jueves, 6 de abril de 2017

LA VIDA ESPULGADA

Imagen de Luis Grañena, ctxt.es
Susan Sarandon interpretó el papel de la señora Prejean, una monja estadounidense que vive empeñada en la abolición de la pena de muerte, en una película de Tim Robbins que en España se tituló, precisamente, ‘Pena de Muerte’. En ella no se gasta apenas un fotograma en alentar el sentimentalismo, no hay espacio para debates coyunturales. La condena capital no es cuestionada por su irreversibilidad en caso de error, no; la discusión se plantea ‘a pelo’ sobre lo que supone institucionalizar la venganza, sobre lo que significa el hecho de que una sociedad se arrogue la potestad de quitar la vida a una persona por más que sus actos hayan sido perversos. Para lograr este objetivo se nos presenta a Matthew Poncelet, un condenado a muerte maravillosamente recreado por Sean Penn, que no deja ni un solo resquicio para la lástima, no admite compasión. Se debate en términos éticos sobre el derecho a la vida de una persona dejando al margen cualquier grado de empatía.