continuidad con el previo. En el primero, la gravedad determina una pérdida de condiciones físicas que impedirá un desempeño vital semejante al ejercido hasta ese momento. En el segundo, la larga duración nos obliga a aprender a convivir con la enfermedad, a asumir que ella no ha venido de visita sino con el firme propósito de alojarse en nosotros, de  convertirse en huésped. En el tercero, cuando simplemente marca el fin del tiempo, simplemente marca el fin del tiempo.

miércoles, 7 de octubre de 2020

MADRID EXISTE

Foto "El Norte de Castilla"
Hace unos años, la palabra ‘existe’ adherida al nombre de una provincia de esas casi vaciadas cuajó fortuna. Los ecos del Zamora, Soria o Teruel ‘existe’ retumbaban como el the sound of silence: sonaban más a lamento que a rebeldía política. El fuego nació ya apagado, tan fue así que incluso diputados de los partidos de gobierno -del que fuese- se postularon para encabezar las marchas tras haber acatado sumisamente los designios de sus ‘superiores’ en el Parlamento. En Teruel fueron más allá y se presentaron a las elecciones. Resonó un poco más, pero fue lo mismo, más sollozo que insurrección.

De repente ese ‘existe’ ha cobrado fuerza desde el lugar más inesperado, el envés del despoblamiento, la comunidad receptora -de todo- por antonomasia: la mismísima Madrid, a resultas del lamentable espectáculo del conflicto entre el gobierno de la comunidad y el de España sobre la gestión de la pandemia, ha emergido como sujeto político visible. Recalco ‘visible’. Madrid ya era un sujeto político mayúsculo; pero ejercía su sobresaliente influencia callada, imperceptible, como si la cosa no fuera con ella, sin disonar nunca con la música oficial.

sábado, 3 de octubre de 2020

ADIÓS TRISTEZA

Se despide Diego, la mezcla de sábado tarde y veinteañero no cuaja en el interior de una casa.

-¿Sales ya?

Antes de cerrar la puerta por fuera, enciende su modo ironía, araña mi ojo por dentro. 

-Sí, he quedado. ¿Has terminado el artículo? Imagino que será todo alegría y jolgorio.

Tuerzo el gesto de la cara.

-¿Y eso?

Bien sabe que no es verdad, que, al contrario, sonrío más tiempo del que refunfuño. Pero le da igual, sabe que muerde magro y no suelta pieza.

- Te pasas el día enfadado.

Le miro con cara de ‘en qué hora se me ocurriría que era buena idea ser padre’.

jueves, 1 de octubre de 2020

EL DIABLO COTILLA

Durante muchos siglos, al menos en nuestro ámbito cultural de referencia histórica, el ‘Maligno’  jugó un papel amenazador, tentaba a los humanos con el afán de hacerles desobedecer el mandato divino, anotaba en alguna libreta ígnea cada uno de sus triunfos y asumía el control de las almas de los difuntos desobedientes. En el fondo, nada distinto a los manejos de cualquier comercial de una compañía telefónica: usaba sus artimañas para convencer de las bondades de sus productos y, tras el sí, el incauto cliente estaba condenado a penar por las centralitas.

Por entonces, el soberano de turno no tenía más que hacerse con el control religioso de una comunidad, convertir su deseo en ley de Dios y el miedo al infierno se encargaba de docilitar a la población. Paulatinamente, ese miedo concreto dejó de surtir su efecto y determinados usos, antaño pecaminosos, se normalizaron. Entendimos, con Oscar Wilde, que la mejor manera de librarse de las tentaciones es ceder ante ellas. La paradoja se contaba sola: si creemos en el demonio, le daremos la espalda; ahora bien, si no lo tenemos presente, actuaremos según sus deseos. Por eso, a juicio de los que creen en su presencia, el principal poder del ángel caído consiste en habernos convencido de que no existe.

