lunes, 22 de septiembre de 2003

REAL CASA C.F.

A punto de cerrarse el plazo para la confección de las plantillas, el Real Casa está a punto de realizar su último fichaje por esta temporada. Los recelos que despierta entre la siempre maleable afición han pospuesto la firma del millonario contrato. Unos no creen que se adapte a las necesidades del equipo, otros que se debería apostar por la cantera nacional, algunos que no aparecen títulos en su currículum e incluso se oye que la responsabilidad del equipo cuando se retire el actual capitán no debería caer en quién caerá sino en quién nació antes ocupando así Marichalar el puesto del futuro fichaje. Por el contrario los que defienden tal contratación argumentan que viene avalado por el jugador del equipo con el que compartirá habitación y la decisión corresponde a los técnicos ya que las aficiones se guían más por el corazón que por la cabeza. Lo único cierto es que la, hasta ahora, creciente afición del club ha surgido de los éxitos aparentes del equipo y que, por su evanescencia, una racha de mal juego puede que pueble las gradas del equipo rival: el Atlético República. 

jueves, 18 de septiembre de 2003

RESPIRASTE LIBERTAD

Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado”.  Cuando el estómago aglomera el dolor presente a mi pluma sólo le queda como recurso recurrir a mis clásicos y recordar.



En el taller, un recorte de prensa que narraba aquellos goles al Madrid de Lasala, Juanco y Coque que condujeron al Valladolid a la final de Copa, en la mesilla el calendario de la nonata liga y en la buhardilla la primera cabecera de “El País”. Gozar con el fútbol  y respirar libertad sin que la hubiera.  Un virus criminal no permitirá que tu nieto mame bondad viajando por el norte de España conociendo gentes y sufriendo, a fuerza de costumbre cada vez menos, con los goles encajados por el Pucela. Me queda el consuelo de que nada se pierde, en el aire quedas y tu rebeldía emana de tu memoria. Memoria viva. Lucharé por ser libre y disfrutaré del fútbol. ¡vaya que sí!. Tú te despides como Miguel Hernández: “Adiós hermanos, camaradas y amigos, despedidme del sol y de los trigos”.

domingo, 7 de septiembre de 2003

CELOS

Los futbolistas tienen hipertrofiado el sentido de la competitividad. Su esencia es competir y la en la competición eyaculan salvajemente tras un deseo convertido en adicción y que ha sido indisimuladamente estimulado. Aquí radica la respuesta a las preguntas que nos hacemos todos. ¿Qué necesidad tiene un futbolista de imponer una mejora en un contrato que hace bien poco fue revisado al alza?, ¿por qué es capaz de peregrinar haciendo perder calidad de vida a su familia por un incremento en las cifras de su contrato? El simple aumento no es respuesta convincente cuando nos acercamos a montos que, muchos de ellos, son incapaces de plasmar en un papel. Asocian, no sólo verbalmente, el cariño y el reconocimiento del club al que rinden sus servicios con las cantidades de su contrato. Más que la cuantía les preocupa la comparación con el sueldo de su compañero-rival. Tantos millones son pocos si alguien gana más. Los celos entre “estrellas” nunca estuvieron ausentes del orden del día de cualquier club.  

lunes, 1 de septiembre de 2003

NUEVO CURSO

Con el rugido de los motores de un millón de coches resuena el esbozo de un re-inicio, esos trazos difusos con los que se perfila un curso que en todas las mentes se aventura como feliz y que mes a mes se tiñe de más de lo mismo, de círculo vicioso, de dejà vu. Es un perpetuo, inmarcesible y pertinaz astillado de nuestras vidas esperando a un Godot, persiguiendo a un futuro perfecto que nunca llega. Y mientras, competimos, consumimos y permitimos hacer.
Septiembre es el primer mes del año real, los días se decoloran y muestran el paisaje herrumbroso de una jornada laboral. En agosto hablamos de nosotros mismos como si fuésemos una plantilla de fútbol “he aprovechado el verano para descansar, para renovarme, para prepararme, para afrontar con garantías la próxima temporada”. Pero septiembre es el pórtico al frío invierno, al abrigo, al hielo. Unos días de falso sol, de ferias y fiestas son el frontispicio; el lado externo de una puerta condenada a permanecer tercamente cerrada los próximos once meses.  Once meses dejando jirones de existencia en la fábrica o en la oficina para insatisfacer tanta estupidez creada artificialmente y llamarlo realización. Ya hemos perdido; hemos organizado nuestras vidas para el trabajo, guarderías para aparcar al niño mientras trabajamos, asilos para almacenar al viejo improductivo, planes de estudio que forman empleados dóciles, ciudades para que el coche nos conduzca a la fábrica y al comercio. Sin espacio, sin tiempo... sin alternativas. Vendimos nuestra libertad a la empresa a cambio de un salario. Vendimos nuestra libertad.