![]() |
Foto "El Norte de Castilla" |
Tendré que preguntar a alguno de mis vecinos gitanos si es
verdad que en sus comunidades interpretan como mal augurio que sus hijos tengan
buenos comienzos porque, a decir verdad, no sé si es cierto que creen el dicho
que se les atribuye o se trata de una simple invención: siempre que lo escuche
fue, sí, referido a los gitanos, por boca de payos. Si me confirman que asumen
como propia tal convicción, indagaré con el fin de comprender si estamos ante una mera superstición o alguna
regla de tres ceñida a la observación, vaya: el haber comprobado que arrancar
muy bien en un ámbito determinado resta atención, merma voluntad y desprecia la
precaución, potencias todas ellas necesarias para enfrentarse a los inexorables
envites que se habrán de encarar. En caso de que la respuesta se decantara por
esta última opción, me tropezaría con una duda sobre la relación inversa:
empezar bien es garantía de un mal remate, vale, pero ¿se puede afirmar que un
mal comienzo es aval suficiente para determinar un final como de película de
Hollywood?