lunes, 28 de septiembre de 2020

USTED Y YO

Foto "El Norte de Castilla"
Como al año en curso le estaba faltando algo de pimienta, allá por esos días en que la primavera anda en retirada, alguien quiso ver un cocodrilo en ese punto donde el Duero coge la fama porque el Pisuerga le regala el agua. A saber qué fue lo que en aquel lugar flotaba y que arrastró las mentes de los testigos que juraron y ‘rejuraron’ la certeza de su avistamiento. Pero no sorprende, las historias de cocodrilos fuera de su entorno son demasiado recurrentes desde hace casi un siglo. Luego, será por miedo, será por exotismo, miles de personas lo creyeron, los relatos cuajaron, se propagaron, aparecieron crónicas similares, se realimentó la creencia, y vuelta a empezar. Y así tuvimos entre manos una leyenda urbana.

jueves, 24 de septiembre de 2020

IGLUSES

Foto "El Norte de Castilla"

Si la memoria no me traiciona, fue a Luis Piedrahita al que escuché un monólogo en el que, refiriéndose al plural de iglú, proponía dos alternativas, iglús o igluses, para posteriormente rematar apuntalando que se podía elegir cualquiera de las dos dependiendo tan solo de si se pretende decirlo bien o mal. Este comentario suena a Perogrullo, casi todos lo suscribiríamos; pero, si extendemos la reflexión más allá del terreno de la morfología, encontramos más enjundia de la que a bote pronto se intuye. Entre otras cuestiones porque aunque pudiéramos acordar una definición de ‘bien’ o ‘mal’, el desacuerdo estará asegurado cuando se pretendan analizar determinados dichos o propuestas.

lunes, 21 de septiembre de 2020

PREGUNTE A OTRO

Foto "El Norte de Castilla"
Enfrentarse a un nuevo reto desencadena sensaciones ambivalentes: por un lado, el desafío nos sirve como estímulo; por otro, genera una especie de pánico. En las horas previas, como espantando miedos, cerramos los ojos, fantaseamos con un desenlace fetén y recordamos aquel latinajo “veni, vidi, vici”  supuestamente pronunciado por Julio César ante el Senado romano.

Ese “llegué, vi, vencí” tiene su miga. No es que parezca una muestra de soberbia, efectivamente lo es. Si hacemos caso a los historiadores Suetonio y Plutarco, Julio César, enfrascado en una guerra civil que le enfrentaba a las facciones más conservadoras del Senado al mando de Pompeyo, quiso sacar pecho ante la alta institución de su victoria en la batalla de Zela, frente a las tropas de Farnaces II del Ponto. Consciente el cónsul de que las cosas no pintaban bien en Roma, con la necesidad pues de regresar, aceleró las maniobras para propiciar el inmediato enfrentamiento. En menos de una semana, Julio César pudo encaminarse a Roma con otro sello en su historial de victorias y, una vez en la capital de la república, alardear de ello.

lunes, 14 de septiembre de 2020

TE LO DIJE

Foto "El Norte de Castilla"
Algunas respuestas las llevamos grabadas tan a fuego que o hemos aprendido a domesticarlas o brotan de inmediato en cuanto la ocasión lo propicie. Al fin y a la postre, las aprendemos desde bien pequeñitos; en muchos casos, nada menos que de boca de nuestros padres. Porque ellos también, cuando de reafirmarse se trataba, fueron unos ventajistas.

A ver si no. Tú te estabas retorciendo de dolor en el suelo y, antes de preguntarte cómo estabas, una tormenta en forma de “te lo dije, ¿eh?, te lo dije. O, ¿no te había dicho que no te subieras a la silla, que te ibas a caer?” tronaba sobre tu cabeza. Había como una malsana intención de dejar patente que para ellos era más importante el aviso que la consecuencia, que era más trascendente apuntalar su “tenía razón” que una posible luxación de codo. En ese momento, entre el dolor, el bochorno y la inferioridad jerárquica del hijo, como que uno sobreentiende que no es el momento más pertinente para hacer uso del derecho a réplica, pero de buena gana se queda. Porque claro, entre 10.000 advertencias de catástrofe, tampoco es mucho mérito el acertar alguna vez como para andar reivindicando la capacidad profética. Más que nada, porque cuando no sobreviene la plaga bíblica anunciada no se les escapaba ni un tímido “me equivoqué”, no se oye “perdona hijo, no confiaba en ti”.

