![]() |
Foto El Norte de Castilla |
Empujar la enorme piedra
por la ladera con la
intención de subirla
hasta la cima. Una vez
logrado el objetivo, la piedra, cosas
de la gravedad, rueda cuesta
abajo hasta el pie de la montaña.
Y vuelta a empezar. Así una y otra
vez; así la sangre se pudre y el sudor
se derrama en una labor tan estéril
como absurda; así el ciego Sísifo gastaba sus días. Un mito de la
Grecia Clásica que sirvió de referencia
a Albert Camus para reflexionar
sobre el (sin)sentido de la
existencia. En ese subir la piedra
sabiendo que la propia naturaleza
impondrá su caída, en esa obligación
de emprender de nuevo la subida,
se muestra la consciencia de
lo absurdo de la vida. No es de extrañar
que la reflexión del filósofo
nos enfrente al abismo de nuestra
existencia, «No hay sino un problema
filosófico realmente serio:
el suicidio».