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Foto El Norte |
El fenómeno de la erosión afecta también al lenguaje y por
ello existen frases que nos resultan cansinas: expresiones que en algún momento
tuvieron sentido, hicieron gracia y cuajaron pero que, tiempo después, nos
suenan desgastadas.
Otras expresiones, sin embargo, son como el diamante: no hay
manera de que el tiempo las aje de forma que, traídas a cuenta cuando la
ocasión lo requiere, siempre resultan oportunas. Uno de estos dichos es el que
define a los amigos como esas personas que están (también) en los peores
momentos, que aparecen en esas circunstancias en las que ellos no tienen nada
que ganar pero deciden hacer acto de presencia
para compartir la carga.
Pero tal es la dureza de estas últimas frases que con su
punta, también como el diamante, pueden cortar todos los materiales que se le
pongan por delante. Ocurre cuando las utilizamos como dogmas arrojadizos y
juzgamos a través de ellas sin entender bien las circunstancias que
concurrieron para que las cosas sucedieran como sucedieron. Desde luego, si
actuase con esa ligereza, Jordi Masip hubiera podido presentar anoche esta foto
en casa.
-Solo, me dejaron completamente solo y vendido.