Nos hacemos grandes y seguimos dando vueltas a la noria del ventajismo. Con nuestros hijos,  ¿cuántas veces antes de tenerlos nos repetimos que nunca jamás utilizaríamos ese mantra? Pues nada, en cuanto llega la ocasión, zas, “te lo dije, ¿eh?, te lo dije”. Y el fútbol, que exprime y sublima, no se podía quedar al margen. Es también escenario privilegiado en el que se busca la razón y a quien echársela en cara. Y todo el mundo la tiene y tiene a quien: cualquier aficionado habla tanto, dice tanto, mezcla tantas filias y fobias que, aunque solo sea por pura matemática probabilística, alguna vez tiene que acertar y, aunque sea una vez de mil, recuerda lo dicho en pos de un ridículo reconocimiento. Suele ser habitual, pero hay días que dan mucho juego. El de ayer fue uno de ellos, faltó la intervención de Moyano en alguna jugada decisiva para haber cantado bingo, porque los sospechosos habituales, Masip en este caso para mal, Míchel y Guardiola para bien, dieron rienda suelta a miles de ‘telodijes’ entre los filos y los fobos y viceversa.

La celebración de Míchel, índices al cielo, es, en lo concreto, el cierre de una obra de arte futbolística lanzada por Nacho, pintada con tres pinceladas sublimes por Guardiola y firmada por el valenciano. Una maravilla que pesa lo mismo a favor que un error grosero en contra. Y sobre este particular, no cabe debate, ni ventajismo alguno: es así.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 14-09-2020

miércoles, 9 de septiembre de 2020

DE JUANITO A LA CAIXA

Juanito, el de la Caja, era ‘Juanito’ porque salió con el ‘Juan’ de la pila y nunca alcanzó altura suficiente para que le retiraran el diminutivo. Lo de ‘la Caja’ se refería a su trabajo, allí no era necesario aclarar, en la de Ávila. En realidad, Juanito era la Caja en una decena de pueblos. También, un vecino más del suyo, cabecera de comarca, y un poco paisano en todos los que recorría maletín en mano.

De aquello no ha pasado tanto: con un “corre a hablar con Juanito”, alguno de mi generación consiguió las 100.000 pesetas para el primer ordenador. Pero han pasado diversos torbellinos. El mundo económico exige, exigía ya, crecer y aminorar costes. El mecanismo tiende a la concentración. Algunas cajas de esta tierra se fusionaron. Hasta que la crisis-estafa con la que se cerró la primera década de este siglo mandó todo al traste. No sobrevivieron a la embestida. A aquel modelo de gestión, mamoneos y paternalismos aparte, le reventaron todas las costuras.

miércoles, 26 de agosto de 2020

REFLEJOS, ESCENARIOS Y MEDIOS

Foto "El Norte de Castilla"
La semana que viene ya es septiembre. Las puertas de los colegios volverán abrirse de nuevo de par en par. En principio solo serán unos cuantos, los que esperan que en septiembre cicatricen las heridas de junio, quienes habrán de traspasar el umbral. Poco después, el llamamiento se hará extensivo a todo el alumnado. Las aulas, los pasillos, los patios recuperarán el aroma de la multitud tras medio año de silencio vacío.

