domingo, 9 de noviembre de 2008

ATROPELLO CON DELICADEZA

Si vemos entrar, en el bar en el que nos estamos tomando una cerveza, a la persona que más nos atrae en el mundo tenemos dos opciones: asumir que somos poco arroz para tan poco pollo o lanzarnos a la aventura. Total, en el peor de los casos, saldremos igual que habíamos entrado. Por desgracia, cuando uno es consciente de que el reto es imposible tiende a recular y a arrepentirse por la noche. No nos acercaríamos a la chica pero por la noche nos daríamos gorrazos a nosotros mismos.
Quizá eso sea lo que le ocurre a Mendilibar a estas horas. Él podrá excusarse con eso de “a cojón visto, macho seguro” pero hoy el Valladolid ha dado un extraño paso atrás y seguro que en su cabeza rondarán las otras alternativas más audaces.