martes, 29 de mayo de 2018

UNA NOTICIA BUENA Y UNA MALA

Imagen El Norte de Castilla
Qué se va a hacer, somos así. El humano es intrínsecamente cobarde y como tal, cuando la ocasión lo requiere, pasa sus buenos ratos buscando argumentos para evitar cargar con el peso de las culpas, bien tratando de que el error se convierta en transparente para que nadie lo vea, bien intentando que la responsabilidad recaiga en espaldas ajenas. A este juego de esconder yerros para evitar acarrear las reprimendas vamos aprendiendo desde los años de la infancia. Una de las más socorridas –e ingenuas– estrategias que se transmite generación tras generación consiste en envolver la falta cometida tras un hecho –aparentemente, solo aparentemente– positivo. Esto da lugar a escenas más o menos así.