Queda apenas nada, pero nada sabemos. Otros años, a estas alturas, hablamos del precio de los libros, de que no le valen los de su hermana, de que súmale el forro, la mochila o los cuadernos. En la prensa se detallaría el gasto medio por alumno, se resaltaría el esfuerzo de las familias. Preocupaciones que suenan a muy viejo ante la actual incertidumbre que nos arrastra a dudar de que vaya a haber clase presencial o, caso de haberla, a temer el portazo cualquier día al poco del arranque.

miércoles, 12 de agosto de 2020

CADA COSA EN SU MOMENTO

Foto de "El Norte de Castilla"
El tiempo para plantear el debate sobre la forma de Estado ha sido hasta ayer y lo volverá a ser mañana; hoy, sin embargo, no toca.

Desde que me recuerdo, deseo con todas mis fuerzas vivir en una España republicana. Anhelo que ese momento ocurra antes de que yo me haya despedido de la vida, verlo con mis ojos, pasear en él.

Pero quiero que ese día llegue por asunción mayoritaria de una idea, de unos principios, por una decisión sólidamente meditada, de forma que el tránsito de monarquía a república sea un camino sin retorno, un proceso irreversible, y no como ocurrió en las dos experiencias republicanas anteriores. 

miércoles, 29 de julio de 2020

NO ES TAN SOLO EL TROZO

Foto "El Norte de Castilla"

No podía ser de otra forma cuando en el ámbito de la UE se aprueban medidas para repartir la pana. La lectura que se nos ofrece, por la dirigencia política y subsidiariamente por los medios de comunicación, muestra un escenario posbélico en el que unos son presentados como vencedores y otros como vencidos en función de la cantidad de dinero que hayan sido capaces de acercar a sus países respectivos. No digo que no sea una lectura válida, obviamente lo es, no es lo mismo que haya o no fondos para realizar tal o cual proyecto, abordar tal o cual emergencia… pero muestra una visión demasiado restrictiva. Una visión que oscurece el debate político de fondo y presenta como un juego de mesa cuyo objeto consiste en arrancar un pedacito algo más grande del pastel.

martes, 21 de julio de 2020

A SABER CÓMO

Imagen "El Norte de Castilla"
Resulta imposible trazar la frontera que separa lo cobarde de lo prudente, lo valiente de lo temerario, lo terco de lo tenaz. Imposible, no por la dificultad, sino porque tal límite no existe.  En realidad estamos ante pares de palabras cuyos significados se solapan, ante binomios de vocablos que comparten un enorme espacio de intersección en el que bien pudieran ser considerados sinónimos. Tan es así, que en ese amplio territorio común elegimos uno u otro término en función de la querencia de quién relata la acción del protagonista de los hechos o, más habitualmente, en función del resultado final de los aconteceres que se narran. Así, cuando pretendemos ensalzar, ya digo, por aprecio o por su buen final, utilizamos las connotaciones elogiosas de ‘prudente’, ‘valiente’ o ‘tenaz’; ahora bien, si buscamos perfiles peyorativos elegimos ‘cobarde’, ‘temerario’ o ‘terco’.

sábado, 18 de julio de 2020

FUEGO AMIGO

Foto "El Norte de Castilla"

Tendré que preguntar a alguno de mis vecinos gitanos si es verdad que en sus comunidades interpretan como mal augurio que sus hijos tengan buenos comienzos porque, a decir verdad, no sé si es cierto que creen el dicho que se les atribuye o se trata de una simple invención: siempre que lo escuche fue, sí, referido a los gitanos, por boca de payos. Si me confirman que asumen como propia tal convicción, indagaré con el fin de comprender si  estamos ante una mera superstición o alguna regla de tres ceñida a la observación, vaya: el haber comprobado que arrancar muy bien en un ámbito determinado resta atención, merma voluntad y desprecia la precaución, potencias todas ellas necesarias para enfrentarse a los inexorables envites que se habrán de encarar. En caso de que la respuesta se decantara por esta última opción, me tropezaría con una duda sobre la relación inversa: empezar bien es garantía de un mal remate, vale, pero ¿se puede afirmar que un mal comienzo es aval suficiente para determinar un final como de película de Hollywood?

