jueves, 24 de marzo de 2016

INERMES ANTE EL MAL LEJANO

La tierra tiembla bajo nuestros pies y nosotros, rilando, pensamos que bastante tenemos con no dar de bruces contra el suelo. Las noticias de estos últimos días, por ejemplo, nos han trasladado de la lechera vallisoletana Lauki a la capital belga, haciendo escala en las islas griegas y Turquía. Esta secuencia de informaciones disparejas se casan en un punto de intersección: la vida del común de los mortales se encuentra desamparada ante unos vaivenes que se escriben en puntos lejanos.
Los trabajadores de la planta vallisoletana ya saben que, frente al blanco del producto con el que trabajan, se aposta el negro de su futuro laboral. Ellos han trabajado todo lo bien que se puede trabajar; gracias a ese esfuerzo, su empresa (personas, ¿eh?, no entes abstractos) se ha embolsado ingentes cantidades de dinero y, sin embargo, una decisión ajena, lejana, les deja en la calle. ¿Qué pueden hacer? ¿Qué podemos hacer para que no se repita?