Concluye el partido. Un tres campea en el espacio del marcador asignado para anotar los goles locales. El del contrario no se movió en toda la tarde. Me encamino al ordenador, este espacio, aún hueco, me espera. Pese al resultado, el juego del Pucela no había alentado mi sosiego; más al contrario, fruncí el ceño alguna que otra vez. Una pregunta retórica, «¿y por dónde arranco?», toma volumen –soy así, hablo, busco complicidades, sonrisas compartidas– mientras paso al lado de un compañero. «Pues por la felicidad –me responde–, Carpanta celebra cuando hay pollo en casa». Mi ademán espontáneo mostró alegría.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.