miércoles, 15 de julio de 2020

NO ES ASUNTO MENOR

Foto "El Norte de Castilla"
Huelga recordar que durante tres meses nos vimos obligados a restringir nuestra capacidad de movimiento. El Gobierno impuso unas pautas de comportamiento que cercenaban nuestra capacidad de acción. Pese a que tales límites rompían con nuestras rutinas, alicortaban nuestro espacio de decisión, nunca entendí que ‘la libertad’ en su sentido colectivo, ‘mi libertad’ en el aspecto individual, se pusiera en entredicho. Por un lado, existía un bien superior que salvaguardar e imponer las restricciones exigía un importante consenso político y una aprobación judicial; por otro, seguíamos siendo nosotros mismos sin coto en nuestros derechos civiles y políticos.

domingo, 12 de julio de 2020

CORAZÓN PARA MUCHO MÁS

Foto "El Norte de Castilla"
Cada año me gusta menos este partido. Me chirría el enfrentamiento entre mi pasión y una realidad que me ha ido invadiendo cada poro. Por un lado, soy del Barça desde que tengo consciencia de mí. Recuerdo, por ejemplo, el día que se jugaba la final del Mundial de Argentina, Don Rufino, el cura de mi Rasueros, me preguntó que quién quería que ganase aquel partido. Holanda, dije sin pensar y con la certeza de que era una pregunta inocua, sin trampa ni cartón. No había terminado de decirlo y ya había dibujados cinco dedos en mi cara. Mientras yo trataba de rehacerme sin entender nada, levantó la voz y me explicó la bofetada. En resumen, que un niño católico y español no debía querer que unos protestantes que renegaron de España y la guerrearon se impusieran, aun en un simple partido de fútbol, a un país hermano en la fe, la lengua y la historia. Yo traté de justificarme, “es que juega Neeskens y es del Barça”. 

miércoles, 8 de julio de 2020

MÓVIL, A SECAS

Foto "El Norte de Castilla"
Alicia rompió aguas a eso de las dos o tres de la mañana de una noche de la que en tres semanas se cumplirán veinte años. Inmediatamente cogimos un taxi que nos acercó a la antigua Residencia. Hasta que no fue bien de día no llamé por teléfono ni a sus padres ni a los míos para informarles de la inminencia de su llegada al estado de ‘abuelez’. Por aquel entonces ya existían los teléfonos móviles, pero en su uso aún nos regíamos por los ritmos, los usos y las normas sociales previos -los de los tiempos del viejo teléfono de cable-, esos que advertían de que por la noche, más allá de las 10, salvo causa de fuerza muy mayor, no se llamaba a casa de nadie. Y causa de fuerza mayor era causa de fuerza mayor, esto es, una perentoria necesidad de acudir a la persona a la que se violentaba. Por eso, un ring a destiempo era recibido con un respingo; nada bueno podía ser. 

La hora de comer también era sagrada, pero de otra forma. Llamar en ese momento era un indicativo de mala educación. En muchas casas, de hecho, mientras se estaba a la mesa, no se cogía el teléfono por más que sonase. Estaba rotundamente prohibido. Todo podía esperar a las horas ‘decentes’: hasta informar del fallecimiento de un ser querido.

