A la
justicia se le representa como una mujer con los ojos vendados portando
una balanza en una mano y una espada en la otra. Como mujer en honor a
la diosa griega Themis y a su secuela romana Iustitia. La venda,
pásmense, pretende transmitir la idea de que no tiene ojos, de que todos
somos iguales ante ella. La balanza simboliza el equilibrio, las
pruebas y los argumentos se pesan antes de valorar. Con la espada se
explica que el veredicto se ha de cumplir por las buenas o por la
fuerza. En realidad, si nos atenemos a lo que dicta el refranero,
podríamos asegurar que la justicia es hombre y zamorano seguro ya que en
su atuendo no falta el pantalón de pana con remiendo en el culo. No
puede ser de otra forma, ropa vieja cuyos pliegues se adapten a nuestro
cuerpo y remiendos que vayan cubriendo los agujeros por donde entra el
frío y asoman las vergüenzas.La justicia tiene (debe tener) un sentido
armonizador en las sociedades, por lo que siempre porta un sustrato
cultural, la forma con que cada grupo humano valora lo que es bueno y lo
que no lo es en los comportamientos individuales y la manera de
organizar la propia sociedad. Pero no es suficiente con una serie de
sobreentendidos, para poder hablar de justicia es imprescindible que lo
dicho anteriormente se articule, se codifique y que haya personas
encargadas de administrarla con rigor e imparcialidad.