Por una de estas, le da a Stephen Curry una ventolera y decide dedicar los meses de asueto a conocer Valladolid. O, pedradas más gordas se han visto, cavilando en que ya anda por los treinta y tres y para el retiro quedan, como quien dice, un par de Informes Semanales, le da por establecerse en Rasueros para disfrutar de la vida tras su retirada. Aquí ‘el Menda’, que pese a sus cienes y cienes de defectos nunca rehúye una conversación ni con Agamenón ni con su porquero, pasaría casualmente por el borde de la pista de basket en la que el triple campeón de la NBA, el considerado mejor tirador de la historia, se lanza unos triples con aire indolente. Me ve, sonríe, se acerca para charlar un poco, conocer cosas del entorno, quedar por la tarde para alguna escapada castellanoleonesa, relamerse… “Al tostón en Arévalo te invito -me dice-, pero falta saber a cuenta de quién van las cervezas de antes. ¿Hace jugárselas a unos triples?”. Asiento, con un gesto que reafirma el ‘por supuesto’. “¿A cuántos tiros nos la jugamos?
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
jueves, 29 de abril de 2021
sábado, 24 de abril de 2021
RÉQUIEM O MUERTE ANUNCIADA
jueves, 22 de abril de 2021
TODO ME GUSTA
Esta semana he echado mucho de menos los campos en los que se formaban charcos cuando llovía, en los que, por exceso de tráfico de botas, había desaparecido la hierba en el área chica, en los que una rápida reacción para anticiparse se malograba por un bote traidor, en los que ese mismo bote traidor derribaba una muralla defensiva y regalaba una ocasión no merecida, un gol caído del cielo. Los ingenieros devanándose los sesos diseñando unos sistemas de drenaje, seleccionando hierbas para que el césped no oponga fricción; los técnicos replantándolo, recortándolo, mimándolo… han relegado lo accidental, lo incierto, convirtiendo el fútbol en algo semejante a lo esperado. Más espectáculo, menos juego. Fútbol alejado de la naturaleza, domesticado, convertidos los lobos en perros, los jabalíes en cerdos, la carne en chóped, las personas en consumidores. Fútbol empaquetado como esos plátanos que se venden pelados y plastificados. Al humano, lo imprevisible, la incertidumbre, le fascina tanto como le asusta. Le atrae la fiereza de lo salvaje, lo utiliza como icono. Pero elige enjaularlos. Le seduce la ruleta -aun la rusa-, el naipe, la moneda al aire. Pero reclama seguridad. Carnaval y Cuaresma.
Esta semana he recordado -tal vez no fue así, pero así lo recuerdo- el peregrino intento por parte de las recién nacidas cadenas de televisión privadas de colar anuncios convencionales en el medio de cada parte de un partido de fútbol. Salió mal porque nunca atinaban con el momento, porque en el fútbol nunca es el momento. El gol, la jugada decisiva, como el esposo en la parábola evangélica de las diez doncellas, aparece de la nada, cuando la mitad está pendiente y la otra mitad anda a sus cosas. Un momento cualquiera, intrascendente, puede ser el inicio de algo, a priori no se sabe. Eso es lo grande del fútbol y tal vez no lo supieran. Una pugna insignificante, alejada de las porterías, entre un central y un delantero tanque, no promete. Es la pelea del día a día, la rutina, la jornada laboral, llevar a los niños al colegio… todo eso que se hace con el piloto automático, el gesto que has repetido y que no te das cuenta de que es el mismo, siempre el mismo, uno y otro día. El realizador cortaba, mandaba a publicidad y a la vuelta de los yogures con bífidus, colonias milagrosas, coches que te sacaban de la mediocridad, habían marcado un gol o pitado un penalti. Y te cagabas en su árbol genealógico.
miércoles, 21 de abril de 2021
GUAPO, BONITO
No tenía intención de que mis letras saltasen Guadarrama en uno u otro sentido. Palabra. Si de normal no se acude como fuente a las elecciones aragonesas, asturianas o extremeñas, ¿por qué sí a las madrileñas? La razón de que sea la capital no me vale, es un apriorismo, la excusa, no la causa. Capitales hay por el mundo que no acaparan. Sí pretendía estar atento a lo que iba aconteciendo, pero era una cuestión de interés personal, al igual que sigo lo que ocurre en las elecciones de los sitios indicados o me mantengo al tanto de la Segunda B, entendiendo que mi pedrada particular no debería ser la materia con que se conformen estos renglones. Hasta que ocurre algo que trasciende a las propias elecciones, al lugar en el que se produce.
lunes, 12 de abril de 2021
QUE NO SEPA A FINAL
Otros veranos pasaron: dejé de ir de forma continua a mi pueblo, de disfrutar de las noches de Peñaranda. Como consecuencia, aquellas conversaciones nocturnas con Ana, que terminaban solapándose con el alba, se fueron distanciando, hasta que dejaron de ser, hasta que nos perdimos la pista. También perdí la pista de la cinta. La dejé, pero no recordaba a quién.
miércoles, 7 de abril de 2021
MEDITACIONES DE ALDEA
martes, 6 de abril de 2021
ES EL HUEVO
Efectivamente, ese balón se ahogó en el pozo. Bien podía
valer para completar la cena diaria, pero la caída lo desbarató. Para llegar ahí, hubo mucha tela que cortar. Se estuvo a
punto porque, con todo en contra, los blanquivioletas desmintieron los
catastrofismos. Y no llegó en mejor disposición a ese postrer minuto por culpa
de un mal árbitro, uno de esos que se deja arrastrar por la cobardía. Eso se
palpa en los pequeños detalles, se intuye porque hace aspavientos al toro a
medio metro de la barrera, en la primera parte, donde aún no hay riesgo. Después,
obligado a salir a los medios, el miedo le atenazó desequilibrando la balanza.
Como el que amenaza pelea con un ‘agárrame que le mato’, decidía apocado con
mirada de ‘echao pa’lante’. El penalti, al límite; la expulsión no hay por
dónde cogerla. Ni se acercó para cotejar. Valiente es poner en riesgo tu
decisión y, de haberlo, asumir el error.
Por esta gallina en el pozo, en vez de llanto, hubo rabia. Pero el aficionado del Pucela se calienta diez minutos, que es como echar los dioses en el bar, y luego calla y rumia. A malas, se acordará siempre, pero el ruido se desvanece enseguida. Castellanismo.