domingo, 5 de julio de 2020

QUÉ BIEN VIENES HOY

Foto "El Norte de Castilla"
La verdad, para qué engañarnos, en eso de la imagen o la apariencia siempre fui muy básico y despreocupado. Calzoncillos y calcetines aparte, tiro con un par de vaqueros, tres a lo sumo, una docena entre camisas y camisetas, un abrigo para el mucho frío y otro para el frío regular. Me afeito cuando la barba me empieza a molestar, me corto el pelo cuando la melenilla me da demasiado calor.  Por eso, el día que, bien por casualidad, bien por no desentonar mucho en algún evento BBC, se produce el alineamiento planetario y me presento afeitado, con el pelo recién cortadito, estreno zapatos y la ropa va planchada,  me suele ocurrir que alguien de entre los que bien me quiere me espeta aquello de “¡‘Juaqui’, qué guapo vienes!, ¿tanto te costaría ir siempre como hoy?”. Claro, como ya me lo sé, llevo la respuesta preparada y envuelta en una sonrisa, “si me vieses siempre tan arreglado como hoy, nunca me dirías lo guapo que voy. Así, yendo una vez cada mucho, me lo dices y me arreglas el día”. Suficiente material para que en un corrillo se rían del chascarrillo, lo comenten y, si anda mi madre por ahí, alguien meta un poco el dedo en el ojo, “¡cómo es este hijo tuyo!”.  “¿Qué quieres que haga -retóricamente preguntará mi madre como antaño tantas veces tuvo que hacerlo cuando alguien le venía con la copla de  mi última travesura-, que lo mate? 

viernes, 3 de julio de 2020

EL AMOR, DICHO Y HECHO

Foto "El Norte de Castilla"
En un mismo año, el de 1993, Anthony Hopkins protagonizó dos películas de tal dimensión que, con solo haber realizado ese par de trabajos, dan sentido a toda una carrera de actor. 

En ‘Lo que queda del día’ interpreta al señor Stevens, un rígido mayordomo que se enamora de la señorita Kenton, el ama de llaves interpretada por Emma Thompsom. De alguna forma, es un amor correspondido, ella también le ama. Es más, con la discreción propia de la época y del contexto palaciego, pretende hacérselo saber. Él, sin embargo, no se permite tal sentimiento y lo reprime. Tarde, demasiado tarde, cuando ya no existía posibilidad alguna de retorno, Stevens será consciente de que su vida se ha consumido sin haber vivido ni un instante de plenitud. 

jueves, 2 de julio de 2020

MEDIA CIUDAD EN BICI

Foto "El Norte de Castilla"
A la séptima u octava que me levantaron, perdí la cuenta. Pero a buen seguro que pasa de diez el número de bicis que me han robado. Incluso, en un mismo día, me robaron dos: por la mañana, la mía en la calle Manzana y, ya entrada la noche, en la calle Huelgas, la que me acababa de dejar el bueno de Nacho Carrascosa para cubrir la vacante de la primera. Hasta me reía de mí mismo con el ánimo de secar las lágrimas y enjugar la rabia diciendo que lo mío era puro proselitismo, que media ciudad iba en bici gracias a mi actitud desprendida.  Una exageración, claro: en realidad no éramos más que un puñado quienes treinta años atrás nos desplazábamos en bici por Valladolid. Éramos tan pocos que nuestra presencia sorprendía a unos conductores poco dispuestos a compartir espacio con las ligeras bicicletas en un firme que consideraban suyo en exclusiva. Al fin y al cabo, ¿cuántas veces me lo habrán preguntado?, se sobreentendía que la única razón para moverse en bicicleta era el no tener posibles para agenciarse un coche.

lunes, 29 de junio de 2020

EL PUCELA METE DOS

Foto "El Norte de Castilla"
Haciendo uso de la pregunta con que Mario Vargas Llosa da los primeros pedales para impulsar su ‘Conversación en la catedral’, puedo responder que el artículo previsto se jodió unas pocas décimas de segundo después del instante recogido en la foto. Hasta un momento antes, una idea me bullía en la cabeza. Una idea que dependía de un resultado poco probable de antemano que, además, se alejaba como posibilidad según se iba desarrollando el partido.

