lunes, 31 de octubre de 2022

LO MISMO NO SIRVE SIEMPRE

Dicen de los economistas que su labor consiste en aportar argumentos tan rigurosos como precisos para justificar por qué erraron en sus predicciones. Comentar un partido de fútbol no arrastra ese pecado original, somos jugadores de ventaja: el error o acierto previo nos es ajeno, el tamiz de la realidad pondera hasta lo imperceptible, su sentencia nos exculpa, cuestiona la previsión de otra persona. A cojón visto, que decimos en el pueblo, resulta sencillo decir que Pacheta se equivocó manteniendo el 'dibujo' que tan buen resultado ofreció en los dos encuentros anteriores, pero el propio partido nos lo ha explicado así. Esa estructura sustentada en una defensa de tres centrales, tres centrocampistas por delante y dos jugadores de vanguardia –un total de ocho por dentro, optando así por vaciar la zona exterior– tuvo sentido ante equipos que aspiraban a dominarte desde la posesión –minas el teatro de operaciones– y que presentaban una alineación con dos delanteros –interpones tres centrales–. No sabemos si la decisión provino de un análisis global o se pretendía arropar a Rosa, neófito en estas lides, pero funcionó. Y cuesta tocar lo que funciona.