domingo, 5 de julio de 2020

QUÉ BIEN VIENES HOY

Foto "El Norte de Castilla"
La verdad, para qué engañarnos, en eso de la imagen o la apariencia siempre fui muy básico y despreocupado. Calzoncillos y calcetines aparte, tiro con un par de vaqueros, tres a lo sumo, una docena entre camisas y camisetas, un abrigo para el mucho frío y otro para el frío regular. Me afeito cuando la barba me empieza a molestar, me corto el pelo cuando la melenilla me da demasiado calor.  Por eso, el día que, bien por casualidad, bien por no desentonar mucho en algún evento BBC, se produce el alineamiento planetario y me presento afeitado, con el pelo recién cortadito, estreno zapatos y la ropa va planchada,  me suele ocurrir que alguien de entre los que bien me quiere me espeta aquello de “¡‘Juaqui’, qué guapo vienes!, ¿tanto te costaría ir siempre como hoy?”. Claro, como ya me lo sé, llevo la respuesta preparada y envuelta en una sonrisa, “si me vieses siempre tan arreglado como hoy, nunca me dirías lo guapo que voy. Así, yendo una vez cada mucho, me lo dices y me arreglas el día”. Suficiente material para que en un corrillo se rían del chascarrillo, lo comenten y, si anda mi madre por ahí, alguien meta un poco el dedo en el ojo, “¡cómo es este hijo tuyo!”.  “¿Qué quieres que haga -retóricamente preguntará mi madre como antaño tantas veces tuvo que hacerlo cuando alguien le venía con la copla de  mi última travesura-, que lo mate?