Pero de repente pudo ser. En el instante concreto en que el fotógrafo pulsaba el botón de su cámara, incrédulo, abrí los ojos de par en par: el azar se aprestaba a ponerme en bandeja la situación anhelada, el resultado que necesitaba. Esperanza tan efímera como vana. Vaclík, el portero sevillista, en un alarde de reflejos, desbarató la pintiparada ocasión de Alcaraz. El Pucela se quedó con la miel en los labios y el menda sin artículo.  

viernes, 26 de junio de 2020

EL PASADO IMPREDECIBLE

Foto "El Norte de Castilla"
Los rusos, para reírse de sí mismos y de su historia oficial, acuñaron un aforismo burlesco: el pasado, dicen, es impredecible. Al parecer data de los tiempos de Stalin, aunque bien pudo ser utilizada con anterioridad, bien se puede decir que, en otra medida, ese afán del poder por reescribir la historia tiene valencia en el resto de lugares del orbe. Los hechos, estos sí, escritos, reescritos, sobrescritos o por escribir, son innegociables. Algunos, además, irreversibles. Tanto, que a quienes tales hechos afectan necesitan hacer un esfuerzo para acomodar su cabeza a la nueva realidad.

martes, 23 de junio de 2020

COMO PÁJARO EN LA JAULA

Unos situaron los hechos en la provincia de Huelva; otros, en Arcos de la Frontera. El caso es que al poco de producirse, los ecos del rumor habían hecho fortuna: todo el mundo de un área cada vez más extensa conocía la historia. El corregidor de la zona pretendía a la esposa del molinero. Con la arrogancia de su posición, él se le declaró. A ella le sedujo la propuesta, pero se interponía, ¡ay!, un obstáculo insalvable: el temor a que su marido les pillase. El corregidor entonces urdió un plan. Con el marido a oportuna distancia, el encuentro se produjo. Como no podía ser todo tan sencillo, apareció un personaje que alertó al molinero apremiándole para que fuera a su casa. Al llegar y ser consciente de la situación, inhibió su deseo de venganza. Rumió otro estilo de desquite. Se vistió con la ropa del potentado y, amparado en la oscuridad, se hizo un sitio en el hueco de la cama que había dejado libre el hombre que yacía con su esposa.   

sábado, 20 de junio de 2020

LA ‘BE’ QUE FALTA

Foto "El Norte de Castilla"
Las Tres Z.Z.Z. o las Cinco Jotas son dos marcas comerciales, tan solo dos marcas comerciales. Sin embargo, por la excelencia de sus productos -botas de vino la una, la otra, jamón de Jabugo- casi nos han convencido de que el número de zetas de una bota o el de jotas de un ibérico sirve como guía, al modo de las estrellas de un hotel, para apuntar la calidad del género ofrecido.

Cuando pretendemos adquirir algún producto, quienes tenemos que conformarnos con menos utilizamos una referencia más de andar por casa, la de las tres ‘bes’. Eso sí, siendo a priori conscientes de que rara vez se obra el milagro de encontrar un artículo bueno, bonito y barato. En estas, ya digo, lo más habitual, asumimos al menos el descarte de una ‘be’. Si queremos que sea bueno y barato, bonito no será; si bonito y barato, andará la cosa justita de calidad; si bueno y bonito, tocará tirar de cartera, pagaremos gusto y ganas.

jueves, 18 de junio de 2020

INFILTRADOS

Es tan disparatada la realidad que cuando me viene a la memoria una noticia que leí hace un tiempo no consigo estar seguro de si me topé con ella bajo una cabecera convencional o en web satírica. La noticia relataba cómo un grupo de policías infiltrado en una banda de narcos se había visto envuelto en un tiroteo con otra cuadrilla de policías infiltrada en otra banda de narcos. La imagen me asalta con frecuencia. Algunas actuaciones que se dan en espacios sociopolíticos con los que simpatizo son tan inexplicables que solo adquirirían sentido si hubieran sido llevadas a cabo por personal infiltrado opuesto a cualquier opción de avance en la línea que se dice defender.

lunes, 15 de junio de 2020

ES LO MISMO PERO NO ES IGUAL


El fútbol mercancía ya no vive de lo que recauda en las taquillas, ya no vivía de ello  antes del parón.

