lunes, 29 de noviembre de 2021

PERO A LAS SIETE TIENES QUE ORDEÑAR

Sean las clásicas ciclistas o las pruebas de fondo en atletismo, cualquier carrera de larga distancia parece monótona, una especie de trantrán insípido esperando la llegada de la última parte en la que se resuelve todo lo que estaba entre interrogantes. Pero no. En ese transitar aparentemente uniforme se producen movimientos apenas perceptibles, discretos cambios de ritmo que, si pillan descuidado o falto de fuerza a un competidor, le pueden dejar fuera de cobertura. La parte alta de la Segunda está en una de esas fases. La línea continua en la que se alineaban clasificatoriamente los equipos se empieza a romper de forma que entre unos y otros ya corre el aire. Por eso, el partido ante el Cartagena no era uno más, sino una prueba de la capacidad de respuesta tras el demarraje de los de arriba. Sin ser definitivo, el formar parte del grupo cabecero aporta tranquilidad. Si además se llega a esa situación dando a entender que no se ha alcanzado el tope de rendimiento, que queda alguna marcha más por meter para cuando el momento lo requiera, miel sobre hojuelas.

domingo, 21 de noviembre de 2021

MANERAS DE PERDER

Si justo ahora me cruzase con algún colega de esos que tengo desentendidos del fútbol y le dijese que vengo de ver perder al Pucela, presupondría que un cierto malestar me corroería. Sería el momento de acordarme de Leño.

–No pienses que estoy muy triste. Hay maneras de perder como las hay de vivir.

Nunca gusta salir derrotado, pero dado que es inevitable que en ocasiones ocurra, mejor si llega por errar que por no atreverse. La de Almería fue de estas. El marcador final informa, los datos son los que son, pero no explica, no da cuenta de la sensación global que transmitió el encuentro.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

FUEGOS FATUOS

Aun sin la belleza sublime con la que en ‘Cinema Paradiso’ el viejo Alfredo despide, por no decir destierra, al adolescente Toto, “no regreses, […] no te dejes engañar por la nostalgia”, todos los que en sucesivas oleadas fuimos dejando el pueblo llevábamos en la maleta un mensaje similar. Entendimos rápido que solo se podía progresar, sea lo que ‘progresar’ sea, a la luz de los focos de las ciudades. En realidad, los que nos lanzaron, con su amor, con su corazón roto, no tomaron esa opción por un deseo expreso de que abandonáramos un modo de vida, sino con la asunción de que ese modo de vida, el de ellos, el de todos los que estaban antes que ellos, les había abandonado abruptamente.

domingo, 14 de noviembre de 2021

SUFRIR POR TRADICIÓN, AUNQUE NO TOQUE

Concluye el partido. Un tres campea en el espacio del marcador asignado para anotar los goles locales. El del contrario no se movió en toda la tarde. Me encamino al ordenador, este espacio, aún hueco, me espera. Pese al resultado, el juego del Pucela no había alentado mi sosiego; más al contrario, fruncí el ceño alguna que otra vez. Una pregunta retórica, «¿y por dónde arranco?», toma volumen –soy así, hablo, busco complicidades, sonrisas compartidas– mientras paso al lado de un compañero. «Pues por la felicidad –me responde–, Carpanta celebra cuando hay pollo en casa». Mi ademán espontáneo mostró alegría.

martes, 9 de noviembre de 2021

DUDAS ANTES, DUDAS DESPUÉS

Nuestra mente caminaba a tientas hacia el arranque del partido, el estacazo reciente ante el Amorebieta provocó un temblor tan elevado que había puesto en entredicho el natural optimismo –ese 'hoy ganamos seguro'– de los aficionados que dirigían a Zorrilla sus cuerpos o sus miradas. Dudábamos entre la versión 'perro apaleado' que, sumiso, con ojos trémulos, aún se lamía las heridas asumiendo que vendrían más o la del 'gato escaldado' que huye del agua fría. Tres minutos tardó el Pucela en dar cuenta de su ansia de revertir las emociones. Tres minutos en que se presentó como una marabunta dispuesta a asaltar el área rival.

–¿Qué han comido? –pregunté pasmado mientras me frotaba los ojos ante inusitado vigor.

–Cuatro –escueta y explícita fue la respuesta que recibí.

jueves, 4 de noviembre de 2021

VA A HABER TORMENTA

A poco que rebusquemos en nuestro imaginario, nos topamos con una escena tomada en cualquiera de los pueblos de por estas tierras. Aparece en ella un castellano viejo, en silencio, observando el cielo, cotejándolo con los miles de cielos que ha visto. Cuando ya ha tomado nota mental de todo, agacha la cabeza y sentencia con pocas palabras: lloverá, dejará de hacerlo, lo que sea que vaya a ser. Lo que será, porque no suele fallar. Fieles a esa tradición, los castellanos recientes juegan a los vaticinios: a escudriñar lo que les pilla alrededor y exponer unos presagios que suelen sustentar en sus miedos. Tras haber escuchando estos días a amigos y paisanos, intuyo que la estrepitosa derrota ante el Amorebieta ha propiciado la Noche Internacional del 'Ya lo decía yo'. Acostumbrados a los petardazos de este equipo cuando tiene a mano un paso significativo, no eran pocos los que lo veían venir. Y, como de costumbre en estos casos, sin necesidad de ayuda externa: ni árbitros ni zarandajas. El propio Pucela se valió a sí mismo para seguir fiel a la tradición. No resto ni un solo mérito al rival, faltaría. Jugaron a lo que saben, mostraron las características para las que está diseñado y tumbaron al Pucela. Chapeau. Señalo mi asombro ante el hecho de que el Pucela se viera sorprendido, una y otra vez, por una amenaza tan previsible. Por ello el Amorebieta, hasta este partido, necesitaba más de una docena de ocasiones para marcar una. Sus rivales saben de qué van. Tres han necesitado para marcar tres.

miércoles, 3 de noviembre de 2021

CUENTO DE OTOÑO

Leo: los grandes inversores internacionales se lanzan a la adquisición de grupos educativos locales. Obviamente no es la formación de la chavalería lo que les preocupa sino la rentabilidad, a ella bien se apuntan. Y (normalmente) la consiguen. No es que tengan una visión privilegiada que les permita saber dónde colocar el dinero, ese juego es de pobres, lo suyo va más sobre seguro, apuestan con cartas conocidas, suya es la baraja. Por eso delante de ‘inversores’ se escribe ‘grandes’, porque tienen la potestad de marcar las reglas a su conveniencia.

De la misma forma se puede encontrar lectura acerca de la incursión en el ámbito sanitario. Terrenos en los que nos jugamos derechos y garantías sociales que, paulatinamente, se convierten en espacios diseñados para el negocio. Podría pensarse que no es incompatible la existencia de buenas coberturas públicas con la presencia de centros privados. Y podría no serlo si un hospital privado, una universidad privada, existieran por sí mismos. Buscarían su clientela sin la pretensión ni la capacidad de menoscabar el potencial garantista de las redes públicas. La presencia de fondos, ya es otro asunto -como no se paga por lo mismo a lo que ya se tiene acceso sin más coste que los impuestos correspondientes-, para crecer necesitan eliminar competencia, pretenderán que el servicio del ‘rival’ no tenga nivel, que se limite a acoger a quienes no les quede otra. El paso siguiente en el desmonte será sencillo: una vez elegida -y pagada- la versión privada, cualquier paisano se cuestionará el sentido de seguir financiando la pública. Al fin, a ella solo irán los ‘fracasados’, los que nada merecen. Me temo que yo. Y seguramente usted.

lunes, 1 de noviembre de 2021

ROL DE ESPECTADOR

Si el fin de semana pasado escribía que el partido ante el Sporting servía al Pucela para obtener una información que aportaba una idea cabal del propio estado, el de este domingo, ante un rival que nos acompañó en la cuesta abajo a la Segunda División y que no salía derrotado desde mediados de agosto, se convertía en una reválida, en la segunda prueba de un examen de evaluación. En Gijón, en feudo ajeno, la prueba fue por escrito; contra el Eibar, en casa, tocaba la oral: correspondía tomar la iniciativa, elegir tema y desarrollarlo. Pese a la dureza, no se arredró. Guardo silencio mientras componía su exposición, esperó el momento y, una vez se arrancó, supo exponer sus tesis con soltura.

Pero, siempre aparece un pero, da la sensación de que, mientras no permitan jugar con doce, la apuesta por tener a la vez dos delanteros obliga a vivir con una carencia: o se prescinde de un extremo puro o se subsiste sin la figura de un mediapunta –aunque por eso de la simetría tenga que partir desde una banda–. Traducido al pucelano, sin Toni o sin Plata. Las circunstancias, el malestar físico de Plata, permitieron que se presentaran, una tras otra, las dos opciones.

Y apareció la versión buena de Toni. Y lo que me alegro. No puedo esconder mi debilidad por él aun reconociendo que, pese a tenerlo todo, no termina de romper. En los días de nones me pregunto qué ocurre para que su talento no aflore con cierta regularidad. La respuesta puede que esté en el ámbito de la sexología, en lo que se denomina 'el rol del espectador'. Para que el goce sexual se produzca, es necesario que el cuerpo tome sus decisiones, que se deje arrastrar por la pasión. Sin embargo, en ocasiones, ante una primera vez con una pareja, ocurre que, por querer quedar tan bien, por desear que todo salga a pedir de boca, la cabeza, en vez de liberarse, se coloca en actitud observadora bloqueando la reacción del propio cuerpo. Se produce por una autoexigencia, la de ser bueno en la cama, devenida de una presión social de sobras conocida. En el caso de Toni, la presión de demostrar que es tan bueno en el campo como todos sospechamos que puede ser le lleva a que, en vez de dejarse llevar por el instinto, esté pendiente básicamente de cumplir con lo que el entrenador le pide. Y en vez de liberarse, pretende quedar bien. Pero cuando se libera...

Publicado en "El Norte de Castilla" el 01-11-2021