Es lo mismo, al menos se llama de la misma manera, pero este fútbol se parece poco al que antes ocurría en una cancha de Primera División. Es curioso, escribo la palabra ‘antes’, repaso la frase y sonrío con la respuesta que me doy. Si en febrero hubiera escrito la misma palabra, inmediatamente me habría dado cuenta de que la frase contenía un vacío: el ‘antes’ carece de sentido si no se completa con una referencia temporal. Hoy no. Hoy, y al menos durante un tiempo, entendemos sin más el sentido de esos ‘antes’ desreferenciados.  Antes, decía, el fútbol era una fiesta social, un espacio de encuentro, una liturgia, en la que se participaba. No éramos nosotros los que jugábamos, pero los que jugaban eran ‘nosotros’. En la décima de segundo que precedía a cada remate de Ünal, se nos iba el alma; en el instante previo a cada parada de Masip, nos atenazaba el miedo. Y ellos, por distantes que parezcan los futbolistas, sentían esa llama, ese fogonazo, que bajaba a la hierba desde la grada.


Se atribuye a George Berkeley, un filósofo inglés de la primera mitad del XVIII, el primer esbozo una de esas propuestas/preguntas que sirven como palanca para la reflexión y que ha llegado a nuestros días: ¿hace ruido el árbol que cae y golpea contra el suelo cuando no hay nadie para escucharlo? ¿Hay, podríamos preguntarnos nosotros, fútbol cuando se desarrolla un partido y no hay nadie para animar, gritar, festejar, enfadarse…?


Digo fútbol y me refiero, claro, al espectáculo del fútbol. El juego en sí es otra cosa que no necesita más que un balón, unas porterías que pueden ser hasta imaginarias y gente que lo quiera disfrutar. No, me refiero al que congregaba multitudes antes de que la tele se adueñara de él. Hago un aparte: quienes piensen que la atracción de este juego radica en que las televisiones nos lo meten por los ojos yerran de principio a fin. No hace falta más que ver imágenes o leer crónicas de principio o mediados del siglo pasado para comprobarlo. No hace falta más que recordar que en cualquier partido entre dos pueblos, el perímetro del campo estaba rodeado por decenas de lugareños. Fue la propia fuerza del fútbol la que lo convirtió en objeto de deseo para los mercaderes, y ese deseo impelió la transformación del juego en mercancía.


Que en estas circunstancias no haya espectadores en las gradas puede ser considerado una anécdota circunstancial pero era el camino que estaba escrito. El fútbol mercancía ya no vive de lo que recauda en las taquillas, ya no vivía de ello. Como en tantos otros aspectos podremos pensar que los cambios han sido consecuencia de los efectos de la COVID-19 cuando en realidad estos meses no van a romper ninguna dinámica, se van a limitar, y no es poco, a acelerar los procesos en marcha.


La grada, un pedazo de ella, ahora ha quedado para salpicarla de futbolistas suplentes. Vemos a nueve del Pucela. Ocho con pose relajada, cumpliendo protocolos, esperando quietos… y Ben Arfa trasteando con ganas de jugar, con tantas como nosotros de verlo –aunque, ¡vaya!, no pueda ser con su correspondiente ¡oh! en el campo-. Son cosas de lo que ahora se denomina ‘nueva normalidad’, un eufemismo que nos plantea el ir acostumbrándonos a nuevos escenarios, como si no fuera eso la esencia de la vida. Nada hay menos normal, que lo normal; nada más perecedero que a lo que decimos ‘las cosas son así’. El décimo, arriba a la izquierda, tieso como un palo, serio como una esfinge, es David Espinar. Esto si que no ha cambiado, el gesto circunspecto de la mano derecha de Ronaldo es intemporal, inasequible a modificación.


Nos preguntamos, por si lo coyuntural se torna definitivo, si vamos a seguir siendo aficionados con un fútbol bajo en calorías. Será que sí. Poco a poco nos iríamos acostumbrando, lo verás, lo veré, aunque ahora digamos que no.


Publicado en El Norte de Castilla el 15-06-2020